martes, 7 de septiembre de 2010

LOS PRIMOS NOVELA DEL PROF. V. ARIAS




Argumento para la novela Los Primos.

Los hechos que narramos en los Primos son reales, acompañados, claro, de la imaginación del autor, donde 665 Primos, posiblemente sean más, quizá menos; que en acciones oníricas, vieron la muerte de su tía Digna Torres Arias, y sin ser convocados, despiertan vestidos de Negro y Blanco ( en la iglesia San Antonio, del Municipio Imbert, poblado donde vivía su tía…), Nadie los reconoce en Santa Digna de las Garzas como parientes de la difunta, merodean en los entornos y contornos de la Estancia y son acusados, de intrusos, impostores, aduladores fantasiosos, alejados de una conciencia real y lógica. Por los cinco hijos, de doña Digna.

Autor: Profesor Víctor Arias
Categoría: narrativa
Subcategoría: Novela Idioma: español
Tamaño: 11 x 8
Número de páginas: L
Sinopsis
“Los Primos” no es nada, tal vez es un desahogo, o un mentir más, allí se cruzan la verdad con la mentira, el cariño eso sí, y mucho, sin intriga, en casos es pobre… es cuestión de realidad del autor… Gregonio y Grigonio son gemelos con aparentes trastornos de identidad disociativa, algunas veces con asomo de amnesia y paramnesia… andan en líneas paralelas… llegaron juntos con los primeros primos al sepelio de su Tía Digna, pero no se dan a conocer hasta que Gregonio, dice que anda en busca de los cofres de las primas abuelas. Y que además busca la piedra del rayo, la montaña hueca de las 23 muchachas abandonadas, las piedras de almariar… es un hombre endiablado, muy infeliz.
Capitulo primero (La Llegada)
En santa Dignidad de las Garzas, en Bajabonico de las Aromas, estábamos en duelo. La última de varias hileras de guayacanes, de principio del siglo 20, que sobrevivieron a los vientos de la naturaleza y a las tiranías humanas, que azotaron sus cogollos y ramajes, desde 1907, 103 años después fue derribada por el intolerable dolor del imperio de la sombra mortuoria que la asesinaba. Quedaba la de guayacán, de sombra fresca, la más querida entre los árboles de Santa Dignidad, tenía su altar master, en el cortijo de la familia Cruz Arias,
¿Se habría secado? Quisieron preguntarse los de su iglesia. ¡Quienes desearon llevar los nudos a los fogones! No, vieron salir el tiro ni por el trasero.
¿Y hubo quienes?
¡Juh!
¡No muchos, pero sin ser ingenuo, siempre hay! El fuego no ascendería, por llevar su rescoldo propio, intrínseco tan poderoso. ¡Como el calor para el tostado del café que estropeaba el llanto que corría en las esquinas de cada rostro enjuto y entristecido de los ascendientes de doña Digna.
El humo se movía dibujando fantasmas pálidos, cuales muñecos enloquecidos, salía de las 27 piedras que sostenían las nueve enormes pailas de aluminio, que incubaban en su seno ardoroso las carnes del becerro de 6 quintales, que Julián del Pilar, hijo de Tía Digna, había ordenado sacrificar. De los cogollos de las tres palmas de la cercanía, volaban bandadas de cuervos y para sorpresa de observadores cocineros él de plumas plateadas casi blancas, se posó en la corcova de una novilla que aun bramaba como si llorara por el olor a sangre, de su hermano sacrificado en la mañana. Lo que más le dolía a la novilla era, que los que comerían la carne de su hermano, eran lúmpenes dueños de una logia llamada Nuestra Señora de los bocaeros, de Santa Dignidad y villas satelitales.
Santa Dignidad de las Garzas, ha perdido a varias de sus criaturas, las ha visto partir en el lomo del viejo ganso pardo, en la arrogante sombra secular…como toda madre que ve morir sus críos. Pero Santa Dignidad no es una provincia ni siquiera es una sección, es apenas un portón, como el de la Hacienda donde merodeaban los personajes del “mundo es Ancho y Ajeno”, tampoco es así, es una estancia donde llora y se cultiva el cariño humano, es una estancia donde se cultiva el amor humano… donde se siembras las simientes y raíces de nuestra étnia Mandinga, de donde surgen los vapores entre las rodillas de la gente que compra y extiende sus sueños encima de los gramales de sus esperanzas… los caminos, en santa Dignidad, son como los de cualquier lugar del tercer mundo, donde las garras del imperio arañan las paredes, de la casa de los trabajadores humildes.
Doña Digna era una caoba de amplias ramas y de anchas sombras, tan recia como el mismo acero, no se doblaba, con brisa de verano y mucho menos de primavera, ah debí señalarte del invierno, que es la que más asustaba a las semejantes en género de la cosecha del entorno de Santa Dignidad. Sus troncos no eran altos pero generadores de excelsas energías y fortalezas, si le parece conviértala en una mata de roble, solo que sus troncos liberoleñosos no crecieron, yo la cambiaría por una caya, de esas que han roto los dientes de la sierra, pero no, ella no lo hizo… siendo humana muchos menos, habiendo sido en árbol convertida. La idea que deseo dejar es que doña Digna era una sujeto de utilidad social en cualquiera de las dimensiones que la coloquemos. Era pequeña, apenas cinco pies, sus manos pequeñas de muñecas, agarraban las cosas con ternura, sus delgados labios saludaban con simpatía y afecto, de los ojos de miel de abeja, te diré que ofrecían miradas dulces, aun en dificultades y estímulos desagradables, porque de la fuente desde donde salían era extensa e intensa. En sus sueños, vio a sus hijos cargados de felicidad, sin cadillos en los codos, ni en el trasero; los soñó y los vio responsables, sin colas de caballo que les pisaran, esos por igual para nietos y sobrinos, primos e hijos de vecinos. Veía hileras de árboles frutales en cada metro de camino a la derecha y a la izquierda. Lo sembró de guandules y de naranjos, de mandarinas y de sapotes, pero estaban sembrados de fango y desesperanza y se cosechaba y se vivía con la enfermedad y con la muerte.
Estamos a 18 de abril del año 2010, en Santa Dignidad de las Garzas, de los Guanábanos, muchos comenzaron a llamarle, de Los Félix, o de las Aromas, como quiera que se le llame, aquí nunca el sol ha salido para todos, como señala el refrán. Pienso que eso ocurre en cualquier parte del universo capitalista. La sala, de la casa familiar, de doña Digna y del senescal don Evaronildo, su difunto esposo, estaba preñada de infelices criaturas que vieron salir las energías matriarcales del pequeño cuerpo de doña Digna Torres Arias. Estoy ausente de ese escenario, por la invasión, en apariencia solicitada, por la hermana mayor, hecho quizá siguiendo los mismos pasos de los esbirros que en 1965, solicitaran a la casa blanca, de Washington, para que ocuparan los salones de la república; a las altas instancias del clero católico que en Santa Dignidad de las Garzas y algo más allá, se creen una manos del Opus Dei. Para custodiar el cadáver de la difunta, evitando la intimidad de la familia cuando esas energías, eran aún persona.
Desde mi bunker, pensé que era un secuestro insolente y expropiador, facilitante de entradas de intrusos aberrantes. Una puerta de un batiente urticante, para que sombras gigantes, opacaran las luces del pensamiento de los hermesianos. Y de esa manera…aparecieron las naves de los Primos estableciéndose donde ellos les llenara el antojo. De la acción a favor, de los veleros del clero católico, experimenté sensaciones dislocadas, quiero decir de disgusto, por creer que fue la entrega de un bien patrimonial, sólo de los hijos, de nuestro padre Evaronildo, y de los hermanos y parientes cercanos, no de allegados de fatuas sonrisas y miradas carantoñitas. Luego que se difundió la muerte de la señora Digna, las nubes se fueron aglomerando a un retiro a llorar y, sus lágrimas mojaron el piso de verdes gramas y en lugares despoblados de polvo blanco, no se hizo fango. Lloraron hasta tarde de la noche, y el viaje de doña Digna fue liviano, sin gritos mentirosos, sin quejas espantosas ni tostadas con rescoldos aventurados. Y aquella solicitud para que tomaran posesiones de padrino, como gavilanes rezadores salidos de los conventos más rancios, se me fue, bajándole las penas a los culpables.
La sala estaba limpia, desde donde estuvo el féretro, un primo llamado Gregonio, le dijo a Camila, a los Hermanos Sucreño y con Luijulio, primos míos por ambas líneas,-Todos soñamos que estaban en el mismo cuarto con tía Digna un grupo de personas de apariencia cristiana pero que deseaban, los que estaban sentados en sillas de guano, que Tía se marchara lo más pronto como si la hubiesen hipotecado, Juh eso nos molestó mucho a Gringo y a mí…no dijimos nada y nos pusimos a comparar situaciones y a recordar circunstancias, vimos que en la otra hilera estaban los Arias Ortega, los Arias y Arias, los Torres Cruz y siguiendo (hacia la parte frontal de la puerta que da a la galería) los Cruz y Cruz, un poco a la izquierda estaban los Arias Polanco y los Herrera Arias, algo recogido los Silverio Medina, Los Medina Mercedes, y los Arias Sosa… los Arias Cabrera no estuvieron la Arias Peña, lloraba como una muñeca acomplejada, como una gata entre los puños y pecho de su pequeños de año y medio. Me quedé pensando en estas gentes y los llevó en mis intestinos como una flor escatológica, parecían fusiles y morteros, hasta pensé que eran barcos artillados de hachas misiles, que atacarían el cuerpo aun con Vida de tía Digna. Quiero que no te olvide que, es un sueño… que los “sueños” los dijo hace muchos años, De La Barca. Que “sueños son” también los consideré caballos ciempiés que podían caminar encima de las aguas oceánicas. Pero sólo ponían la cara como un fantasma afligido, llevando la palidez de la muerte. Juh, pero yo sabía que eran muecas para ver si algunos nos caíamos al tomar el camino de su mejilla izquierda… haber si nos confundíamos… la lluvia se convirtió en una suave llovizna, la gran lluvia se alejó de los limites de la estancia… continué observando en la galería, a Antoñito de los García, junto a su medio hermano, Julián del Pilar, negociando una casa provisional de campaña. Regresaron con mayores deseos, vinieron a llorar antes de ir al cementerio. Mientras Antoñito y Julián del Pilar amarraban o daban los últimos picazos para tales fines… Jesús María de los caños, escuchaba a su hermano Humbertilio de las Damajaguas, que decía:- nuestra hermana llegó a Santa Dignidad para los años 1933, la comunidad referida, era rica en cosas, que los que tienen de la cuarta adolescencias, no recuerdan. Muchos de esos octogenarios, ya han montado vuelos hacia las colinas del nunca más. Santa Dignidad de las Garzas era una comunidad rica en café y en cacao. También en viandas conuqueras. La recolección de las frutas, en la yuquera y en el ingenio Amistad, con los nuevos dueños.
Antes de entrar a Santa Dignidad, paraje del municipio Imbert, de los Cañafístolas, estábamos junto a los gemelos conocidos como Gregonio y Gringonio, había una reunión de miembros de hacendados y de policías, chequeaban el comportamiento de los primos y de los Bocaeros, pero la verdadera intención era tomar prisionero a Gregonio, sin embargo quien estaba era Gringonio que rezaba la oración a Santa Dignidad: gloriosa Santa Dignidad, modelo de madres, Admiramos tu vida, en los vaivenes de tu hogar y sobre todo siguiendo a tu hijo Agustín, nombre del padre de su padre y del padre de su tía… supiste controlar, atraer a tu esposo hacia Dios- decía Gringonio, la oración de Santa Digna, e igualmente a aquel hijo que había perdido la fe. Le seguías llamándole, orando, llorando...Consíguenos que comprendamos el papel sagrado de las madres y su influencia en el hogar. Confiamos nuestra familia a tu protección”, pero era un individuo diferente a los primos, muy distinto a su hermano gemelo. Todo se fue aclarando, el jefe de policía de Bajabonico de Santa Dignidad de las Garzas era una persona pura, hijo de un primo del padre del esposo de doña Digna, bajó a la cueva del toral, conversó con Gregonio y con los jefes de cuadrillas que ahora estaban acompañándole. Continuamos con la comunidad y sus recursos agrícolas e industriales.
Facilitaba empleos a una juventud que no estuvo entrampada en los barrotes del mal de los vicios de caminos, en los primeros pasos que daba la tiranía.
La señora Digna Torres Arias, vivía en el cortijo de su marido, el señor Evaronildo Medina Cruz, quien era a su vez hijo, de Juan de la Paz Silverio Medina. Ella era madre de Maritza del Cáliz, de Bienvenido, de Lorenzo Constor, de Julián del Pilar, de Grecia de los Jazmines, y de Nuris del Coral. De esos seis hijos, Bienvenido habia muerto, en sus días lactantes. Digna habia nacido, en Jicomé de La Esperanza, municipio de la Provincia Valverde. Entró a los intereses de los Medina Cruz, en los años 40 cuando contrae casamiento con el señor Evaronildo.
Yo quiero que los primos entren por esas puertas que son las de nuestros abuelos y bisabuelos que se sientan sin comas y sin concordancias, que no se preocupen por las comas ni los acentos, tampoco por las mayúsculas o lo que sea, pero tengan alta preocupación, por los signos emocionales y de intolerancias. Por los signos de la ortodoxia familiar de cualquiera de las etnias.
Que si hay comidas en las mesas pueden comer sin arrastrar las sillas, ni chapaleos. Pero que recordemos que para poder ser primo, primero hubo de ser hijo de algunos de hermanos o algunas hermanas.
La tarde estaba plomiza, las ramas de los limoncillos y de las Guásumas, como las hojas de los higüeros y de la mata “lágrimas de burro”, no se movían. Pero ningún Primo llegaba todavía, Digna sabía, que en horas comenzaban a caer las goterotas de lluvias y, con ellos llegarían las danzas de las ramas y los vuelos del ganso llevando saquetas de su energía a las colinas, en la ribera del río.
Las escobas estaban armadas y convocó a continuar barriendo, antes el inicio del primer vuelo rodeado de sabanas de cretonas blancas con arandelas misteriosas como si fumara una boca invisible, hacia la colina, dejando caer señales de humo en pálidas cadenetas. Un vecino de la señora Digna, le pasó una hoja alargada y se la puso en la boca y por el sabor que sus papilas recibieran se dio cuenta que se trataba de una pluma del viejo ganso que enviaba la segunda señal. Detrás de la pluma caían las hojas de limoncillos y de las otras ramas, comenzaba a llover permaneciendo así, por mucho más de media hora.
Eran las 4:56 minutos se detuvieron las escobas de Digna, Julián del Pilar, entró sin puntos, ni comas lo hizo por la ventana de la izquierda, cerca de la cocina. No dijo que el ganso estaba listo para el mandado oficial, se sentó a su lado sin mirar a nadie. Cuando el ganso retornaba de ese oficial viaje entraba la noche con su traje de topacio dejando ciego a los que a ella miraron, entonces sin mandarlo Julián del Pilar, encendió unas lámparas. El pensaba para su adentro, lo hacía olvidando las ortodoxias de las etnias. Comenzó a caer la lluvia que Doña Digna en cualquier momento de sol durmiente o de luna despierta esperaba, comenzaron los quejidos con llantos, pero sin miradas con pocos movimientos, en la cara, en el rostro seco. Estaban a su lado, los parientes. Pero, uno de los cinco hijos, se había despedido, desde el momento que limpiaron la casa, en operación de aparatares luctuosos. La ignorancia cierra las puertas de los juicios razonables. Era, para él, una actitud descorazonada, en los salones de Guanabanía. En el primer viaje oficial subió a las ancas del gigante ganso blanco, Digna llevaba en sus manos una lámpara apagada, cayendo como gotas de una cántara horadada, acostada encima de lo que fueran sus dolencias, no era cosa que para uno, de los cinco hijos fuera, del otro jardincito donde las corolas y los pecíolos, se marchitaran después de la media noche.
Ahí, la veían sus nietos y los sobrinos, como una gran rama caída, encadenada a una dolorosa condena, rendida ante los gigantes hoyos del camino, no oía los cantos del gallo, la voz de paloma gorjeando como humanos y desgarros de humanos aperreados entonando llantos fingidos, agrios, ácidos quemadores de las flores de los manteles de vergel donde yo, sostenía en silencio mis pena, y veía caer como pencas de palmeras, y hojas de naranjos y de jaguas verticales. Me conformaba despejando ruidos de entre los sonidos naturales, el canto de tórtolas y de palomas y el murmullo de la nada, en el silencio sin cantares ni esperanzas. Me mortificaba que Hermes no expirara en el cuarto nupcial, y que caballos teleósteos galoparan en su habitación con bocas armadas de frases con dientes afilados, fingiendo proteger las almas de los ganados y de los perros adoloridos, fingiendo llevar el bacalao a cuesta en un mundo de lagos de montaña, pero podían devorar los ganados del señor aun viajaran en lanchas de combates. Eran gentes cazadoras de aplausos, busca benevolencias y canonjeaban acciones en prebendas por opinión o doctrinas. Pero ese era mi capricho de hijo… sólo mío, ni de Humbertilio, ni de Jesús María de las Cabezas. Somos los primos en todos los tiempos y en todas las circunstancias…pensé en Buenaventura de los Azahares, en su soledad, con mucho dolor vio alejar la energía vital de su hijo Juan Bautista de los Baúles, que al no matar a la hermana de Eladio Peña de la Rosa, por orden del dueño del corral gubernamental, los mataron.
Quizá para un sobrino llamado Gregonio, sea bella la partida del primo Juan Bautista de los Baúles y la tía, pero para Gregonio, dolorosa fuera. Mas, Lorenzo Constor, de los cinco hijos, con los cerrados ojos la veía viajar con alas de lavazas, sobre las blancuras de las inocentes nubes, dejando caer lágrimas que como el maíz se traducían en matitas espigadas, en los patios de las casas de los parientes más cercanos. En tonadas de encantos dejaban caer también la sinfonía de Rafael Solano, las que “Por Amor” cambiaba sus palabras. Lorenzo Constor no estuvo en el sepelio, se quedó mordiendo la pena de tener que soportar la presencia de primos como Grigonio, que empleaba la palabra más para matar que para crear. Gregonio era un desconocido en los mundos de los Torres Arias, o de los Arias propiamente Arias, así entre los Medina Arias, Cruz Arias, o Torres y eso que, El, es Torres González como lo fue su abuelo… para mí, ese es un pillo, lo malo de mi expresión es que sólo brinda suposición. Juh, no tengo ni flores pero hallaré esas pruebas. Gregonio carece de la nobleza del hombre pobre de raíces urbanas o rurales, no posee líneas de honradez, miente con extremada facilidad... Es descarado, sin vergüenza, hipócrita y como una trampa: falso. Pienso que por centavos esclaviza a su hermano gemelo que es muy independiente, Yuskonio es diferente es sincero y una flor paralela, de frescura franca.

El sepelio continuaba en desfile sin arrogancias vehementes, mas, con sirope de jengibre y de entusiasmo azucarado cruzaba las líneas en vías cruces lapidarias sondeando los verdes senderos de unas campiñas de dolencias y de quejas pesadas por la preñez alejada de apetencias desventuradas. Pero con pocos movimientos en la cara, en el rostro seco parecía cortar una sonrisa alternada, bajo el sol durmiente, bajo la sombra de lunas despiertas con quejidos. Me duele su dolor, la hinchazón de sus piernas y la pesadez de la mirada cansada por los años.
Ahora escucho que el canto del gallo despertó a los parientes más cercanos y agarraron las sogas, donde estuvo por largas horas amarrada, a las alas de tafetán blanco, sobre las nubes de mostazas. Cubriendo el rostro para sostener la boca de la herida que ha provocado su partida.
Así han ocurrido las cosas, con murmullos y pocas quejas, pero el cántaro de lágrimas se volteó después, en el camino hacia la escalera de las nubes de lavazas. Llegó la noche y abrazó el esqueleto y el cuerpo de doña Digna. Continué organizando mi tristeza que emparedaba en un pedazo doble de casabe moscatero. Añejado regurgitando en la esquina de una estación de animosidad pesada cual crucifijo milenario colocando los pedazos de la madrugada, en una lata de barro lechado. Camila me informó que en la casa de Julián del Pilar, unos primos hacían cuentos de caminos que hablaban de un tal Gregonio, haciéndose pasar por el líder de los Primos. Me contó que llegó con siete cinco hombres y dos mujeres las dos con cara desvergonzadas. Camila escupió. Le dije que lo dejara para luego y me marché hacia la mesa donde estaban los pedazos del emparedado. A uno de los Primos que estaba leyendo el Transfuguero de la Tarde, de la autoría del prof. Víctor Arias, le parecían helados ensangrentados y rumió desgranando las imágenes de la tía, conjugándolos en rosarios los recuerdos.
Sucreño Medina Ortega estuvo durmiendo la tarde entera, no escuchó la caída de los aguaceros, sin embargo se creyó flotar al lado de las nubes de lavazas, autovía conducente a la séptima montañas. Luijulio, hermano mayor, de Sucreño, llevaba los pies salpicados de lágrimas, como arandelas de gotas cristalinas, salidas de unas bolsas gemelas de ópalos de vidrios. Como un adorable adorno de gotas convertidas en perlas caídas de un árbol antes de menstrual. Mientras tanto Magdala a distancia, bebía en unas copas, de dolencias fiscales, el vino de sus pesadumbres ecuménicas, pero ortodoxas. Su hermano Luijulio, las cortaba en pequeñeces, como trillas de gramíneas en flores en estivales. Sucreño Medina, estuvo con la cabeza forrada de hojas de tabacos, refriado, agripado, por la brisa que azotara el ganso cuando hiciera el quinto viaje a las colinas.

















Capitulo dos (Los primeros Pasos)

¿Cuántos son los Primos?


Todas las gentes estaba dentro, había más a fuera que en el interior de la iglesia, no existía referencia para relacionar, que no fuera con el entierro de Candito Silverio, el de don Felicito y el de Martina Silverio o el de Evaronildo y el de doña Higinia, la esposa del señor Felicito Henríquez. La diferencia estaba en los aguaceros caídos anoche, en la crecida de agua limpia del río, y en la llegada de esos 665 extraños que dicen ser sus sobrinos. En la misa dijeron que la difunta Digna tenía 23 hermanos, 16 eran varones, dijeron que el de menor cantidad, tenía 21 nietos y al multiplicar 21 por 23 de más está decir que son menos de la cantidad de primos que dicen ser sus sobrinos.
En la casa un grupo preparaba café y jugos para los que no soportaban el aura, del fanatismo escozor místico, allí estaban, y para aquellos entregaban un refresco de jugo natural, con pan de maíz comprado en la panadería de Yuyi, hija de Lorenzo Silverio, primo hermano del esposo de Hermes. Muerto, en un accidente de automóvil a la entrada del pueblo.
Había dejado de tronar, el sol salió y el cuerpo de Doña Digna fue enterrado bajo las lágrimas, de sus hijos, de sus vecinos, de los primos y presuntos sobrinos y de la naturaleza.
Los llamados bocaeros, que son una agrupación de anélidos acuáticos, estaban en cónclave de vampiros, de buitres buscando las carroñas, No son todos, claro está, la mayor parte de esa logia, propia de finales del pasado siglo xx que desean que la gente del vecindario muriera, que muriera la gente para ir a limpiarse la boca con la propia falda del difunto.
Era domingo 20 de abril, primer día de la ida de Hermes, los primos andaban soñolientos, en la misa estuvieron 665, vestidos de negro y blanco, pero ya para el regreso a la casa, que fuera en vida su modesto palacio; una sola cara, de estos primos, no se le veía, en los aleros de ranchos ni en galerías de enramadas. Vimos a la gente marcharse a su habitad, extrañamos la presencia de las hermanas y de uno o dos hermanos de su madre, que viviendo en el exterior del país por teléfonos se pusieron, una gran mayoría, presentes y extendían… sus condolidas expresiones. Por mi interior llegaron las de Franchesco Torres y las de Josefinia y la de Salomildo Torres. Y de inmediato hice saber a los demás hijos, de nuestra madre Digna.
No supimos cuándo, se fueron los sobrinos de la difunta. Tampoco para dónde. Nadie vio los vehículos que en la opinión de todos, los parientes de doña Digna, eran fantasmas, Ilusiones de humos pardos anaranjados, con maquillajes morados. De los 665 vestidos de negros y blancos que les amaneciera en los bancos de la iglesia de la comunidad sólo 26 eran mujeres, todas doncellas con caras de abuelas. Hacían musarañas de hadas madrinas, con dejos sostenedores de estribos en las escobas, era lo que habían dejado en la percepción de un público arrogante como el de la feligresía de la Iglesia San Antonio de Santa Digna de las Garzas.
-¿Quienes eran esas mujeres vestidas de Negro con blancos cinturones y de cuellos blancos?
-No supimos- respondió Fredesvinda, una de las biznietas de doña Digna.
-A nosotros nos parecieron que eran de los familiares de mamá, de allá en Jicomé, de la Esperanza.
-¿Y dónde queda esa región Fredesvinda?
-Si no estoy perdida, está en la zona de Valverde, cerca de Maizal.
-Hubo quien aseguraba que esas mujeres andaban con el grupo que se hizo llamar Los Primos, de las mismas líneas. A pesar que luego se rumoreó que los Primos vinieron hasta del exterior. Y se colaba que nadie lo había llamado, cuentan que un tal Miguelucho, residente en San Francisco de Macorís, fue el que hizo en media hora 716 llamadas convocándoles.
-Yo no creo eso, es una mentira mal elaborada, porque Miguelucho estuvo en línea telefónica conmigo y él no sabía que tía, había fallecido- manifestó Camila Ventura Arias. Camila acostumbraba cambiar los tonos, en la conversación, había momento que jugaba a la ronca piadosa, especialmente si ella creía que sabían que acababa de hablar con alguien desde el exterior. A pesar que estamos en duelo de dos días de haber sepultado a la Matrona, de los Arias en Santa Digna de las Garzas, hubimos de reírnos, cuando, uno de los biznietos de doña Digna, encontró en una lata de leche nido, 26 carnes envueltas en fundas plásticas, y al lado, cinco botellas de aceite de maní, enterrada, tapada con una esterilla vieja. Todo estaba intacto, pareció que a la persona que en estrategia guardó el hurto, se le escaparon las tácticas.
En la casa de Lorenzo Constor, segundo hijo de los cinco vivientes, se fueron aglomerando hijos de Victoria Trejo Silverio, parientes de su padre, por líneas Silverio Medina, entre ellos estuvieron Benita y su hija… una muy hermosa mujer, Virgilio, Juana y José Ramón de apodo Dingo, y la esposa de este maestro. Ellos hicieron notar, que era injusto atribuir a las mujeres, de que andaban con los Primos. Mientras tanto hablaban unos, de las grandezas espirituales de don Evaronildo, esposo de la señora Digna, otros leían en las primeras páginas del primer capítulo de “La Ventana de los lagartos” que habla de los entornos cañeros y de las aguas, de aquellos tiempos, del río Bajabonico.
La gente, por donde menos se movía, en la geografía del cortijo, era por donde el autor de la Ventana de los Lagartos, porque lo conocían menos… y los que conociéndoles aprecian al individuo que el no puede encarnar. Lorenzo Constor rechaza a los camaleones y a los tránsfugas, a los hipócritas y a los falsos que levantan pesas de calumnias para sacar ventajas aunque cuando dejen caer las pesas, por ellos levantadas, corten el pie derecho o el hombro zurdo de sus padres. Por eso a El, lo rechazan y hacen vacías conjeturas, porque como ni bebe tragos, ni masticas tabacos, ni lo fuma ya… sin embargo, a pesar de los murmullos que hacían, de los comentarios de los libros de Arias, llegaban a la casa, el intercambio que sostenía Mila Ventura, en los aleros de la enramada y del alero de la pérgola, que improvisaron, para pasar el agua en la noche que doña Hermes subiera a la corcova del ganso… en su primer viaje oficial hacia la colina.
En la cocina un grupo de hijas de María, de los años 1956, vestidas de blanco hacían el ave María de Franz Schubert, compuesta aproximadamente, en 1825 cuando él tenía veintiocho años.
Por las voces litúrgicas, las lágrimas de tía Liberta, esposa de Tío Juliano Medina, cuñado de la difunta Hermes, humedecieron con la solemnidad de la circunstancia, los labios del cura Esteban Samuel, que rezaba. Quien había recibido de Maritza del Cáliz la autorización de celebrar la misa tradicional con sensaciones africanas, pero ella quería y así se lo había hecho saber a todos sus hermanos, que no quería arrodillados, sino sentados, y en caso de pararse que lo hicieran a los términos de la circunstancias. Había dicho Maritza del Cáliz, que podían cantar salves con aires mandingas, guiros y tambores, cuerdas pero podían emplear la flauta y el saxo hecho con bangaña.
Las hijas de María cantaban a “Nocturno No 9 in B Op.32 No 1” una canción de Chopin.
En las paredes de las colinas entraban las notas quejumbrosas de voces errantes entre rosales y lirios de lamentos, como ritmos de un piano tartamudo, entre mejillas de una tarde de ciegas miradas, simulando pétalos irreales, entre huellas de un crepuscular verano insulario.
Para el sueño Maritza del Cáliz, recibía largas imágenes de uno de los primos fabricante de tormentos y escobones de rencillas que discutía con uno de la vecindad porque inauguraba la fábrica de soñar placeres, esa querella entre el vecino y los Primos a Maritza del Cáliz, la sacaba de sus controles. No entendía las razones de las pobres fantasías del vecino, se sentía humillada, abofeteada… despertó sabiendo que sólo era un sueño. No lo manifestó a nadie quiso emprender un viaje en búsquedas de juicios razonables para obtener alguna explicación y los dejó como el que siente vergüenza, como el que cierra un rastrillo en el quinto piso del palacio de belleza.
Nuris del Coral se hace dueña de la situación, de los quehaceres familiares, luego de la ida de las hijas de María. Nuris Del Coral se inviste de la responsabilidad, evitando que los Primos, sean humillados entre sí, en medio del cortijo que fuera de sus padres. Por lo menos, es eso lo que asimiló las gentes.
Nuris del Coral, permanece frente al teatro culinario dejando salir sentimientos que en muchos días dormían, pero teme que algunos de los primos se apoderen de las cosas de mayor valor que había en las habitaciones de las viviendas. Entonces ella buscó refugio en las faldas de los retortijos de los abuelos, tutelando, protegiendo de las sombras de los espíritus del mal y de las sombras. Lo que he querido manifestar es que hemos tenido que ver como se mueven las sombras de los maleficios de un ambiente peñado de seres extraños que bostezan y sueñan con hartarse con los entresijos de las reses de doña Digna, heredadas de su difunto marido fallecido hace 32 años. Nuris del Coral, veía que las pailas de la derecha, en la cocina de Digna se movían de un lado para otro, los guayos que eran tres, bailaban intercambiando, caricias en cada hoyos convertidos en agentes eróticos. Para ella el lado derecho de la cocina de su madre estaba embrujado. Estaba, segura sin embargo, que en estos hechizos no había odio maligno, sino una tentativa de mortificación algo perverso. Habia algo empero, que la aturdía y no le permitía pensar, escuchaba voces que salían de debajo de los asientos donde estuviera. Cuando esas cosas ocurrían alguna desgracia se avecinaba. Algún hecho infeliz se manifestaba Yo no estaba segura dijo Rosalgia, de lo que sucede a mi alrededor, porque en momento estoy durmiendo o estoy en viajes de inconsciencia, pero en conclusión llego cargada de enormes cosechas desgraciadas, haciendo infeliz a los que nos entornan.
En la casa, Mila Ventura, continuaba hablando con la voz cambiada, había dejado a su enamorado, hablando por el teléfono. Todavía escucho cuando le decía- tu sabes bien moreno, que a mi tía yo la quería como a mi madre, ella le decía moreno a Federico, para despistar a las concurrencias. Caminaba, pero miraba a ambos lados, para ver quien la observaba con deseo de llevar vida o por conocer la verdad del hecho que se trataba.
Yo me río- dijo Mila, -yo me río, volvió a decir y pareció que cantaba la expresión pero… eso si no es cierto, que Mila… se lo vaya a creer. Ukú, ukú, yo si no creo pendejadas, disque tener un sapo boca arriba, con las cuatro gomas hacia el cielo, ukú con las cuatro gomas hacia el cielo, ukú, nunca me alejaré de esta tierra, algunos de nuestros abuelos, decían que era un acto terapéutico. Esas son cualidades muy hermosas.
Los tataras de mi bisabuela, mataban un ganso o un pequeño cerdo o cabrito y colgaban el cuello del animal, sólo el cuello, en la puerta de una habitación de oblacionar, como si fuera una siembra para producir gusanos, que empleaban para enviárselo a las personas que indicara la intensión previamente seleccionada. Y así hay millares de cosas inservibles que ni me van ni me vienen. Mila se atrevió contarle a Federico que Nuris estaba loca que llegó a comer del cuello de ganso emplumado y que hizo ensalada de las plumas, del señalado ganso antes de ser muerto.
También contó a Federico, que la hija de Otilia, cada once meses paría tres gusanos de seda, era un parto de trillizos. La muchacha padecía los mismos síntomas que cuando su madre daba a Luz.
La hija de Otilia era la esposa de uno de los Primos, que residía en Santa Esperanza, en la provincia Valverde. Era muy penoso saber, que la hija de Ofelia, ya tenía tres partos múltiples y en consecuencia tenía, en término contable nueve hijos. Pero el colmo de todas estas necedades es que me buscaron para que le bautizara las nueve criaturas. Claro, para que esos partos, se quedaran entre las rejas de la familia, ya lo sabe compadre. Eran racimos que no debían ir al mercado. Ese era su primer gran secreto.
-¡Mila, que vaya a comer!- más de una vez la llamaba, en voz baja, la hija de Aristóbulo, primo suyo, para que no se enteran, los bocaeros, que allí estaban, atisbando como hienas en la pradera. – ¡Ya voy! - respondió con tonos entrecortados, mientras miraba los alrededores tanteando inconscientemente la situación, para cotizarse en euros como a ella le gustaba. Pero Mila era la prima privilegiada, recibía los halagos y las salutaciones ventajas tras ventajas. Mientras comía Camila continuó contándome que la cuadrilla de Gregonio, entró a la iglesia en los caballos con la cabeza cubierta de un paño negro ellos y, los animales de morado. Dijo que iría a Jicomé a traer las hijas suyas y las de su hermano Grigonio. Cuando oí las guineas comunicándose con su semejante, en forma natural y muy espontánea tuve la sensación el 26 de junio cuando oí los primeros disparos en el frente guerrillero el Limón, en 1959 en la montaña del Limón, donde las tropas del gobierno, dos años antes, habían dado muerte al puertoplatéense Jerónimo Escaño estudiante del tercer año de medicina.
Estaba en mi habitación cuando llegó una de las primas que convivía como amante de Gregonio. Me tomó el pulso dijo tiene fiebre muy alta, pero vi que puso una sonrisa a flor de labios, regresó con un biberón de tisana de albahaca de niños como dicen, me dejaba ver sus senos erectos como dos espinas de pino cimarrón. Se dio cuenta que la miraba sorprendido me di cuenta que me deseaba. Para ella, para mi no, era un acto de incesto. Hacía muchas brisas en la mañana, miré el reloj, eran las once cuarenta minutos, era día de san Roque. El grito de Gregonio, lo seguí oyendo entre gritos y ruidos, entre ladridos y maúllos. Llevaban tres días en la bebida casera mezcla de raíces y zumos de hojarascas, verdes y tripas de higüero y de jaguas, con jugo de algunas frutas del entorno… la bulla continúa: socolucutué, Abrahán, Ayí ayá bombeé, macuina machonga… Mayunco miyunkina ¡ja, ja, ja, ja, ja! Me di cuenta que el sueño experimentado luego de la presencia física de los primos, no era casual ni espontáneo sino planificado con cuidado… y me creí que era cierto que sufría de apoplejía, mas me di cuenta del disparate que decía. Sin embargo me envenenaba la forma de Yuskinio ver las cosas. En la habitación me puso los terminales de su pecho y sin escrúpulos ni perezas me adueñé de inmediato, cayendo en las redes de sus encantos que era lo que ella deseaba y quería. ¡Fui un flojo! Dejé que despertara mi consciencia hedonística, pensé que esa era una de las mujeres de la montaña hueca, me dije que esa era un súcubo de la montaña de la escalera de botella de polietileno… era 16 de agosto. Onomástico en San Roque de él se cree que es francés, que había nacido en 1295 en Montpellier, comunidad francesa, un peregrino viviendo por un tiempo en Roma donde curaba a los infectados de la peste, se piensa que murió en 1327, en la ciudad de Volghera. Santo protector de todas las epidemias. Ahora me ofrezco a San Roque para librarme de las energías de Gregonio González. En la enramada de la mata de mango guebito de toro, Yuskinio estaba reunido con 28 de los primos menos primos, bebían tragos hasta de raíces de saúco, de romero, de trompa de campana, de barba de maíz, de palo de leche, de palo amargo y de anamú. Hablaban del huevo negro del cuervo blanco. Extrajo 1000 pesos de un sombrero conejero, y se lo mostró a los asistentes, se lo entregaré señaló al que me traiga el huevo negro del cuervo blanco. Cuando guardó la papeleta de mil pesos, oí una canción de Paúl Mauriac, quien naciera el 4 de marzo de 1925, en Marsella, muere el 3 de noviembre de 2006. Roque (desambiguación).
Comenzaba a oscurecer y llegó a la mesa donde la esperaba la comida, allí sintió tremendo escalofrío batatero, algo contagioso, porque miembros de la logia de los bocaeros, echaban platos de comidas en un saco de pita, para no cocinar por tres semanas. Fue cuando dijo tengo sed y sueño, me gustaría comer un poco de ensalada verde antes de irme a la cama. Como si hubiese estado tocada por la varita mágica de la abuela Angelita De la Cruz, como si la maldición de aquel Rey Mida, la protegiera pasaba su prima nieta, aquella que la fuera, minutos antes a buscar, con una bandeja de repollos, de rábanos y de lechugas pero con tomates tan rojizos que más que esos, manzanas gringas parecían.
El carácter lesbiano de Mila Ventura, descomponía su realidad y se apoderaba de las circunstancias y de las improvisiones. Pelando una naranja, para con el jugo preparar la ensalada, se lamió con el filo del cuchillo, el dedo índice, de la mano izquierda, se había distraído con la discusión que escenificaba un haitiano y un dominicano, sobre la mejor manera de comer una libra de batata que ambos había conseguido en momento inexplicable. Nunca Mila supo lo que quería decir el haitiano cuando contestándole, al criollo, de decía -¡Asada es mejor! Expresaba -¡Boca n´est qui boon! La falta de comunicación rompió las relaciones entre las dos nacionalidades. La oscuridad de la noche se posesionaba en la vestimenta de los asistentes a los rezos de doña Hermes y de los trajes, que los primos llevaban en esos días, Mila, desde su lugar, desde donde aun comía de las ensaladas verde que preparó con vinagre de naranja dulce y jugo de tamarindo, que en sus juicios la ayudaba a vencer el sueño, columbraba el cachimbo de la tía moviéndose en los perímetros de la cocina y la ermita de los santos, camino al sanitario-retrete.
El olor a tabaco inundaba los linderos del cortijo familiar. Con el rescoldo de la pipa, halada por una garganta muy profunda, Mila vio, que en una hoja de lechuga, con la que terminaría de cenar, había media docena de nimitas saboreando, ya ebrias con la jalea, de la ensalada. Se movió asustada y algo llorosa, hacia la derecha siendo cuando se da cuenta que era el resplandor del fogón de la cocina quien producía las sombras chinescas que en su mente era el fantasma de la tía Hermes. Sin embargo no dijo esa boca es suya, tuvo media hora tartamuda y con temblores en tuétanos y médulas y en los intercostales, adquiridos en fracciones de segundos. Después, en la mañana del otro día, se la pasó haciendo y diciendo tontadas, que en momento sacaba de los depósitos, de los almacenes, de su mente fraudulenta.
El miércoles, 19 de mayo, la noche estaba nueva vez con el traje de los primos, Mila Ventura, contó que aquellos días, que viajaba a Jicomé de los Torres, tragándose la entraña cordillera septentrional en la corcova de una mula o de un caballo, en los triíllos de la loma de Fundación, lo contaba contenta y muy jubilosa. Sus expresiones regocijaban aquellas huellas de su pasado infantil, en los hornos de su memoria casi, medio centenaria.



























Capitulo tres (Camila)

¿Qué buscan los Primos?

Las ideas- dijo Camila Ventura- no se si se habrán ido para siempre, o simplemente han ido a dormir. El sueño que tenían, por cansancio de los viajes, era enorme. Miguelucho le exigía que hablara mejor de lo sucedido en el viaje hacia Jicomé, en un lugar de tierra roja como si la hubiesen pintado, de nombre Paradero. Entre Fundación de Guananico y Los Higos, en Loma Murazo, en Lometa Jicomé de la Montaña.
Las ideas me han abandonado, tronó desde su angustiante soledad, desde donde comenzó a llorar la muerte de su tía Digna. En la mente de Mila, oscilan palabras de salutaciones para todos los primos, enviados por doña Hermes. Continuó llorando, porque la veía recostada, en la cama de don Evaronildo su marido…que se le trastocaba por un librillo de nardos y dalias blancas con perfume de rosas y de lirios, complejidad de sus sienes. Cuentan que Mila no copió la verdad de la realidad de la Tía Digna ya que ésta, está junto a 26 doncellas, de 145 años, donde se halla María de la Trinidad, y Policarpa Savarrieta, Josefa Ortiz y Juana Trinidad, la Coronela Saltitopa. Esos nombres tenían a Camila extraviaba, metida entre un viejo berenjenal.
En la reunión de los hacendados de la parte oeste de la provincia de Puerto Plata, este de Valverde y de Montecristi, la voz de secretario de actas preguntó, ¿Quiénes son esos que se llaman los Primos? Estamos interesados en saber, qué andan buscando esas gentes, según nuestro parecer son unos advenedizos e intrusos. Pienso, expresó el secretario general, de los Hacendados de Bajabonico, que sus parientes lo repudian, pero averiguaré hasta donde es cierta mi presunción. La reunión finalizó y no supe cuando volvería reunirse. Pienso que la harán en Finca Santa Mónica, en la vieja Estancia de los Sosa.
Me gustaría, dijo Camila- me da deseo comunicarte, lo agradable y bello que es, ésta parte del valle del Bajabonico, especialmente esa parte de la santa Digna, sólo hay que ver como bailan las hojas de los árboles, con la brisa, con los vientos de comienzo de verano, brisa de mayo, junio y de julio.
Escuchaba el ladrido de los perros, el canto de las cotorras, el vuelo de las blancas palomas. Escuche usted, la nobleza y el canto de la chorrera, al caer de la superficie de la charquetita.
–Fíjese compadre, en las líneas negras, a la derecha de la alambrada…, esa que se mueve, son las sombras de mujeres y de los hombres llevando los sacos de sus dolencias, en las espaldas las cadenas. Las cosas que se obtienen sin esfuerzo no son tan dulces como las que se compran, eso dijo Camila Ventura, a uno de los Primos que les venían atosigando, desde que había dejado de escucharla hablar de los viajes juveniles encima de las veredas de la cordillera septentrional, hacia Paradero rumbo a Jicomé de los Torres. De toda manera, qué es lo que se propone,--dijo algo decidida. Te propongo que no emplees, las energías que usas en empresas vacías insignificantes, hazlo en empresas productivas. Cómprese prima Camila, cuatro o cinco gallinas ponedoras y un gallo de corral, usted podría repetir, esas acciones cuantas veces no afecten sus intereses familiares. Ella oía a su primo como una gallina que cacareara, de todo modo, entendía que la razón era de él, y llegó a pensar que sería bueno analizar esa gratitud familiar. En caso que fuera de interesarme, me iría por en camino de la crianza de conejos, de chivas y gallinas reales para vender en los hoteles de la región. En caso de inclinarme por los sembrados, estaría en las canterías de los repollos y de las zanahorias, juuuh, porque he vivido de las frutas y de las enredaderas ajenas en caminos de otras parcelas. ¡No mujer! Salió como un trueno Eudilio, conocedor de esos casos. ¿Cómo te vas embarcar por pequeños arroyos, habiendo grandiosos mares? En sabias y honestas barcarolas. Lo que produce riqueza para todos, es las siembras de tecnologías y de métodos en semillas de teorías. Mejores semillas que esa crianza de acémilas y de burras.
-¡No hombre! Compadre, cierre esa boca, déjese de fumar sin tabaco, no eche humos al viento. No hay mejor cosa que ser banquero en estos días. Fíjese que los que fueron del gallito colorado, son dueños de los emporios de loterías y bancas deportivas.
-Oiga primo- expuso Camila, yo no soy hilos de esas marionetas para que me manejen, por ningunos de mi costados. No estuve en los pasillos del edificio escolar, no estuve ni cerca de la puerta de los cursos intermedios. Pero muchos exhibimos anillos dorados de ascendencia profesional. Supe que los empresarios, manifestó Camila, andan preguntando por los Primos, y los están colocando al borde del precipicio… se acerca a su primo Eudilio y le manifiesta –Yo movilizo energías, para hacer cambiar las circunstancias, algunas veces me he sobreestimado.
Meses después llegó, a la casa de Camila Ventura, en la calle, San Isidro, de las Cañafístolas, Gregonio y los hombres de la cuadrilla de Los Primos, alegando haber sido victimas, del robo de la herencia de sus padres. Nos han robado 185 tareas de tierras planas. Tierra urbana. En los alrededores de la Barranquita, de Carlito Daniel, en Santa Esperanza de los Generales, antigua parcela llamada de los Jazmines de los Burros. – ¡No vale la pena! Déjese de estar defendiendo, Primo, todo el mundo sabe que allí estuvieron las manos del gobernador y las garras del gallo de los doce años.
¡Pero bueno Camila! ¿De dónde es que extrae tantas soberbias, inocente, usted? ¿Sería que no sabía que mamá Victoriana, era dueña… de 28 pesos catastral, de tierra en la parcela de los Jazmines de los Burros…? Que una permuta se la han adjudicados en Jicomé de los Vargas, en la callecita, y la finca de los Pérez Morel, colindante hacia lo de Guadalupina Morel. Hábleme un poco más Primo. Ahora no tengo tiempo, voy con Los Primos, a movilizar las zapatas del cielo para que se nos desvuelva lo que es nuestro. Aunque sea en serones la obtendremos somos los verdaderos y genuinos herederos. Nos encomendaremos al tribunal de los difuntos para que tomen partido en esa!

En la tarde del viernes de aquella semana, Camila estuvo en las oficinas preguntando en qué consistía 2 pesos catastral. Quiero una explicación segura y verdadera. Anduvo varias oficinas y en ningunas pudieron satisfacer su necesidad de saber. Alguien formuló diciéndole que un peso de tierra era equivalente a 11 tareas de 629 metros. –Yo lo sabía- gritó de manera inadecuada, Mila. Sabía además, que en algo se parecía a la logia de los bocaeros. Cuando Nuris, a la que, llamaba Hermana, por ser hija, de su madrina, Secundina Cabrera, rechazaba los obsequios que le hacía un enamorado suyo de nombre Casiano Fortuna, entregaba la factura de un televisor de pantalla de puntos triangulares, que le había comprado y ella, Nuris, sencillamente lo rompió, porque Camila había dicho, -esa no era pantalla para la época, las de la época, eran de superficies planas. Pero todo el vivo sabe, que esa rabiaca suya era causa y consecuencia del uso que Camila le había dado, en la víspera. Era cuestión de celos. En los rezos de Servia, la hija de Negrilda Cruz Ventura, en el cortijo de Nerita, en los Llanos de Pérez, ocurrió que su hijo Palermo Cruz Ventura, al entregarle un celular vergatario, aparato muy cómodo, pequeño, y eficiente, enviado por el presidente Venezolano, que era su compadre, desde cuando ambos fueran cadetes, en la academia militar, se lo dejó sobre el canto de la mesa, porque la gentil Camila, lo usó primero que ella, haciendo una llamada a los EE.AA. antes que ella, para enterar a su hermana Daliela, de la muerte de su Tía Digna y de la de su Prima Servia. Por eso- expresó Camila- me siento demasiado incomoda, muy mal ya que por ocasiones produje males y contratiempos a Nuris, que era más que mi Prima…

Los rezos en casa de los Digna y de don Evaronildo, iba como en todos los lugares donde muere una Matrona. La familia acude a darle el último adiós, en circuitos de rosarios de palabras y en coronas de penas, forrada de pétalos de las flores. Sin penas y sin gloria suceden acciones que son aceptadas, o rechazadas dependiendo desde donde o por quién esten siendo dirigidas… a uno los hijos le harta hasta el cuello el octavo espacio de su rozamiento, cuando oye que asaltantes de la universal cristiandad, usan el escenario de duelo para exhibirse como un juego de baloncesto o de práctica de jugadores de dominó de vecinos.
Mientras los rezadores encomendaban con oraciones místicas, el alma de doña Hermes, entraban en el aposento de Camila, los quejidos que daba un becerro, de año y medio, por haber observado la muerte de su padre, sacrificado para la comida a servir la logia de vagos, llamados bocaeros, asistentes a los últimos rezados de la Matrona Torres y Arias. Cuentan que las lágrimas que salieron de la laguna anímica de Camila, sirvieron para lavar los dolores, ocasionados en el cuerpo de los primos que no pudieron estar en la misa donde los parientes de doña Digna, no pudieron estar a tiempo a las exequias fúnebres del 19 de abril.
Los quejidos del animal llegaban a las casas de todos los vecinos sin tropiezos, ni atajaduras, ni contraste ni contratiempo, llegaron contagiosos, y contaminaban el esqueleto social en aquellos días, pero no existía un paradigma con quién enlazar los quejidos del becerro que no fueran con los dados por los perros la noche que aparecieron en la mata de guanábano, los restos del señor Justo García, las personas recuerdan que el entorno ecuménico se resistía aceptar los hechos como obra de los hombres y de humanos. Para la madrugada, el novillo, ya adormecido quizá, dejó de enviar sus tormentos intrínsecos… se abrazó a los troncos de su sueño y durmió.

La mirada del perro entraba al corazón de Camila, con mayor energía, que la del que según sus palabras, la pretendía y que ella señalara, ese mismo día, como mequetrefe encorbatado. Millonario con la venta de los ingenios Montellano y de Amistad. –eso me duele demasiado, ya que mi tío Evaronildo y Bruneslechi Ventura, mi padre, dejaron ambas vidas, en el central Amistad, y a las esposas de estos, convertidas ancianas… ni medianamente pusieron una corona en sus manos, para el día de los entierros, mucho menos una pensión, como ocurre en países, donde la ley de los hombres, respeta la dignidad humana.




















Capitulo cuarto. (Las apariciones)

¿Quién dirije a los Primos?

Los primos son la unificación que en principio parecieron la cizalla cortadora en frío del ritmo y del uso, de las costumbres y de las tradiciones. Es la unción moral de nuestra etnias entre cualquier puente familiar. Para doña Hermes, eran arroyos de aguas frescas purificantes de los brazos vinculantes, de allegados por matrimonios y otros enlaces sexuales. Pero yo -dijo Camila- los veo como a potreros… otros los ven como conucos y como vergeles de flores mustias ya desmejoradas sin vuelo de mariposas tirando a gorgojos de maíz y de habichuelas, cosa que algunos no nos atrevemos decir, por parecerse a los gusanos y piojillos acompañantes de abejorros. –No digas cosas como eso, que llora ante la presencia de Dios, según mi parecer, entre ellos andan hasta calimetes y suelas viejas en calzados nuevos, llevando narigones.
En la enramada de las leñas, uno de los primos, compone un aparejo y otros desgranan guandules y en el horcón de la derecha cinco desgranan maíz. En el de la izquierda, cuatro buscavidas, juegan domino, esos ni lavan ni prestan la batea. En el centro de la referida enramada, un biznieto de Felicita Eleuterio Silverio, saca filo a un hacha de cortar maderas, es muy trabajador, refunfuña como una gata celosa, ahora como no bebe alcoholes hace su propia bebida de raíces de las playas y de los conucos, y se la pasa hablando de sus logros, ahora fuma cigarrillo sin olores; cosa que para él es como haber sido nombrado embajador en Berlín, siendo un confeso Hitleriano. El asunto es, que con el hacha anda detrás de bejucos caros y de indio para crear el fantasma de sus vínculos con vasco como lo fueron los padres suyos que hacían amarres con el Luis Pecucio. – yo lo que hago es fumar cigarrillos pálidos, por decir sin olores. Tengo 61 años, no cambio mi morena piel, por la de albinos de ojos verdes, doy brinco como un conejo, no tengo ni agua en mi cuerpo, tampoco grasa. Es muy raro escucharme llorar por dolor de cabeza o de muelas. También soy primo, tengo lo que otros tienen en esta mansión. Por falta de energía no moriré, con la que lleva mi cuerpo, puedo rajar pedazos de aromas o cambrones… con esta… señalaba su hacha -me gano mis alimentos día por día. Me sobra energía para sacarle astilla a la madera.
-¿Quién es él, Camila?
-Es Segunildo Muñoz, ordeñador, carretero y arador con bueyes, en pocas palabras es jornalero de la familia, pero también, es uno de los primos.

-¡Cuéntame! Acércate a la mesa, algo más. No dejes de fumar que no me molesta. ¡Cuéntame!
-Fue de esa manera, no de otra. Si alguien lo dice está interesado que las cosas aparezcan lejos de la verdad, que doña Digna nos enseñó. Pero el no pegó los ojos esa noche, pensaba y pensaba en la ida de su hijo. Estuvo nervioso, era lo que aparentaba, supimos que durante sus aspiraciones electorales, produjo acciones vinculadas al socio de los montes, esa vez era su cuarta aspiración. Al creerse perdido recurrió a vender hasta el alma de sus bisnietas de tres meses de nacida. Lo hizo como cuando su abuelo, vendía un puerquito en la barriga de la mama, ¿comprende usted? El vecindario entero, se tiró en su búsqueda, siendo hasta las cuatro de la madrugada, cuando lo hallaron, colgando de la rama de menor altura, de la mata de Guanábana, que hay en el entorno de la iglesia. En un bolsillo de la camisa hallaron algo borroso que decía: por 33 años, entrego mis facultades morales y espirituales. Pero aseguran que tuvo la osadía de enfrentarse con los cancerberos de Satanás y estos los colgaron de la mata de guanábana. En verdad, compadre que no comprendo nada.
-No hombre Lorenzo eso no tiene ninguna importancia, con eso ya no se va al mercado ni a comprar un biberón, no se adquiere ni media libra de azúcar, para endulzar una tisana de hoja de manzanillo.
-¿Eso cree usted?
-¡Claro que lo creo!
-¡Pues yo si no lo puedo creer!
-Los cuentos, las anécdotas de ventas de vidas al socio de los montes ya no valen las penas, perdieron la magia, se la llevó la televisión. El público sabe mucho más que los autores de estas patrañas absurdas e ilógicas. Mayor importancia tiene comerse un sándwich de piernas de ranas o un cocote de gallo japonés bien doradito algo estrallajoso. Y si no un poco de carne de chivo o de conejo picandoso, con cazabe. O servirse un poco de café con aceite de motor creyéndolo de higuereta.
-Eso es de ahí, como si comieran un poco de trespasitos, creyéndole cilantrito o de orégano molido. De esa manera yo no puedo vivir. Los negocios con el Luis no le echo agua aunque sean benditas, y, por el calor que haya en el ambiente. Lorenzo comprendió que no se podía apostar a esos amarres ni a esos cabildeos, con alcanfor o con sulfatiazol, son facturas de viejos negocios.
-Pienso que es así, que en esta circunstancia, la razón no ha estado de mi lado, mi madre Digna… me enseñó conocer el tamaño de mis vuelos y el alcance mis alas. Eran las palabras del primo Lorencito, las oían además de Mida Ventura, estaban Luis Magda Medina Ortega. Hermanos, sobrinos de Hermes.

Camila creyó, que la belleza física estaba en el rostro, en las piernas y en los pechos… se preocupaba sólo por eso, y se marchó hacia la adolescencia teniendo los senos como puntas de afilados cuchillas, como espinas guardianes de su cuerpo. Pero llevando por ombligo una flor de casi dos pies, sobre las superficies abdominales.
Sembró en su huerto mental, la semilla de las culpas… cosas que algunas madres o mujeres sencillamente creen, que son sus hijos los responsables de todos los de sus generaciones. Entendía y así lo creía ella, que los dolores de cabezas que sus abuelos sufrieron, eran ellos los nietos los culpables. Que eran provocados por la actitud de algún hijo, o de algunos nietos o de algunas bisnietas. De algunas Primas o sobrinos. Hasta llegó a creer que los problemas eran de comadres y de ahijados.
En uno de sus sueños de la madrugada, entendió que eran cosas de la magia y misterios de los Primos. A pesar de creer que comprendía, fue en busca de Encho, su confidente, porque según sus sospechas en las esquinas del cuadrante de los hechos, existían cosas lejos de las matemáticas y de la geometría. En las escenas oníricas aparecían muchas musarañas traviesas. Una Gata prieta con las patas traseras pintadas de blanco, caminaba llamándola hacer silencio, y un gallo de plumaje colorado, la invitaba a repetir la frase ¡Jesús María y José!, pero se le trancaba la boca con todo y lengua. Además retumbaban las carcajadas en voces de mujer que finalizaban en relinchos de tres potrancas en celos. En medio del escenario luctuoso, la gata volvía y hacía la señal del silencio, convocándola a repetir silencio sepulcral.
Al otro día, pero en la mañana, Camila buscó a Lorenzo, y volvió a confesar las sospechas que tenía. Y en medio de rarísimas confusiones, expresó
- Eso es una advertencia de un ser querido que tuvo y aun tiene muchos poderes. Se está refiriendo a la logia de los primos. Ese sueño, Camila, es a los Primos que se refiere.
-¿Cómo? Manifestó Camila asustada. ¿Por qué a los primos?
-¡Claro! Se están burlando de nosotros. No son Primos nada, sino impostores charlatanes, mequetrefes empedernidos asalariado del poder político de esta geopolítica.
-¡No diga cosas como esas Encho! ¡Cómo va nadie a creérselo?
-Si que lo digo, y no me cansaré porque estoy dispuesto a demostrarlo.
-Esos muchachos -dijo alegre Camila- son sobrinos de Tía Hermes como yo.
-¿Quién se lo dijo a usted Camila? Esos están realmente conectados, a la inteligencia del gobierno y con los 665, que dicen les amaneció, vestido de negro y de blanco, el día de la muerte de la Prima Hermes, son fantasmas seguidores de Satanás. Me parece que pertenecen a la logia de los bocaeros, convertidos en esbirros y sicarios del gobierno.
-¡Yo no entiendo!
-Lo que le estoy diciendo es que simplemente son fantasmas. Parecen ser de la logia convertida en sicarios le estoy repitiendo.
-¡Si, está bien! No diga cosas iguales. Que la represión finalizó en 1978.
-¡Qué no hay qué? ¿Qué cosa dijo usted Camila? La represión no la podemos medir por la gente que esté en prisión, no se ve, ni se mide de esa manera… la que no se ve es la que mayor daño le hace a la población hambrienta, la represión del hambre y la del vicio, Camila. Cuántos pesos sacan el tercer premio, ¡dígame!, ¡dígame! lo que menos el gobierno paga. Piense por ahí,…es una burla, en su lotería pagan menos de seis mentas, ni con qué comprar un platanito cola de pato. Los primos son una risa del gobierno, una burla, poco de saliva, y lo envía donde la familia es grande, de esa manera conoce la capacidad de votación. Son unos vagos pagados, esa es la historia de la inteligencia, de la dictadura económica, de la oligarquía imperialista. Oiga Mila, quiero que no piense más en ese sueño. Se lo sigo diciendo, ha sido el poder de la varita de virtud de mama Gelo, quien la defenderá de todo y lo de la ley moral.
-¿Usted cree eso, Encho?
-¡Claro Mila! Para un pariente suyo no habrá mal terrenal que lo atosigue ni lo acorrale. Pero para que nos salga todo bien, póngale atención a sus deseos, esos que inesperadamente se les peguen, no señor, no son simples deseos.¡Cuando se le pegue deseo de dormir, vaya! No se quede despierta. No amiga, son mandatos, ¡Tenga cuidado! Camila parece confundida con las explicaciones mía, en ocasiones ha encontrado actitudes solidarias, en las actuaciones de los Primos. Ayuda y auxilio. Cuando se acostó dejó la cama y fue en búsqueda mía, para comunicarme.
¡Claro Prima! esa es la ventaja de esos, son lobos aparentando ovejas ser, por las apariencias caen los torpes, toda la vida ha sido así. Para llegar a la casa que el imperio ha enumerado, dejan crecer o simplemente se colocan barba de santa claus, para que los crean y dejan regalos hasta debajo de las bacinillas, como si fueran pavas poniendo huevos. Tiran el anzuelo para luego halar. No son locos, tampoco bolsos. ¡Sí señor, como lo oye! No son locos,

-¡Anja! ¡Pero Encho, por qué no me dice lo que buscan, hacen creer que tontos son. ¿Siendo tanto?
-No crea que son muchos, son cinco quizá sean seis los principales. Los otros son, nada menos que, simples reflejos. Son escudos, espejismos, camaroneadas, camuflajes, son más poderosos que una recuas de acémilas en celos o muchachas antes de beber cervezas presidentes, luego de hacerlo se duermen.
-¡Unja, UHF! ¿Qué cosa?
-En esos yo no confío, el jefe de esos primos… dicen que estuvieron conectados a Dantico Minervino. Cuentan que en el 65, cuando tomaron la fortaleza Ozama los constitucionalistas los libertaron… y algunos se ahogaron en el río o en el mar Caribe. Pero supe, que dentro de esos Primos hay, un espíritu superior descendiente de Desiderio Arias y de Demetrico Rodríguez…
-¡Ya veo, entiendo! Aunque de esas cosas no conozco ni papas fritas. ¿Y quién es ese Minervino, Lorenzo?
-¡Nadie! Aquel que siendo Mayor, no se si del ejercito o de la marina, era Alcalde en la Penitenciaría Nacional de la Victoria en 1960, y que complació a Ranfis, el hijo mayor del dictador, llevándoles a la Hacienda María a los ajusticiadores de su padre, para fusilarlo en presencia de amigos y proxenetas en la casa de la Hacienda María.
-Me interesa Lorenzo, conocer- dijo Camila- los nombres de esos valiosos individuos, porque me trago las palabras para que se pudran dentro si no grito para decirle al mundo, lo más alto que pueda, que en nuestros medios se le da mayor importancia a una mujer que baila enseñando la barriga, a que se conozcan los nombres de personas como héroes de grandes ligas.
-Eso es cierto- Muchacha- manifesté- pero la culpa es del Estado complaciente con los delincuentes y es un persecutor de los que como usted, piensan en los hijos de la patria. Sin embargo Camila, esos muchachos eran Hascar Tejeda, Roberto Pastoriza, Pedro Livio Cedeño.
-El jefe, de los Primos, Camila, cuentan que se llama Américo, según los últimos enredos que me han llegado, es nieto de Dantico Minervino. Está ocurriendo entre ellos algo muy particular, porque son dos las corrientes y la otra la dirige el señor Fausto Desiderio Arias, bisnieto del General Desiderio. Se cree que dentro de la logia existen gentes del general Demetrio Rodríguez. Pero siendo específico, te diré prima, que esos individuos del lado de Minervino, son simples compradores de inteligencias y de voluntades. Asaltadores de elecciones, compran hasta los dolores de cabezas y dolores de estómagos, de los de muelas no se atreven, por temor que un adolorido le saque un lembo machete y los haga cruzar el Bajabonico o cualquier Niágara, en triciclo. ¿Sabe usted? si hallan quien se los venda. Anoche cuando llegué a la casa de Malea, mujer con la que ahora estoy durmiendo, me encontré en la cocina a uno de esa cofradía, aunque esperaba la cena, le compraba a ella los dolores reumáticos.
-¿Comprar los dolores reumáticos?
-¡Siii!
-¿Cómo se compran, a cómo salen? ¿A cómo es la libra?
-¿Qué sabe uno! Malea le dijo que no iba al colegio a votar por muchas razones que para ella, eran muy especiales. Los dolores de su espalda no la dejaban pensar en colores de boletas. Pero los de mayores voltajes, los llevaba en la cintura a cuesta. El, como era especialista en esos menesteres, de cazadores electorales, le manifestó con tratos sosegados- Oiga, Malea, déjese de cuentos, que con esos 600 pesos, que le estoy suministrando los primeros dolores desaparecerán. Vaya y deposite su voto, vote por el senador, que de allá para acá le devolveré lo que le toca por los dolores de la cintura y por los de espalda. Iba retirado pero se devolvió y señaló- Ah, doña Malea… ya yo me sentía muy molesto… para que no le quede dolor alguno, le completaré hasta los resabios, pero hágalo además por nuestro candidato a síndico.
-¡Cuántas represalias muchacha!, el grado de represión prima, en estos días ha crecido como la verdolaga. Por el hambre, por el desempleo, por las necesidades básicas. Que los ciudadanos sufren los hijos de los trabajadores, de los pobres. Pero la mayor es la que no se ve, propia de los dictadores económicos. Los premios de la lotería que los gobiernos tienen son indicadores muy socorridos por los investigadores, donde los jugadores ponen a hervir sus esperanzas. ¿Cuántos saca el tercero de los premios mayores? pues tres pesos, par las quinielas, menos de seis mentas, menos de un plátano, de las rabizas del racimo, de la que en el vecindario llamamos cola de pato.
-Oiga Encho, manifestó Camila, luego de esas descripciones, para ella muy buenas, me gustaría oír de su boca, acerca de los deseos imprevistos.
-Pero bueno prima cuándo será que me dará la oportunidad de entenderla, porque en verdad no la entiendo, si fuera mi maestra le aseguró que me aburaría, como un pedazo de leña. Si estamos conversando de Minervino, y de los entornos… yo le decía o quedé de decirle que en 1960, el 30 de mayo, ese troglo de Minervino entregó a Ranfis, los ajusticiadores de su padre. Le iba a contar prima las cosas que han hechos esos fabricadores de dictaduras. El 12 de noviembre, Ranfis instruyó a su mujer, a que comprara en un campo Francés una casita nada menos que 500,000 dólares, cuentan que el firmó la autorización con el apodo de Vidó, cuentan que además le decía que estaría en la nueva residencia luego que enterrara las zurrapas de los que mordieron a su bendito y santo padre. En apariencia pretendía freír a los Perros Estrella Shadhalá, a Tunty Cáceres, Hascar Tejeda, Roberto Pastoriza, Pedro Livio Cedeño y Modesto Díaz. Era de tarde, no llovía, pero la tristeza caía desde el cielo, como si el sol hubiese cerrado ambos ojos, comenzó a lloviznar. En menos de cinco minutos caían burritos ensillados, y los planes del hijo del tirano se caían a sus pies, entonces el cuerpo de los desgraciados patriotas héroes de la patria, fueron asesinados en la galería de la casa de la hacienda María, en San Cristóbal. Es bueno que tú conozca Camila, que ese Minervino, era Mayor, pienso que del ejército, o de la Marina… no estoy seguro, de cual de las instituciones. Fue él quien los traslada, desde la Victoria hasta la casa de la Hacienda María, en San Cristóbal.
A Livio lo habían amarrado en una mata de coco y esposado tres veces. Y cuando vino el aguacero, las “esposas” se abrieron dejando las muñecas, del héroe, libres y los que estaban acompañando, al hijo del tirano, salieron huyendo, como galgo atolondrado. Ranfis quedó algo turbado viendo que sus amigos se asustaron, porque en la oscuridad, el plateado de la demás esposas, produjo enormes reflejos que con las ráfagas que descargaba ranfis en el cuerpo de Pedro Livio, confundió a tres de los esbirros y sicarios que les acompañabas. Les amarraron los pies, y los brazos a la espalda al árbol de coco disfrutaban la orgía cuando un coco seco le cayó en medio de la mesa donde repartían sus manifestaciones y energías diabólica produciendo un corre, corre que terminó en maldiciones y en risa a carcajadas. Pero ya todo había ocurrido porque si no hubiesen creído que habían sido los héroes. Oye Camila yo creo que estoy diciendo cosas que salen del canto de la verdad histórica, sin embargo, se me ha pegado, el deseo imprevisto… y me tendré que ir a la cama. Sólo me queda en la memoria la llamarada que provocaron los amigos de Ranfis cuando cayó el fruto aquel, sobre la mesa donde tenía los testículos del becerro que castró el amigo y ayudante de Américo Minervino, no puedo cerrar los ojos más que viendo los cuerpos de los ajusticiadores cayendo en los pies de Ranfis. Pedro Livio cayó de lado, y el cuerpo de este se detuvo en los matojos de hierba de guineas. Mataron a los otros cinco héroes y lo enumeraban como a cerdos, como si hubiesen sido marranos.
Continuaremos mañana. Aunque déme un trago de algo para continuar. Es doloroso saber que nuestra escuela sea tan limitativa, y tan escasa, es una obra fallida. Cuántos dineros se emplea en nada… aquí se aprende poco. Porque usted sabe, lo penoso… que no sepamos quiénes son Pedro Livio, Cedeño, Salvador Estrella, Shadhalá, da vergüenza que nuestra juventud no sepa quienes son Huascar Tejeda y los… eso llora ante la presencia del pueblo heroico de Cuba y de Venezuela, que aman a cualquiera de sus héroes provincianos o nacionales. Nuestras fallas son muy pesadas, usted no sabe nada, no hombre usted prima, no debiera creer, que un Bachiller dominicano… no sepa quienes han sido sus mártires y sus heroínas. Pero si conocemos los borrachos y delincuentes que se solazan en las pantallas de nuestros televisores. Si conocemos las lesbianas del vecindario. Los jugadores de tabernas de esas y de esos si conocemos. De eso nos han interesados nuestras autoridades. En verdad lo que deseo significar prima es que mi escuela es tan fallida como nuestros propósitos estadales, carecemos de largos fines, teleológicos. Lorenzo se detuvo para recibir la jarra de café con ron Barceló, que le produjo de inmediato una sudoración intermitente como un bombillita navideño, devolviéndole la energía perdida. Es cierto prima con Ranfis estaban esa noche, Federiano Cabral Noboa, Luis José Estévez, Jefino Alfonso, Gilberino Sánchez, Ruborosa, Antulio Sánchez. Me gustaría que viera en este periódico la casa de la Hacienda Maria.
Después supimos que los cuerpos inermes fueron recogidos por oficiales de la Fuerzas Aérea los arrastraron como troncos que tiraban a la cama de una vieja camioneta. Contaron que los convirtieron en carbones. También dijeron que los había llevados a las farrillas para alimentar unas ratas de Ramfis, se comentó además que lo habían triturados en un molino y después los cubrieron con concreto armado. Lo que no se supo nunca fue de los doce policías, que andaban con Minervino, se contó que habían muerto en un choque en las proximidades del río Yuca, pero otros dijeron que la matanza la había hecho el Mayor celebrando el triunfo del hijo del Tirano.
Oye prima Camila, en caso que te lo haya contado debe excursarme, por ese Minervino fue una de esas bazofias que los arroyos dejan de la historia en las orillas de nuestra sociedad, basura que sirvieron de babunucos a los cuerudos del régimen de oprobio y de sangre donde echaron dientes y crecieron junto a sus instintos negativos. Minervino era uno de los torturadores de la cárcel “La Cuarenta”.
Un 13 de junio, día de San Antonio, en 1960, Ramón E. Polanco Ruiz, joven antitrujillista, miembros del grupo 32 panfleteros de la ciudad de los treinta Caballeros, oscilando en los 14 y 22 años, fue una tormenta que sacudía y desafiaban los barrotes del gran edificio del régimen trujillista. Escribían a sus pasos en las paredes de los baños, públicos y hasta de los negocios, que llevaban o mostraban en las mejillas las letras C T, -Contra Trujillo- publicaban y repartían en toda la jurisdicción Santiaguera. El señor Ramón Antonio Veras pariente de Saba, la madre de mis hijos, fue uno de los dos sobrevivientes, que en el sótano de la casa Wenceslao imprimieron, en la imprenta que Manuel Bueno armó con madera, en ese panfleto estaban las dos cara de Trujillo, de un lado decía -¡Arriba la Revolución! Y en la otra… ¡Abajo la dictaduras!, Libertad o Muerte, Trujillo es una pila de mierda… Firmaban- UGRI.
Polanco Ruiz- expresó Lorenzo- habló de la manera siguiente – en la noche 27 de junio del 1960, los calieses, como cancerberos del servicio de inteligencia militar, del gobierno, le faltó tiempo para descansar cometiendo abusos y empleo de acciones inhumanas eran vampiros sedientos de sangres… yo pensaba en eso cuando José Vargas me puso en el hombro su manos derecha entonces me invitó a que aguaitáramos por la cerradura y por las rendijas de la puerta, vimos los abusos y crímenes que acometían, vimos como obligaban a firmar una carta que decían generoso, honrados, honesto a Trujillo por haberlos dejado en libertad. Entre los firmante estaba un muchacho alemán hijo de un amigo Leandro Guzmán. Pude ver, expresaba Polanco Ruiz, como colocaban en un atisbe a los muertos como si hubiesen sido sacos de carne de res, para llevar luego a una vieja y pequeña camioneta, a los baúles de carros y de camiones. No se, no estuve seguro… sin embargo cuando encendió un fósforo para saciar el vicio de fumar… comprobé que era de Luis Ruiz, el rostro, que no se veía con claridad, era el del esbirro más sanguinario y de mayor potaje, con que contaba el gobierno. Era quizá el más temido.
Yo puedo asegurar que esos muchachos eran especimenes veraces que se le temía en la época dolorosa, de miedo y de hambre. Salidos de canteras de infalibles, odiadores de las injusticias. Siempre nos hemos preguntados qué era lo que deseaban, no sabrían los que deseaban hacer. Serían socialistas, o simples idealistas de la escuela de Rafael Blanco Sosa, eran individualistas. ¿Qué desearon como grupo, para la posteridad social? Obraban aislados, no lo se pero la historia no ha respondido, contrario a ello, no se conoce algún código o algunas ideas como a los que en el 14 de junio fueron a las montañas. Algunas corrientes o tendencias filosóficas, en defensa de su autonomía y libertades personales. Preconizaron los derechos individuales más que los colectivizantes. No supimos de algún vínculo con las ideas de los grupos, de aquellas oscuras madrugadas, donde los perros ladraban a burros, cargados con los bienes de generalísimo, dormían pocos por estar presentes a la cercanía del nuevo amanecer.











Capitulo quinto
¿De dónde salieron los Primos?
Me di cuenta Camila, del terror de tu cara cuando seis de los bocaeros, cuando en las velaciones de tercer mes, de doña Hermes, se dieron cuenta de que no había comida más que para los que dejaron su comarca por venir a visitar y dar el pésame a los Primos, para los de Jicomé, de Santo Domingo y de la comunidad de Amina. Tampoco Camila nunca olvidó, el rostro del ahijado de tía Digna, que aseguraba ser dueño de la Becerra, que para la muerte de Angelita de la Cruz, su hijo recibiera como herencia. El humo procedente de la enramada y de la cocina llevaba entre la espiritualidad, olor de carne guisada, en cebollinas y tallotas, ella se sonrió a cuello de gargantas cuando el ahijado bostezaba dejando ver las muelas del juicio y que José Pancha le pusiera un pedazo de jícara de coco seco y el hombre estuvo en cama de muerte después de haberse tragado parte de la travesura de José. Estuvo pegado en la pared de la cocina donde continuaba peinaba a una de su prima. Para el referido ahijado la casa era una mansión como nunca la había imaginado, pero siendo de un solo nivel, tenía tres grandes dormitorios, cobijado de zinc, y techado de madera, el comedor separado de las salas por un antaño pasamanos hecho con tablas de palmas. La galería era larga, extensa, cabían en filas indias 26 sillas y 8 mecedores intercalados muchas veces cruzaban animales por la antesala propios de la estancia. Cotorras gallinas vacas burros, zaramagullones, las mas interesante era la cotorra con plumas verdes y rojas, inteligente. Entonces Lorenzo volvió y de esta forma explicó Camila- Encho recuerde que tengo tiempo esperándole hablar de los deseos imprevistos.
-Los deseos imprevistos, Mila, ocurren en los espíritus especiales, pienso que es usted uno de esos traviesos que se mueven por ahí, dejando rastro como una cincha que arrastra desde el cuello. Le pondré sólo tres casos, que puedan dar luz, casi siempre las almas como la que lleva su continente físico, padecen apetitos marranos, nombre que los estudiosos a ese comportamiento llamaban. Primero, van, con el fantasma de su deseo, muy temprano a la cama, porque en apariencia desde allí alguna energía lo está atosigando con llamadas que sólo ella escucha. Segundo Mila, desean fumar en cualquier cachimbo, y tercero… mujer, por temporada enmudecen. A esa actitud es que le llamé deseo imprevistos. Ya usted sabe, hay ventajas en esos casos debe saber obtener el caso de la lechuga, sino los fracasos llegan a la casa y cuando no lo interpretamos, como las energías motivadoras, producen comportamiento como envejecimientos prematuros, aislamiento social, encierro, Esos sufrimientos como parece producen serios dolores de cabeza, que no lo dejan tranquilos son castigos, por no haber recurrido a los vínculos o llamamientos de esa energía generadora la mayoría de esos castigos, son recibidos, en facetas y manifestaciones, a diestro y siniestro y en casos tolerantes, estos rebotan la energía cobra objetos o sujetos del espíritu de la rebeldía.
En santa Luisa, cerda de Guanuma, vivía Victoriano Hurtado maestro en esa región cañera, en la Victoria. Su mujer era una muchacha, joven en ocasiones sabatinas, llegué a su comedor… tenía los cabellos recogidos, con pañuelos olorosos y el Profesor Hurtado no podía comer el plato que había preparado salía y se perdía en el entorno escolar y la vecindad familiar. De vuelta a la ecuanimidad de su juicios llegaba a la casa la encontraba cuando terminaba la energía, comenzó a comer del locrio muchas veces, de harina de maíz con carne de cerdo prieto. Llamaba a Mercedes, la encontraba en sus quejas eróticas recuperando extraviadas energías placenteras. En circunstancias y ocasiones otras… la escuchó llamar a quien apariencia era su amante fantasmagórico, cuando despertaba el Profesor Hurtado contemplaba la marca y cuando parpadeaba la hallaba bañada y perfumadita, ¡Ja, ja, ja! ¡Eso es poca cosa! Agregó Lorenzo Arias, porque lo que le contaré ocurrió en el Jamo de Altamira en los años 1970… allí vivía Florecida Parra, en ocasiones decía que sus padres eran de los Patos, pero si se bebía un trago decía que era de Peñón, el hecho es que se caso, con uno de tractoristas, de los tantos que por allí pasaron en esos días, que construían la autopista Navarrete Puerto Plata. Leonte fue a degustar cargado del apetito por pollo al carbón, como el que acude a una mesa, halló a su mujer convertida en una anciana, pidiéndole que la bañara con ron Palo Viejo, y en caso de no encontrarlo que lo hiciera con aguardiente JB, Leonte sintió desencanto y mucho miedo, hasta mojó los pantalones, matando al instante sus deseos voluptuosos. Compró ginebra JB, cuando le aplicó al cuerpo engurruñado, sofocó una sofocación espinosa, espumosa, muy parecida a cuando ligamos cloro a orines. La piel de Florecida volvió a los quince años parecía la piel de una manzana de guineo cuatro filos. Leonte la llamó, a partir de esa circunstancia, Lagartija de Pasión, recuperó el lujo de la adolescencia, los elementos de los deseos imprevistos. Transformó el miedo en energía juveniles nuevas, pero se quedó sorprendido viendo que los canos cabellos se habían opalinarios. Sin embargo Leonte no quiso entrar al refugio donde dejaba sus deseos, porque Lagartija de Pasión recuperaba los dos colmillos que había perdido, en un encuentro de prácticas de succionar miel de abeja de un panal sin castrar. Ahora los tenía limpios nítidos. Sintió miedo, mucho temor, porque vio que de la sábana de negra se convirtió en blanca, se escapaba una gran gelatina amarillenta algo con la palidez de la muerte, del humo que salía de la boca de Lagartija de Pasión, como si fumara… se iba por las rendijas de la culata de la vivienda todo esto Camila está ligado en la estrechez de la intimidad. Un mundo de energía demoníaca con fuerza capaz de cambiar la totalidad, de esa realidad, fíjate que anoche, en mi pequeña casa, el señor Halmintón Socia, me solicitó ayuda porque su mujer se la pasaba durmiendo según ella misma, en los manantiales y frescura de la ficción. Yo estuve demasiado triste mientras él me contaba- pero lo que mayor me entristece- es saber que no soy quien la coloca en los niveles de satisfacción- señaló Halmintón. Su mujer, despierta con los ayees que prende, para satisfacción, a todo el vecindario de su entorno y más allá, eso creo. No sólo es en estos tiros sexuales sino en los negocios y demás arandelas. Nuestros altares muchos son los que lloran por no haber llegado a ser santos, fíjate que el hijito de Kuníngo tiene la esencia vital del que fuera su propio bisabuelo, en ocasiones habla y hace cosas… estornuda como el propio papá de su abuelo, recuerda que es un infante privilegiado. Me atrevo a asegurar que ese niño es su propio bisabuelo. ¡Ju, ju, je, je! No te ría que todavía está cuerda, pero doña Hermes creía, que su hija Rosalgia, era copia leal de su bisabuela, con todos y los prejuicios y los enredos, con los caprichos, mas, era la vieja abuela suya, claro que el color y caracteres étnicos, en la piel de Rosalgia, algo tenía que traer del engendro. Un nieto que la oyó, en una madrugada, diciendo con respeto sin estar acompañada – ¡señor Mendel, señor Mendel! Esos no son mis pecíolos, los míos son de lechosa, el maúllo de un gato, que llevaba 15 años sin salir al patio de la casa, me imposibilitó escuchar. Ese sabía, aunque fuera un poquito, de todo. Hacía que lloviera, sin dejar ver los nubarrones. Los Abuelos de Evariano, eran Esteban de la Cruz y Mateíta de la Cruz, primos por fuera y por dentro, recibieron deseos imprevistos en su matrimonio. En los caminos llegó a dormirse. No importaba donde anduvieran, los guías los atrapaban, estuvieron al borde de la muerte. Esas energías, figúrate Camila, los atraparon en las chorreras del río mientras se enjabonaba. Unas manos pálidas lo metieron al charco de los ataúdes.
-¿Cómo va ser?
-¡Cómo lo oye! los introdujeron al fondo de uno de los charcos de las Damajaguas. Estuvieron en los charcos de los ataúdes.
-¿Cómo fue eso?
-¡Igual como suena y lo oye!
Horas después que despertara en la cama de Angelita su hija mayor, lo interrogaron por la trata de negros en la isla Goree y de los palenques en tierras caribeñas conscientes que nada puede ser tan fácil, se llena de dudas Esa Camila- manifestó don Lorenzo no es lo mas importante, pero es real, esa es la realidad. Camila se llenó de penas por los esbozos que le hizo don Lorenzo Arias, ese individuo está protegido por la carga de datos que encima lleva.- le dijo a un vecino que acababa de llevarle café con chocolate acabadito de preparar. El primo miró para las habitaciones de la vivienda de Camila y vio que estaban repletas de hojarascas listas como si esperaban al recogedor. Pero Lorenzo explíqueme lo que dijo la maestra Dolorita. Pienso que eran por las páginas fantásticas de algún cuento o de una fábula mal encajada, quizá pueril.
-¿Anjá Camila?
-Ella asegura, que en lo profundo de los charcos y de los océanos viven las metrazas, como viven los peces, que además viven los indios, en grandiosas divisiones, y enormes ejércitos como los de Oyún, de Belié Belcan, los de Papá levá y de los orisyás…
-¡Eso no lo entiendo! dijo Camila.
-Quédese sin entender, pienso que es mucho mejor para usted. No se preocupe. Por año y años se ha creído en esos disparatazos misterios que alguien se ha beneficiado y continúa sacándole como si fuera puntas a una caja de lápices de carbones. Se han y siguen beneficiando con nuestra ignorancia. De la ignorancia social, siembran de todos para que el pueblo continúe esas huellas de fantasías propias de estulticias.














Capitulo seis
-Oye Lorenzo- mi hija Melinda y Cundingo creen que me estoy volviendo vieja alocada, según sus observaciones estoy guardando los papelitos hasta de las mentas.
-Ju, ju, ju…me río porque los míos, lo mismo dicen… anoche ocurrió que deseaba fumar y buscaba el cachimbo, de pluma de cuernos de búfalo, pasamos dos horas riéndonos, porque uno de los primos, que allí estaba, y dijo- Pero Primo Encho, será posible que a usted le ocurra… lo que al primo Juliano. Que teniendo la correa en la mano, no sepa que la tiene… póngase una mano en los labios Encho, y lo hallará. Ahí tenía yo la pipa, riéndose de mí. Mi rostro, Camila, se presentaba alterado, como si lo hubiesen plastificado. No era vergüenza lo que en verdad sentía, empero así era como estuve mientras me observaban. Hut pero… como chivo viejo, no dura en lazos, me sacudí y comencé a contarles historias de Nicolás, de Fermín y de Juanico; también de Gregorio y de Pigyn, de Braulio. Los viejos primos de la comarca y toda aquella impresión, se fue camuflajeando por alegría aparente. Me trajeron cena, café y hasta otro cachimbito que en verdad lo guardo porque tiene una caída principesca. Oye Camila, hace días que deseo decirte algo que pienso no has escuchado… aunque lo que no te he dicho, es que son muchos los tipos de primos, hay que parecen cogollos de lechosas, ramas de zanahorias, lengua de vaca y cardo santos. También hay que parecen flores de invierno y las mujeres son princesas, dalias de vergeles tiranos, que embriagan a los enamorados, si ni siquiera permitirles mirarlos. Pero en la carretera de aquel camino ocurrían muchas cosas ya entrábamos a la segunda semana, de ese mes tan lluvioso y tronador, los relámpagos eran escasos las percusiones de los elementos fortalecían el temor que tú sentía Camila, cuando veía las garzas volar, que no movían casi las alas al descender a los aromales, ese mismo motivo lo colocaba en posesión de observatorio, viendo a los chinchulines y los cuervos retornaban a los palmares. Encima de las amapolas, escasas en nuestra Estancia, se anidaban unas cuantas garzas reales pescadoras en los ríos. La tarde seguía con su andar pesaroso pero los truenos no dejaban de besar los aires, Era tarde como cualquiera de las del siglo 19, entre murmullos de elementos arriaron con su poder dominicanita, a los agrestes haitianos. Pero deje de fumar porque la lluvia caía con mayor furia, aunque no olvidaste que se te había mojado la memoria, pero no olvidaba a los hijos que la colocaban en la perdida de las facultades mentales. Los truenos estaban furiosos, y pudiste aparar la olla de plata que te había regalado la abuela, la olla se caía de la alcayata, fue allí que Cundingo, su hijo, que Camila tenía fuerza mental. El agua continuaba como caían las chorreras desde los penachos a los arenales. Lorenzo lo conocía, y miraba por las rejas de dos tablas de palmas… era 8 de junio del 2010, pero Lorenzo afirmaba que era 9 de abril del 2036, fecha para que uno de su primo hijo de doña Hermes, muriera. Luego creyó que se había equivocado porque quien moriría ese día, era uno de sus gallos, o quizá uno de sus ahijados. Camila sabía que Lorenzo estaba pensando, en los nietos del socio. Nada más y nada menos que un grupo que habían formados los ahijados del primo Feliciano Henríquez, para evitar que los abonados se murieran antes de que entraran las primeras tres décadas del siglo 21. Mal contado, ya se habían muerto 56 primos, a partir de la muerte, por ahogo en las aguas del Bajabonico, de su hijo político Bernabé Silverio.
Era el mes de los ciclones, y desde que el dolor ataca a los hombres y mujeres que viven la fuerza de su cuerpo... Lorenzo se asustó con las ideas que estuvo condensando entre las moléculas de la lluvia de aquella tarde sietemesina, luego de oír algunas de las ideas, que había dicho una prima de Camila, en protesta, porque no la incluían en la repartición de las responsabilidades... dentro de la casa de la difunta Digna, el grupo que jugaba dominó, hacía historietas de la guerra de Vietnam, en el período de los años 65 y 73... el adyacente refería hechos de la guerra de abril y de las acciones de Ramón Montes Araches , de Lachapelle Díaz y de Francis Caamaño Deñó, un tercer grupo, que no menospreciaba la caía de la lluvia, coincidían diciendo que era buena para lavar el rostro a los Duvarielistas y de los tontome macoute.
Esos terminaron señalando que el 22 de diciembre Trujillo, en 1958, en Jimaní, en la frontera, en Mal Pase, acordaron no permitir actividades suberticias a favor o en contra de ellos o de algunos exilados.
El cuarto que estaba integrado por 12 primos no dejaban espacios para pensar más que en los Strossner y de los Somoza. Lorenzo tranquilo se lavaba la cara con las últimas gotas de la lluvia del 8 de junio del 2010, y oía que ahora el primer grupo hacía malabares con las ideas de los Andinistas, con la idea del comandante Cero de, Daniel Ortega y de Norman de Jesús López Porra, Hugo. Pero lo que mucho me dolió fue escuchar a uno de esos decir- no conozco quien era Sandino, y dijo unas retahílas de incongruencias a favor de los abuely yanquis, que me cortaron la respiración. Me tuve al morir escuchando tantas necedades, que violan y ultrajan los espejos de la relaciones entre los seres humanos. De esa manera no podemos seguir viendo la vida. Cuando me iba escuché que de los primos surgió una voz que dijo –nosotros no somos los primos y quiero que sepan que en los cruces de aquellos caminos sucedían bastantes cosas en junio, y nos vamos a cercando a la tercera semana de esa franja tan festiva en nuestra zona.

Capitulo siete
Los días estuvieron necios, llevando un comportamiento de borrachos y de proxenetas de prostíbulos, interpretar esos cambios era para Watson, Skinner, o para Pavlov, neoconductistas. Lorenzo se la pasaba buscando fórmulas que pudieran ayudar a Camila a completar y entender la existencia y permanencia de los primos en el cortijos como aquellos pretendientes de Penélope, en la ausencia de Ulises. Entonces fue cuando pensó, en que los primos, estuvieron hablando del presidente norteamericano Don Ulises Grant. Artífice orientador de la anexión de nuestra republica a las colonias del imperio del Tío SAM. Camila no conoce esas cosas ni le importan, no conoce que en las tres grandes jornadas bélicas, los primos han tenido su cuota a parte, valga decirlo a sí. Pero hablemos de la restauradora, última jornada donde los Primos Silverianos, nombre que adoptaron, por ser Silverio sus apellidos. Los Coroneles Nicolás, Fermín y Gregorio, comandantes en Hojas Anchas, en La Cuesta del Balazo en Los Llanos de Pérez, y aquí en las Aromas, mantuvieron comunicación con los coroneles Eusebio Manzueta, José Soriano y Marcos Adón. Pero quiero que oiga lo que se cuenta de Evangelista, Adón, Camila. Se señala de este honrado personaje, que en la última jornada para sellar el triunfo en los alrededores de Ferragur, viéndose derrotado por las huestes del imperio español, simuló que rezaba, y en segundos envió a 12 de sus hombres más jóvenes, y con buena disponibilidad, hacer un cerco de humo en un perímetro de trescientos metros y a otro grupo de caballería para que amarrara en el aparejo de cada animal paquetes de pencas de palmas y las arrastraran simulando que se acercaba la reserva a caballos… y así lo hizo obligando a que los españoles salieran disparados pensando que sería derrotados.
También se cuenta que el General Evangelista era propietario de territorio y que al estar perdiendo la batalla, como dijimos ya, se colocó de rodillas y dando un grandioso alarido de guerra rezaba junto al alto mando militar, pidiendo con vehemencia a San Antonio, del que era fiel devoto, que de ganar la batalla, El, y el coronel José Soriano, entregarían los terrenos, para fundar la ciudad a la que pondrían el nombre de La Victoria, y también una iglesia para San Antonio, es aquí donde afirman que se formó un remolino de polvo en las tropas del imperio, saliendo todos atemorizadas. Cuentan que la polvareda era tan grande que tornado parecía, los guerrilleros de Marcos Adón y de José Soriano, movían las armas como fuetes los recueros cibaeños, contra los oprobiosos soldados extranjeros, que habían manchado la dignidad de los dominicanos. Nuestros primos no se apartan de la mente histórica aquellas acciones de los amigos de la tercera república.
Camila me llamó para que entrara las sillas haraganas que Papito Beltrán había dejado en el sereno y caían gotas de agua como si estuviera nevando en un ambiente de calor como era nuestro paisaje. Eso impidió que pudiera continuar escuchando lo que decía Miguel Adón, sobre la vida del general Marcos Evangelista. Llegué a escuchar que dijo-No acepto esa idea de que Marcos Evangelista naciera en Higuey, fíjese otros dicen que fue en el Ceibo que naciera. A quién le creemos. Lo que podemos asegurar que las guerrillas suyas esquivaban las tropas enemigas y no se dejaban ver, de esa manera era como asaltaban las diligencias y convoyes cargadas de provisiones, creándoles grandes daños físicos y morales a las fuerzas adversarias. Por esas y otras razones Evangelista, se comenta y se asegura que fundó la Ciudadela llamada La Victoria del Camino, en los días de marzo, que era para José Soriano, su mes favorito, y de abril de Adón en 1864, para entonces había noche que Adón dormía poco entraba a los 65 años, partiendo que se conocía que había nacido en 1800, pero mantenía su agilidad en el movimiento de sus piernas y de su espalda. Así de las miradas de lince y de águila.
Camila vio que Lorenzo encendió la nueva pipa que le había traído uno de los Primos desde ciudad Bonao, y mientras eso ocurría pensaba porque los primos Andamio Juancito, que eran además cuñado no eran amigo de los oficiales de las guerrillas puertoplatenses entonces como caída del cielo Lorenzo le dice – Francisco y una mujer de nombre la Condenada, eran quienes visitaban a Luperón y a Dubocq, de Luperón se decía que era hijo de don Pedro Eduardo Dubocq comerciante puerto platense. Lo que a los primos les interesa dijo la señora Rosalgia es conocer quienes tienen la herencia que a ellos les corresponde, quién se ha quedado con ella? ¿Quién se ha hecho dueña de lo que era de mi padre? Pero no hay que andar tan lejos manifestó Camila acerquémonos a la mesa donde se halla descansando Lorenzo que el nos dirá ¿quién en serio era Ulises Grant? ¿Quién en verdad era Gaspar Polanco? ¿Qué fue lo que lo motivó a ordenar la ejecución de Pepillo Salcedo? Pero Lorenzo está durmiendo Mila, ¿tú no te das cuenta?
-Claro dejémoslo dormir y vamos a los corrales a ver los animales corretearse.
-Si vamos, me gusta verlos intercambiando deseos. Ju, ju, ju, a mi me gusta… además me estimulan. No entiendo, eso si es raro que duerma a esta hora, ese hombre siempre está despierto.
-¡Pues fijate que ahora duerme!
-¡Así es, me parece muy raro!
Estando en la pocilga viendo que el verraco daba cariño, a sus cerdas adoradas, escuché que en la casa de Doña Hermes alguien daba voces algo débiles. Miré para dentro y no vi quien fuera, luego escuché que unos ceceos salían del techo del cuarto donde estaba acostado Lorenzo, me acerqué con mucho sigilo, comprobé que con su respiración una funda de almohada, ingrávida, se movía de arriba abajo. Dejé la habitación de Lorenzo, nadie me acompañó, me bañé en las cristalinas corrientes del Bajabonico. Después llegaron Fausto y La Negra, quienes estuvieron en la vivienda del Juan el de Brígida, la hija del primo Miguel Cabrera. Allí escucharon el cuento del joven pelotero que les había cortado el brazo izquierdo, porque su propio padre lo acusaba de estar robando los víveres en parcelas ajenas.
Candelario Ventura era un individuo de casi cinco pies de tamaño, con mañas hasta en las faldiqueras, marido de una amazona que debía doblarse para poder entrar al bohío donde vivía con él. Se llamaba Genara Chiquita, yo lo hallaba un nombre contradictorio al tamaño suyo, supimos, que a pesar de poseer ese enorme tamaño, era una mujer de alta sensibilidad y dulzura especial. Dicen que era manipulada por Candelario, individuo de acciones arbitrarias y muy violentas. Sin embargo se confabulaba con las desmedidas ambiciones del engendro diabólico de su marido, a quien también se le aplicaban complicadas relaciones con Luis bello. Su primer embarazo ocurrió la misma noche que se la trajo de una velación que había en Los Manantiales, el 24 de junio día de San Juan. Contaba el mismo a sus compadres metidos en tragos de palo viejo, ron que Candelario bebía, en alboreada en esos montes del nordeste de los territorios de Arroyo Resabio, en la vigilia de la noche más larga del año, y que en ella según los secretos del Patrón Dormilón se referían a San Juan, llegaban los misterios, las magias y secretos. Hablaba ese Candelario que había embarazado a Genara Chiquita, con el deseo y su pensamiento, que era ahí, donde estaba su poder. Que como ante los deseos de San Juan fue quien esa noche pasó la prueba. Y que por eso se había ganado a Genara Chiquita. Contaba a sus compadres que tuvo que saciar sus deseos los de Genara Chiquito, ocho veces en el largo camino, que esa era la prueba final, del gran menú universal, pero que para poder estar activo sexualmente no debía comer carne de cerdo esa noche, pero si debía hartarse de carne de Conejo y de chivo, y el lo hizo. Eso sí- decía a los compadres casi siempre cuando se terminaba el ron de octavo frasco, que tuve al perder a Genara Chiquita, porque no conocía que había que poner debajo de la almohada un papel donde estuvieran escritos tres deseos, y tres yema de huevo con semen de burro en una poncherita… -esa prueba yo no la pasé porque no supe como extraer el semen den animal además nunca supe que era así que eso se llamaba. Eran supersticiones arriesgas. También contaba Candelario que si las pruebas iban hacer favorables una mata de higuera que debía aparecer en el patio de la vivienda florecería y era la única vez. Cuentan que quien cogía esas flores con la manos zurda esa noche enriquece… y la felicidad andaría con el en dondequiera que estuviera. Oigan compadre todo esto tenía que ocurrir a las 12 de la noche, había que hacer el amor debajo del árbol de higuereta, después observar el cogollito, para saber cuando nacería la flor. Dicen que los ruidos, los maullaos y bramidos de toros, gruñidos y sollozos llegar en la madrugada. Los que poseen facultades para soportarlos ven demonios en desfiles espantosos montados en serpientes y en gigantes aparejos en forma de arañas. Los que ven la mata encinta en flores no le ocurre nada, eso si que debe agarrar tres con la manos zurda y ponérselas en el pecho y en los dos hombros… de dónde creen que salió ese poder que tuvieron los Zarzuela, fue de ahí, cuando bajó de la higuera, sabía donde les esperaban para entregarle la fortuna. Eso ha sido de esa manera por generaciones, y cómo cree usted que Ñico Lora aprendió a tocar el acordeón en una noche, fue en la noche de San Juan. Pero escucha dijo Candelario, yo soy devoto de Juan Bautista, porque mi papá se llamaba Juan y porque es al único santo que se le celebra su nacimiento y no su muerte. Tuve seis hija que perdimos, la gente dice que Genara Chiquito, la vendía en la barriga como hacemos con los marranitos. Eso es una patraña, es una fatal mentira. Neney, el único hijo mío, nació en 1941. Cuentan que a el no lo pude vender porque era el séptimo y medía seis pies siete pulgadas, que ni el enemigo malo quiso comprarle, porque yo lo rechazaba como a puerco cimarrón. Cuentan que Neney, era un buen muchacho, de 15 años, que su madre como El, medía 6 pies 6 pulgadas. Genara Chiquito supo que de Candelario Ventura llegaron a decir que estaba alocado con el juego de lotería y el gusto por las cervezas presidente. Dicen que para levantar dinero vendió las 7 tareas de cacao, que eran de la madre de Neney. Cuentan que en el negocio acordaron con el comprador permitirle a Neney entrar a cortar el cacao maduro hasta que cumpliera mayoría de edad. El hecho es que en una actitud abusiva les salieron cinco familiares del comprador cortándole el brazo izquierdo de un solo machetazo. Manifiestan que Neney cortó a dos de sus agresores cuando recogía la mano zurda, que empuñaba una roca, que estaba en las raíces de una mata de higuereta.
Dejé de beber tragos con los compadres porque ahora no lo tomo con toronja sino con hielo únicamente. Bebo con los primos, también me aceptan sabiendo que ando con los bolsillos repletos de vicios. Yo se que para Hilario, esos vicios son cucarachas, y ciempiés. Son ratas que pueden soplar y orinar sus intereses. Me aceptan con displicencias como si oyeran sonar el pito del ingenio Amistad o el de Montellano. Me esperan los viernes en la tarde en la barrita de José el panadero y duramos hasta la madrugada. Llegué a oír en aquellas ocasiones de moliendas trujillistas, a los borrachos vociferar “¡arriba el jefe, arriba el jefe!” muchos aplaudíamos, los que no lo hacían dejan la cabeza en el campo santo. Nadie se atrevía a empujarlo y mucho menos a sacarlo de la fiesta haya o no haya pagado cantina. Se corría el riesgo de que fuera una trampa de los esbirros del Sim, eso era el Servicio de Inteligencia Militar de la tiranía. Hubo ocasiones que se hacían ajumados, y cuando menos queríamos escuchar merengue de la tiranía salía uno de los muchachos de Alicinio Peña con el merengue recogiendo limosna… y hasta sin pareja salíamos a bailar, pues usted cree que era fácil, no era fácil vivir esos días. Por esos algunos nos quedábamos en lugares como estos, estábamos en el borde del precipicio o en el filo de los machetes de los calieses o de los cocuyos de Balá. Cuando vine de orinar, traía en mis almacenes mentales sacos de matas de higueras, que eran caprichos de la memoria mía traerme cuando iba al baño y duraba mucho orinando. Como no supe mejor dicho no hallaba la manera de deshacerme de esas imágenes infernales pensé que la incendiaba con gasolina y candela. Pero sólo era un deseo de niño. Recordé que era 23 de Junio la noche más larga del año. Las tradicionales noches de San Juan llenas de múltiples secretos, de notas misteriosas. – ¡Primo! Exclamó el más joven del grupo- que bebíamos tragos Palos Viejos con naranjas agrias, háblanos de los casos que dicen les ocurrieron en la noche de San Juan, cuando usted se trajo a Genara Chiquito, de la fiesta de los Manantiales. –No recuerdo de eso ni papas hervidas. ¿Qué dicen de esa noche, Chelo? Te pregunto porque no recuerdo nada, ya te lo decía.
La brisa que llegaba de los conucos traía olores de azahares y de flor de mujer de media noche, el silencio se cruzó en las piernas de los tertulios de la barra, luego que hasta las orejas se rascara Candelario dijo: No crean todo lo que oyen, que la verdad casi siempre anda disfrazada, Muchos de esos son cantos de hachas, dijeron que me había traído a Genara Chiquito en el anca de una escoba que se la había ganado en una partida de dominó, a un misterio de las nieblas, cuentan que tuvo que hacer el amor, para complacer al misterio, con una salea en presencia de Genara Chiquita, me río pero siento hormigueo estomacal, y algo de nausea. Déme un poco, primo, de ron sin jugo de naranjas. Le miro los ojos para convocarlos a seguir la parranda, esta historia es demasiado traviesa y serpentea como un camino. Sucedió que habiéndome amanecido, en la fiesta del primo hermano, Candito Parra, en la Llanada de los Cafés, que celebraba la ceremonial de San Juan, por tres días, estuve en un arroyo sin embargo casi me ahogo siendo yo un peje, pero vino una fuerza muy poderosa y me halaba hacia el fondo de una cueva, pienso que era la residencia de algún demonio exiliado. Los de la región aseguran que en ese pozo habitan seres, que están las almas de cinco vírgenes, que se ahogaron el 21 de Junio en la víspera de la gran noche, la más larga del año. Que en las cinco muchachas, hay una hermana gemela de Genara Chiquita, que necesita que el que hizo mujer a su hermana, la haga también a ella. Los del lugar además dicen que yo vendí mis hijas pero que como no quisieron comprarme a Neney, le cortaron un brazo. Que el diablo le teme a Neney porque es nacido luego de gemelo, y que lleva el número 7 por fuera y por dentro y el pájaro malo le teme a ese número. Son muchas tonterías las que muelen. Es cierto que nació el día siete del séptimo días de la semana séptima del año 1947, y que mide 6 pies 7 pulgadas. Me río porque yo sólo tengo 4 pies 7 pulgadas a mi me teme mucho más. El sabe que no puede incomodarme porque cuando eso ocurre entonces, Me creo que soy un hombre de 71… no se qué, lo que se es que crezco en los niveles que sean. Vuelvo a pedirte un traguito, pero ahora échamele toronjas o naranjas, que no siento más que hambre, este ron lo están haciendo claro, para que acabemos pronto y, pidamos los otros frascos. Eso es lo que puedo decirte de eso de temerle al diablo, me creo un toro, o un gallo de pelea cuando me atosigan. Oiga primo, muchos deberían cerrar la boca con un tapón de mierdas de perro, me voy a parar porque me da un poco de calambre el estar tanto en la misma posesión, no crean que estoy creciendo, no estoy igual. Me pasa que muchos no hacen ni dejan hacer, no, no es en el cabo del cuchillo, que tengo la mano, es en la correa. Con este entro hasta la iglesia ustedes lo saben.
Pero familia déjese tanta fanfarrias, de tantas privanzas, ¿qué parte del credo se cree usted que es? Nosotros los queremos porque usted nos quiere también, y por eso es que compartimos, y le preguntamos. Lo que rechazamos Primo, es lo que le hizo al primo Neney, todos los paisanos lo rechazamos, sabiendo que era lo único que le quedaba de Genara Chiquito, su madre. ¡Venderle su Herencia, la de su Madre, es para ir a la cárcel, vea hoy su hijo es un mocho, no está muerto porque llevaba el número 7 en siete lugares de su cuerpo, y su socio Candelario, con el no puede.








Capitulo ocho
Camila pensaba en Minervino y en los secuaces de la tiranía, pero no sabía ¿qué se había hecho el primo Lorenzo?
Salió de la habitación y llamó a Sucreño, quien le informó que Lorenzo había viajado a la comunidad el Limón y para La Escalera, porque necesitaba comprobar unos asuntos sobre el foco guerrillero Gregorio Luperón en la cordillera Septentrional, en la comunidad Altamira. Camila sabía poco de esas cosas, y tampoco no le importaban. Con sólo saber que existió, ella tenía.
Sucreño la acompañó al cementerio a llevar flores a tía Hermes y las otras tías, era día de las madres. Sucreño era afiliado a la fe Calvinista y mientras Camila alababa a los misterios del universo católico, el jugaba con un pajarito que se había caído de su nido, pensó que podía ser un espíritu desviado y le presentó aunque en forma burlona, las condolencias, esa no era la ética de un protestante, sino la de un capitalista consumista, sabía que era un cumplido social. Camila rezaba con tranquilidad, en aparente sosiego, movía muy pocos músculos de su cuerpo, no daba muestra de acciones impulsivas como las de Sucreño que estaba en constante excitación como si se intoxicara… Camila comía mejor que lo que rezaba pero dormía algo en el día mientras que Sucreño no le importa nada de eso, aunque utilizó sus manos para enderezar el piquito al barrancolí que se había caído y le halló el nido donde lo colocó. Eso sí que calificó de burocrática su actitud, más que de humanista y solidaria.
Cuando dejaron el cementerio Camila le preguntó si sabía cuáles eran los datos que a Lorenzo le interesaban, Sucreño, dijo pienso que busca nombres de los diferentes frentes que estuvieron en la montaña, pero el primo sabía que Papá Julio, tiene esos nombres en una libreta con Mauricio Báez en la cordillera del Seibo; Hermanas MirabaL Reyes en la cordillera en San Francisco de Macorís: el Gregorio Luperón en Altamira; el Ventura Simó en Ocoa y Bonao: el Francisco del Rosario Sánchez en la sierra de Bahoruco y Enriquillo y el frente Jiménez Moya, en Manacla en la cordillera Central en San José de las Matas.
Además para el libro que está su primo haciendo necesita los nombres de los caídos en loma limón y en loma Escalera de Altamira, esta tarde llegó de las Calabazas donde vivían unos Primos de doña Hermes por líneas de la abuela de Mamá Victoriana. ¡Buenas tarde primo Andrés! ¿Cómo se siente viejo? El viejito no me respondió, me fui acercando a su silla, me di cuenta que dormía con los ojos casi abiertos. Al principio temí, pero estaba vivo.
A esa comunidad le llamaban “Las Calabazas” porque se contaba, que en noches oscuras, salían tres difuntas, con caras de calabazas dando lamentos, terminando en carcajadas angustiosas, en la madrugada, que aunque no lloviera los tres arroyitos crecían, por las tantas lágrimas que estas habían derramado.
El Primo Andrés, me dijo que tres mujeres embarazadas, hijas de tres trillizos, parieron en esos tres pequeños arroyuelos, una tarde que sin ser convidadas. Decían que llegaron a la misma hora, a la misma fuente, con los mismos dolores y parieron tres niñas que se volvieron nubes de humo amarillo. Remachaban en decir, que las tres criaturitas misteriosas fueron llevadas como si tuvieran imantadas a una cueva que había en ese pequeño río, las tres hermanas, tan pronto como contaron lo ocurrido, se derritieron como si hubiesen sido de cera de abejas. Eso es lo que dijo el pueblo del Limón, cuando fuera una comunidad poblada, no como ahora que luego de la llegada de los barbudos nadie viene aquí a menos que no sea por querer saber de Félix Jerónimo Escaño Peña. ¿Sabía primo, que Jerónimo tenía varios semestres, de estudio de medicina, en la universidad? El sólo movió la cabeza y me miró como cuando le hallé durmiendo. También vienen por aquí los 21 de diciembre, por desenterrar los recuerdos de Daniel Matías, y de Sostenes Peña Jáquez, estos fueron capturados. Sostenes murió en San Francisco de Macorís, en los fragores de la lucha de abril en 1965. El viejo se durmió de nuevo, pero en eso llegó una nieta suya, que me encajó de primo, y me entregó un plato de harina de maíz con habichuelas verdes, con sardinas picapicas, otro tanto al primo Andrés, quien buscó sendos aguacates. Los bajó de un soberado, donde los tenía madurando, con hojas secas de plátanos o de guineos. Ya en el improvisado comedor, yo saqué de mi mochila, una coca cola y la serví en los jarros, que había puesto la muchacha.
Don Andrés afirmó que era primo hermano, de Arturo Martínez Torres, primo también, de tía Digna, y me pasó un cuaderno donde tenía los nombres de los caídos con Manolo, en las Manaclas:
Dr. Manuel Aurelio Tavarez Justo, Leonte Antonio Schott Michel, Fernando Arturo Martínez Torres, Antonio Filión (Manchao) Canoabo Abel, Manuel de los Santos Reyes, Días (Rayito), Alfredo Peralta Michel (Alfredito), Francisco del Carmen Bueno Zapata, Rubén Alfonso Marte Aguazo (Fonsito), Ing. Jaime Rafael Ricardo Socias. Dr. José Cabrera González. Juan Ramón Martínez (Monchi). Jesús Antonio Barreiro Rijo de apodo Tonito. Ingeniero Rubén Díaz Moreno apodado Rudillo, José Daniel Fernández Matos, Manuel de Jesús Founder. Agrimensor Domingo Sánchez Bisonó.
Camila, tráigame un poco de agua fría, soy dueño de un calor, lo llevo entre mi cuerpo y no puedo estar con la boca cerrada, no pierda mucho tiempo para dármela, que de las necesidades que no esperan mucho… pienso que la número uno, es la sed. Bebí después comí. Dormí un poco me enteré de la muerte del primo Atilio, y de otras ocurrencias en el vecindario.
Cuéntame Lorenzo, dijo Camila- que estaba de zalamera conmigo, desde mi vuelta al hogar. De qué calidad y tamaño deseas el cuento, Prima. Saboreé el tuteo que estaba ofreciendo y no supe por qué me agradó. UKú, no supe, sin embargo, pienso que nos hicimos falta, nos hicimos falta para siquiera entretenernos. Me trajo una jalea, guarapo de caña y sirope de cajuil, muy delicioso pero según ella era excitable. Comencé a contar cosas que a Camila le fueron agradando. Pero ella me sorprendió cuando me encendía el cachimbo de la pluma de caoba, mencionó el nombre del Coronel Valdez Hilario. ¿Dónde conociste a ese individuo Camila? le pregunté. Ella me dijo que había estado en una propiedad suya en Mata Redonda. En una cartulina leyó: “No quiero que la sangre de esos muchachos manche mi uniforme” -Si- le manifesté- cuando el dijo esa frase, era comandante de la Base de la Fuerza Aérea de Santiago. Yo la conocí cuando estando con mi primo, Juanito, en la Escalera, éste le comunicó a tía Buena, su madre, que escuchó que dijeron que Mario Rid Vittini siempre estuvo de acuerdo con la rendición de la guerrilla, pero no con el asesinato. Empero nadie ignora la participación que tuvo en el golpe de Estado contra el profesor Juan Bosch. Me dijo que le explicara la verdad del Maletín Negro de Manolo.
--Nadie se imaginó, que el maletín negro del jefe de la guerrilla, iba a despertar tanto rehúse, despertó tanta envidia y celo codicioso, y lo que había era acciones medicinales. Muchos imaginaron dólares de todos tamaños y colores, juuuh, sin embargo, había Jeringas Plásticas y pomos clínicos. Los persecutores preñados de ambiciones, de gulas, lujurias infinitas prepararon jangadas y todos tipos de trampas en combinación con la muerte. Quizá ahí estuvo el fatal e imbécil asesinato de los jóvenes más preclaros de la generación postiranía.
Me sorprendí cuando Mila, dando los saltos de sapos mamadores, introduce los temas del griego que traicionó, saboteó la Lancha Carmen Elsa, y de la Tinita, eso aunque yo no sea un Historiador, no me ayuda a llegar a puerto seguro porque me aloca. Pero lo que deseaba saber yo no lo tenía nítido como ahora dicen los muchachos, empero lo que pude decirle fue que ese Griego dañó otras lanchas en la ensenada de Prestón. No estoy seguro pero ella me dijo que ahí iba el señor Virgilio Mainardi Reina, hermano de Víctor que murió en el desembarcó de Estero Hondo. No estuve seguro tampoco si fue ahí que fueron rescatados por la fragata José Martí.
Yo acabo de despertar Lorenzo, me dijo Mila, y no quisiera dormirme otra vez, son energías del pasado, que regresan en busca de reclamar favores, bienes que los espíritus del fango plateado, alguna vez se apoderaron de ellos… dígame ¿qué decía la carta que la unión patriota de la republica le envió a Fidel con Jiménez Moya? Le dije no se desespere, es muy difícil, que esas lámparas se regresen la “Carta llegó a las manos del Comandante en jefe, Fidel, con fecha creo, del 23 de noviembre del 58, pedía autorización y apoyo para entrenar en territorio cubano, a los grupos guerrilleros, dominicanos… la carta esta firmada, le dije por el doctor Francisco Castillo, Santiago Pou y por Cecilio Grullón. De Enrique Augusto Jiménez Moya, se suma a los trabajos contra la dictadura contra Pérez Jiménez y funda la Unión Patriótica dominicana en Venezuela, después se integra a la lucha en la sierra Maestra, lleva al doctor Manuel Urrutia, presidente cubano en el exilio, como una colaboración y apoyo del pueblo dominicano. Pero Jiménez Moya, llega a la lucha revolucionaria, anti batistiana, con el rango de teniente. Me río porque cae herido y el mismo Fidel lo asciende a Capitán. Sí es muy cierto, Enrique Jiménez Moya, fue muy protegido por el comandante cubano, quien en la Plaza del silencio, en Caracas el comandante en jefe cubano, lo presenta como un puente para el derrocamiento Trujillista. Yo pienso que hemos logrado bastante, que la sangre de nuestras juventudes latinas ha abonado nuestros territorios para erradicar para siempre en el las semillas de la tiranía, Camila. Pienso prima, que tu despertar ha sido en horas buenas. Camila no quiso enderezar el camino y continuó con los brincos de Maco Perpen saltarín, y me habló de los Manueles del movimiento 14 de junio, le dije que era bueno, que dijera los Manuel, y dijo que así la gente no lo tomaba en cuenta, juuuh, Mila, era una rabiosa ortodoxa, ruralita como los balaustres de la haraganas de su abuela Victoriana. Le dije que cuando Trujillo se entera que el Doctor Manuel Tejada Florentino, dijo- no hombre no, que Tavarez Justo y que Justicia… al que hay que temerle es a Manuel T. Florentino, que es un comunista acabado, hecho y derecho. Cuando iba hablarle de José Mesón, Camila exclamó- déjese de muescas- déme los nombres de otros valientes que murieron en las sillas eléctricas del kilómetro 9 y en la 40 yo no le hice demasiado caso porque lo que me pedía era algo que me costaba demasiado tiempo preferí decirle- Oiga prima Mila- esas cosas no se resuelve con saber simplemente nombres. Las cárceles de Trujillo Prima eran más sica que, las que había en el buche o cloaca, de un cerdo podrido, mujer, no piense en nombres. Piense que el lenguaje que en esos días se usaba para herir o torturar a los que ofendían la dignidad de la tiranía, era lo peor que podía evacuar el cerdo del que le hablaba eran platillos de crueldades, sabandijas en las verdes e incoloras ensaladas servidas antes de las torturas y de las ejecuciones. Esos manjares caían del cielo del dictador en la casita de madera de la 40, y del nueve muchas veces llamaban con el “Canadá”, pero como a usted prima le gusta tener nombres de abejas o de avispas sanguinarias, te mencionaré individuos asquerosos y grosero Cholo Villeta Horacio Frías, Clodoveo Ortiz, Salvador C. Parra, Cándido Torres, se dice que el Cholo era un vulgar esbirro. Los individuos con mayor cultura sádico-erótica sexual, eran Fernandino A Sánchez, Roberto F. Carrión, Dante Minervino, César Báez y Pechito León Estévez. Asistente de Ranfis.

















Capitulo nueve.
La tarde estaba muy pesada aquel sábado en la placita Minerva, del señor Miguel Bonilla. Tenía unos años de haber movido su familia, desde el cementerio de los Bonilla, en las proximidades del viejo Juan Sabio, nunca le dije Juansabío, donde era dueño de una vivienda amplia, de madera y tablas de palma, sin embargo la felicidad cantaba de día y de madrugada en todos sus entornos y más allá. Era dueño de una fábrica de dulces, bombones y panes, que la gente buscaba…
Cuando entré en la factoría del central, no hallé a los primos Rocelio y Basilio, hermanos de la difunta Minervina, quería favorecerlos con el sentimiento de dolor que abrigábamos todos los muchachos y muchachas de los Bajabonicos. Estaban en el conductor viendo la manera de movilidad de los paquetes de caña, encima de esas correas de acero humosas aparentando oxidadas.
Muchas veces ocurren cosas que no sabemos de dónde salieron, dijo Camila, que nos acompañaba. Celito, era el apodo de Celio, y al vernos se desmayó en los brazos de Camila. Sentí algunas molestias al ver que nuestro primo, teniendo dolor por la muerte de su hermana Minervina, de mano de Rosendo Castillo, su novio, no puso distancia para caer en los senos de Mila, enamorada suya.
Basilio era el mayor, de los hijos de Miguelito Bonilla, era delgado, alto, de ojos alagartados, de labios salidos con ingenuas sonrisas, pero que se transfundan cuando los intereses son afectados. Estaba en cuarto curso de primaria en Los Llanos de Pérez, cuando terminaron los novenarios de minervina pasaron a estudiar en la escuela Juan Nepomuceno Ravelo a Imbert de los Cañafístolas, donde se establecieron junto a sus padres algo compungidos.
Camila se desprendió de los brazos de Celio y vino para los míos llenándome de regocijos y alegría. Ella estaba enamorada de un hijito de Charles Hainsembert, el dueño de la Bodega, del central Amistad, algo igual a su edad. Pasaron las elecciones del 20 de diciembre ganando el PRD, con más de un 66 % de los votos emitidos, tanto Celio como Basilio, contradecían a su padres que eran trujillista.
Camila dejó de barrer el patio y se fue acercando a donde yo pensaba en aquellos días pos electoral. Vine a estar a tu lado, me dijo- y me agarró una mano, que se puso en la mejilla derecha. Te noto muy alejado de esta realidad. Si estoy equivocada no temas en decírmelo. Estaba en las calles, de un pasado de hace 45 años, veía las aguas del charcos de las Indias, en Hojas Anchas, veía los labios de doña Ana Pichardo y los hermosos ojos de Minerva Osser Peña, la maestra de sexto grado mía y de Celio. Creo que tuya también. No la mía fue, Consorcia Cabrera. Ahora puso la mano izquierda en mi desnuda espalda y sentí escalofrío mayúsculo, todavía experimento un cosquilleo turbador. Veía… no pude continuar porque las manos de Camila invadían en columnas de parejas los intercostales como colinas y laderas de un continente salvaje. Ya no supe si lo que veía eran las tropas del catorce de junio llenas de patriotismo o del fervor de ganar al ejército tonto del dictador, los pasos hacia las montañas o escuchaba el galope de mi corazón al encuentro con las yemas de los dedos de una caricia valetudinaria. Casi achacosa por salir del temor y la desconfianza, del corazón desapasionado de la, prima Camila, que amaba en silencio a Carlos, el hijo del alemán dueño de la Bodega.
Fue ahora cuando me antojé decirle que no estaba alejado de la realidad. Estoy en las sendas que auguraban un crepúsculo terso y complicado, quizá sin puertas que dieran salidas al placer o a la lujuria simplemente. Cuando los primos llegan amarse los hacen en forma fermentosa, apasionada, debí decir: desde principio febril, lo que deseé decir es que es en verdad… otra vez las manos invasoras llegaban a las colinas del deseo y comencé a bostezar, me entró el hambre de viuda adolescente. Pero yo deseaba de los recuerdos que ellas tenía en su sexo me los dejara escuchar. Me dijo que no que me mostraría algunos, luego que durmiera. Me mostró el palo de la escoba, y permanecí hora y media y no comprendí el motivo que tuvo para hacerlo quedé intrigado molestó. Lo que recordé fue la muerte de Minervina y la Hialina la hermana de Basilio y de Celio. De Camila, respectivamente. Recordé que ella, Camila, tuvo dos pequeños con Eligio Perozo cuando apenas tenía 15 años. El varón se llama Cundingo y la hembra Yleana de los Santos Ventura. Yo también tuve a Crisol y a Minamino, quienes no cumplieron siquiera meses, bajo los rayos del sol y de las nuevas lunas de los doce años Balagueristas. Murieron a pocos días de nacer, yo era un muchacho de 15 años y ella 21 decía que las causas de la ida de los primeros nietos de Hermes y de Evaro, fueron el humo del cigarrillo y el alcohol que ingería la madre en tiempo de embarazo. A Teresina le nació su primera hija, con la muerte de la democracia en 1963, era una preciosa niña de cabellos largos y de manos grandes, le llamaron Celeste de dolores, pero su abuelo, don Evaro, lo cambió por Celeste de los Arcángeles. Me quedé dormido pienso que hasta soñé con los padres de los nuestros, ordeñando las chivas convertidas en ranas y viceversa. Soñé viendo a los 665 primos convertidos en luciérnagas, debajo de una tumba de millares de palmas y guayabas, en un pasto seco, lo que me hizo huir fue, que a las tres de la madrugada, recitaban el poema, “hay un país en el mundo” algunas luciérnagas bostezaban y echaban tusa de maíz en un caldero donde freía ahuyama. Usted había cosas iguales me dije. Y lo dejé que continuara hablando hasta por los codos y las narices, sin estar borracho dijo, que los que inventaron la fe católica eran genios cómicos, con muchas energías de demoníacas que atosigaban la espiritualidad de las mujeres iluminadas, a las que persiguieron y anularon, como fue el mismo caso de María la madre, y de doña Ana, la abuela del niño Jesús, que como no pueden dar explicaciones claras, a situaciones complicadas, de su entorno económico social y hasta político, entonces culpan a las mujeres que acompañaron a los sabios de la moral y de la ética. Enviándoles al baile de los infiernos y a las peleas de los purgatorios, pero para entrar por esos portales había que tener la cara maquillada con sumo del árbol de los arcángeles, y ellas tenían las mejillas con hojas de palos amargos y redecillas de verdolagas y cundiamores. Con faldas de henequén y hojas de auyamas y de guandules. Lo dijo sin estar borracho, como cuando requería del primo, que se consideró en múltiples ocasiones un Satán alegre, fanfarrón, vouyerista y mequetrefe, pero era muy sádico y muy fechita, amigo de la fama y de la propalaría. Primo, me dijo ese es un camello zacateca, en verdad no supe que quiso decir, porque lo de camello me pareció torpe, aunque correcto lo de zacateca. Por ser un diablo propalador, populachero. Tosió Camila y fui a la cama y se rascaba la espalda con una mano de muñeca que ensambló en un pedacito de madero aserrado parecido al balaustre de la haragana de la tía Hermes que en paz descanse. Creo que sintió mi presencia porque dejó de rascarse y de toser también. Pasaron las horas y el primo continuaba hablando de los rumores de que decían de las fundaciones y de las maniobras sucias, de las que se valen muchas egregias personalidades de las ciudades. Y de allí, salían millonarias, y de cuando en cuando la hallamos arrodilladas ante el cubículo, de uno de esos magnates, servidores del señor Jesús, en el confesionario entregando al servidor… la cuota correspondiente. Eso lo dice el primo sin estar borracho porque estándolo, ha hablado de los curas, que hacen creer que son santos, diablo siendo. Hacen creer que son compadres y son maridos. Ha hablado de las hijas de María que ensucian y manchan la falda de su vestidura con las manos del pecado horroroso. Aunque el primo lo dice sin estar borracho. Porque el no tiene colas que dejen huellas. Sabe que no fue del fango de donde vino, como sabe que desde el fango, hay en muchas flores perfumando altares, leales a las dignidades que habitan en los tronos gubernamentales. También conoce que andan en lujosas bicicletas y duermen en hermosas camas como en rosales primaverales, las dalias y las gardenias. Sabes que han sidos consejeros y consejeras de los santos endemoniados que habitan en los fiestones del infiernos y en los jardines purgatoriales. Se enfilan por los pasillos del palacio como Raquel en la corte del rey Alfonso VIII.
Camila me vino a buscar y salimos para la casa de Basilio y de Celio, era el noveno cumpleaños de la muerte, trágica de Minervina. Llegamos, comimos y vimos con que grosería acuden los paisanos a esos eventos, como si fuéramos canes ausentes de códigos y convencionalismo. Comiendo, de lo que algunos bautizaron como los vicios y angustias del difunto o de la difunta, en este caso de Minervina. Había varones y mujeres que lo hacían más con los ojos que con el gusto y el apatito. Lo hacían con la gula y la lujuria. Hacían paquetes de los huesos y basuras desperdicios disque para los perros que en la casa les esperaban leal y cortésmente. Nos marchamos, cuando el pito del ingenio, dio la una pasado el meridiano, había cambio de guardias. Además yo, ese día no quería respirar, el olor a cachaza tampoco a alcohol. Comenzaba a lloviznar no encaminamos por la líneas férreas, por donde estuvieron las vías férreas, el camino era pesado pero me gustaba subirme sobre esos rieles como largas serpientes negras, pero me mareaba al mirar las atravesañas de maderas que había entre cuatro y cinco pies lineales. Nos desviamos y nos internamos a los cañaverales de Juan Martínez cuando llegamos tía Hermes, nos dio guanimos con leche de chiva llamada Mamita. Yo preferí una mazorca de maíz y me la comí con aguacate y sal. Éramos bastantes pobres en esos días. Tío Evaro llegó a las cinco casi a las seis. Teresina y nosotros nos preparamos para escuchar los cuentos que tío Julio y Justo García iniciaba luego de las 8 de la noche, al terminar el santo rosario, que oíamos de rodillas. ¡Sion Papá! ¡Sion tíos, sion mamás y sion tías! dijimos según correspondieran… la luna, en el viejo cielo, sonreía al paso de una caravana de nubes, eran tan blancas como la pureza del corazón del primo del partido del jacho y las colinas. Según la imaginación de Camila se dirigía a las ensenadas de Maimón y a Estero Hondo. Busqué un vaso de cristal blanco como esas nubes y lo llené de agua y en cuclillas me dispuse a observar los perfiles de los valles y los vericuetos de la luna, y si no hubiese sido porque el primo Julito, que con voz de abuelo, llamó a Bobo, hubiésemos entrado a la cueva donde los primeros barbudos de la “Lancha Tinita” desayunaban. También escuché que don Justo García, Lebro, hacía el cuento, de don Galipote. Lo oí, la ternura, que colocaba en las palabras, para describir situaciones de melancólicas acciones, acciones amorosas, místicas y algunas violencias esporádicas. Mi papá no era aficionado, a los cuentos, pero sabía que era bueno que los pequeños, escucharan esas acciones aventureras, porque ayudaban en el crecimiento de la imaginación. Me iba para la cama y me detuve al escuchar que don Ramón García, de apodo Cuba, hacía una historia donde tres pequeños hermanos se habían extraviados del camino que lo conducía a la estancia de sus padres. Era una noche, en la referida historia, de truenos, lágrimas quejidos y muchos relámpagos. El más pequeño se llamaba Juanito, tenía 7 años, Julián, el mayor era de 13 y, Julia de sólo 9 años y siete meses. Llegaron a la casa de una vieja ciega, a pesar de ser dueña de grandes claros ojos. La anciana freía tortas de casabe con catibías de rulos y de maíz. Julián protegía a sus dos hermanos de pequeñas culebras que custodiaban la barraca donde vivía la ciega. Julia jimiqueaba y Juanito tenía hipo que despertaban las sensaciones de la anciana. Me retiré, de la arena de los hechos, porque en mi parecer esas historias, eran torpes y huecas, vacías de contenido. Pero al entrar a la puerta de mi habitación un enorme cocuyo la abrió sólo con su presencia. Aseguro que no pude dormir esa noche, porque el calor aumentó al final de los aguaceros. Cuando cantaron los gallos de la vecindad, me quedé en los brazos de los reyes del sueño, y hasta la diez del siguiente día aun dormía. Me la pasé soñando en las piernas de la ciega anciana donde tuve que satisfacer sus deseos carnales, eróticos, de más de 35 años, de viudedad, para obtener la libertad de los pequeños Julián, Julia y Juanito.
Luego que despierto hallo en casa de Mila a sus dos hijos, llorando la muerte de la tía Digna. Me molesté porque entendía que había o estaban queriendo convertir el hecho de la ida de Mamá Digna, como un transpolin hacia los despliegues de antojos personales. Me di por entendido de que lo que sucedía en el cortijo de los Evaronildo, era simplemente una orgía, un festín inmisericorde, sin dolientes.









Capitulo diez.

Las mariposas eran pequeñas, las arañas enormes pero llegaron tres gallinas primas hermanas de las guineas y las rifaron en ambos equipos. Pasaron unos minutos y los ladridos de Bolo y de Bolito me recordaron los difuntos Tormbolo y Azabache, eran dos ejemplos de animales. En nada se parecen a los de ahora, jukú... los de hoy sólo ladran, no vale la pena tenerlos. Me fui acercando donde uno de los primos, hijos de doña Digna, hacía una semblanza de su madre. Ella era un pedazo de miel, se podía enduzar cualquier cosa con su cuerpo. Yo la recuerdo de sus 27 años es posible que yo estuviera rondando mis siete, para esos días se veía como una rosa roja. Con sus partes físicas endulzábamos, porque de sus poros salía la miel a chorro. Imagínate, que no sería de su espiritualidad. Un día, que se había muerto un joven de nombre Juanito Silverio, me llamó y sin más apuro que el que tenía que decir y me dijo vamos allí, y llegamos a los Trejo al velorio de Juanito Silverio muerto por ahorcamiento. Ella tenía miedo que aprendí de ella, era muy sensible a las energías demoníacas y a las espiritualidades, puras y sublimes. En la tarde de el otro día estuvimos en el velorio de Patria Polanco una de las mujeres del señor Cándido Silverio, ella mi mamá, lloró junto a otras mujeres más, eso me fastidiaba y meponía vacilón. Salimos a las 12 de la noche luego que servían arroz blanco con habichuelas con enormes pedazos de carne de cerdo comprada en las carnicería. Al pasar por el cementerio sentí mucho frío y creí que era la difunta que llevábamos entre las espaldas y los bultos repletos de comida. Así, ocurrió muchas veces que se morían parientes de papá, o amigos de la familia, ahí estaba mamá, y yo acompañándola. En los cortes de café, en la recogida de maní, en la compras de víveres en la lomota y el lirial o en la Catalina de Altamira, allí andaba yo, al compás de su chiripeo me gustaba oirla cantar canciones que ella aprendiera en su niñez en los predios de sus padres en Jicomé de las esperanzas, en provincia Valverde.
Un día, estuvimos en la Hacienda San Antonio, de las propiedades de don Féliz Henríquez, recogiamos repollos de batata. Mamá comenzó cantando canciones de los fundos del noroeste... aprendido en su infancia. Decía –“Poray María se va, si quiere sabei mi nombre, llámame poi vencelao, que yo tengo varias chivas en Mao, unas mulas en Jicomé, varias burras y varias vacas... a la disposición de usted” Pasaba fumando, cantando y con la alegría en sus labios me decía- ¡arriba, arriba! ¡Arriba papo! que estamos terminando y continuaba entonando plenas de los predios del noroeste. Recuerdo que un día cantó “ Huyendo de la Justicia... me metí en un cambronai, y como andaba muy de mala me volvió ei gallo a ensuciay...! mamá Hermes, no concluyó con el canto, porque una ligera llovizna abrazó el territorio donde trabajabamos. Pero cuanto mermó dijo. Mi abuela tenía una polla, que anidaba en una barranca, un huevo se derrumbó matando sesenta vacas, y setenta platanares, mi abuela si era curiosa y potente para criar e incumbar esos animales. Hermes era una revolucionaria, a carta cabal, era teorica siendo iletrada, pudo haber nacido en cualquier espacio del universo, pudo haber sido hija de un pordiosero como de un principe. Era dueña de una brillante espiritualidad, su espacio, social luego del geográfico le negó la escuela donde estudiar, cualquier saber de su siglo 20, en donde surge entre bosques, llanuras, pedregales, matojales y montañas, pudo romper los prejuicios de las clases de una sociedad injusta y engreida. Perteneció a las instituciones enemigas de la injusticia, a los grupos humanísticos, en defenza de los desvalidos, en todos los géneros étnicos. Hermes amaba la cultura de cualquier índoles, hacía décima hasta de pies forzados. Cuando supo la muerte del coronel camaño dijo que lloraba por la de los generales Demetrio Rodríguez, por la de Bencosme y la Arias Alvarez.
Pienso- dijo Lorenzo- cuando en los dias de los funerales, uno de los primos preguntó por las cualidades suyas, tía, si hubiese nacido en Alemania, hubiese sido del partido Socialdemócrata, o del socialista español, o del de Indhira Gandhi en la India, porque cabía en cualquier horma.
Está bien- manifestó Camila- que llegaba de la cocina, ven para que te coma este chambre que te preparé con calamche de chivo. Fui y comí hasta con los bigotes. Era un manjar para la ocasión, nadie podría decir lo contrario. Esa tarde comenzó a llegar muchas gentes era el primer año de los funerales de Mama Digna. El patio estaba cubierto de una grama verde, mullida que atraía a los visitantes. No me sentí bien porque llegaban, primero que yo, los legionarios bocaeros, primos de los platos, y de las fundas. Eran los muladares menos famosos de los vecindarios, pero eran hierbas aéreas. Quites que como garrapatas habitaban en la piel del ganado social, usando como base, circunstancias luctuosas, el dolor de los que por las razones que fueran, lloraban aún la ida de algún cercano pariente.
Doña Digna era de estatura lo que se dice extraña, había quien llegó a decir que los días de calor no eran tan pequeños como los inviernos pesados. Su carácter afabilísimo, mantuvo por 70 años complacidos a los vecinos de los parajes aledaños a la estancia donde vivió con su familia y la del padre, de su marido. Era fue muy buena cuñada y buena comadre y muy buena madre. Doña Digna era una Matrona en Santa Digna de la comunidad de Los Guanábanos, de Bajabonico de los Cañafístulas.
Evaristo, su marido sabía que Digna, era así y no tuvo necesidad de cuidarla. El era Jornalero, cañero en tiempo de molienda y en tiempo muerto era agricultor. En Eugenia, pusieron mayor empeño y en los primeros años ayudaba al desenvolvimiento de la economía familiar. Así como para mucho Digna sufría cambios en el tamaño de su cuerpo, así no cedió un paso para que su hija Eugenia fuera un ser feliz, claro sin proponérselo, quizá todo salía por el poder de la espontaneidad de un flujo familiar. Llegué a pensar que… era la maldición de las hijas de las mujeres descendientes de Epifanía Arias, tatara, tarabuela de Victoriana, madre de la señora Digna, de quien, 120 años, se habla, luego de haber muerto, persiguiendo al raptor, del número 68, de sus bisnietas. Algunas lenguas sueltas aseguran que a Epifanía la enterraron sin haber muerto, y camino al cementerio oía lo que de ella decían, maldijo a sus parientes más cercanos, porque debieron darse cuenta que ella, estaba en trance de catarsis. Padeciendo los efectos trágicos y muy amargos de lo que comprobó con sus ojos, cayó en un pozo de compasión, en huronéelas de terror, entre saltos de quejidos angustiosos. Esas malas lenguas señalaron, que el maleficio de Epifanía, consiste en que las mujeres descendientes suyas, pasarían los últimos largos años de su vida, sin compañeros y morirían sin maridos. Serían muy escasas las que tendrán cortas viudedades o solterías. Contaban también que Epifanía era prima nieta de la tatara del general Desiderio Arias Álvarez, dijeron que eran descendientes del canario Tatara abuelo Felipe Isaías con escudos familiar, condestable de Jicomé de villa buey.
Algunas madres alejan a sus hijas, del camino amoroso, facilitando sugerencias obligadas como fue el caso de la hija, del señor Miguel Bonilla, aunque en otras familias, vinculadas a la familia Silverio, y a la familia Medina… que como consecuencia Minervina se hizo novia, por sugerencia de uno de los padres, del soldado esbirro trujillista que la mató. En las descendientes de doña Hermes eso no ha sucedido hechos sangrientos… sino que a Eugenia, les cerraron las puertas a la felicidad, negándole la escogencia libre y sin remendaduras de los novios quizá que la vida para ella tenía, tuvo a penas, no se para quién ha sido bueno, que beber en jarras ajenas quedando intoxicada en dos ocasiones… dando al alumbramiento dos hermosas flores, para el abuelo era una preciosa orquídea de montañas, y después un brote Guayacán. Este su retoño, confabulado con los opuestos a la felicidad de su madre, ayudó a ahogarla empujándola con la pesada crucifixión, en apariencia la premiaban, Eugenia pudo ser independiente y no esclaviza de toda la descendencia de Epifanía. No permitieron que siquiera ya cerca de su ancianidad tuviera la presencia del último consorte escogió que ahuyentaban como feroces mosca de asqueantes basureros.
El asunto es que Digna una mujer de gran corazón y en ocasiones la escuchamos hablar de ese como de un militante de la misma organización de compromiso. “El corazón tiene razón que la razón desconoce”, dijo ese pensamiento es de Pascal. Me pregunté siendo iletrada ¿Cómo retiene esas ideas y sabe que es una propiedad ajena? Juh, ya lo dijimos pudo haber sido hija de cualquier mundo, y haber estado en cualquier escuela… ahora, debemos ser un poco justo al hablar de Digna. Si doña Hermenegildo no tuvo minutos para actuar contra el desarrollo de sus hijos y mucho menos en los casos de sus particularidades.
Cuando llegó la hora de enterrar la esposa de su marido don Evaronildo, allí estuvo al frente agigantándose como en otros turnos de su vida social. Agarró la cocina y arrió sobre los rieles de su responsabilidad como se lo había enseñado doña Victoriana su madre, descendiente directa de la difunta epifanía. Nunca dejó marchar en la madrugada, un pariente suyo o de su marido sin recibir esa taza de tizana o de café negro. Ordeñaba las chivas y una vaca llamada Melena. Al quedarse al frente de los intereses de la familia, mi mamá hermana de Digna dio a luz de mi persona, en 1950 y la mamá de tío Evaronildo murió tres años más tarde.
Recuerdo que en prima noche terminando de hacer la cena normal, salía con su hijo mayor, a buscar a la becerra a la barranca de los Cenas, donde se auto pastoreaba. ¡Juuuh! Al otro día se repetían las escenas. Los días de corridas o de fiestas: como el 13, el 24, el 29 y el 30 de junio, día de San Antonio, de San Juan, de san Pedrito y de san Pedro. Digna acompañaba a don Evaro, a guayar hielo para venderles a los bailadores.
Ella era la dueña de la venta de agua con hielo. El vaso de agua costaba un centavo o chele. Y si era de coco al natural costaba cinco y 10 cheles con azúcar y con hielo picado. Imagínese que en el baile de música típica dominicana… tocan un carabiné, que mientras se toman de las manos comienza una ligera y fresca llovizna, en una enramada cobijada de penca de canas, imagínese que ahora tocan la tinajita… pero que don Evaronildo con su fuerza de Mazokú dice a boca en cuello ¡guayao, guayao, guayao! Silenciando la tambora. ¿Qué les parece? Digna cuando llega de lavar los vasos, halla en la silla donde descansa, cuando se puede, a la señora de nombre Genette Ozoria, que es tres veces más fuerte que doña Hermes, quien la mira de arriba abajo, y sin intervención de palabras toma los balaustres de la silla y como si cambiara su estructura física derrumba al piso, a la señora Ozoria, que era una preciosa grama verde fresca.
El asunto que le explico, sirve para que vean que Hermes estaba siempre en actitudes productivas, del lado de su marido y de los suyos. Llegó, en ocasiones de parto, ir a la casa de su hermana Brunilinda, que vivía en el central Amistad, para lavar los pañales de la niña del segundo parto, en el primero no fue necesario Camila había nacido en la casa suya en el cortijo de los Evaros. Iba a preparar algunas supias de polla criolla, costumbre de la región, tendente a fortalecer el útero, aún juvenil. Digna no se quitó nunca los aparejos, no fueron cargas suyas. Pero los tiraba con el baño para ir a la cama, nunca rezaba demasiado, pero lo hacía con devoción, a pesar que supo que con un rosario no compraba yautía ni zapatos. No compraba un calmante ni un desodorante. Supo que era una actitud muchas veces románticas y poéticas. Una acción del mundo de la mistificante. Nunca compró carne de pollo por haber ganado jugando a la lotería. Eso si abrió sanes y criaba gallinas ponedoras que vendía o usaba los huevos en los alimentos de la familia. Nació de un padre trabajador de tabaco que convertía en andullos comerciados en la compañía Henríquez.



























CAPITULO ONCE. (Los Temores)

Me molesté demasiado porque en la taza de café habia parejas de moscas y una me la tragué, permanecí hora y media tosiendo con ánimo para de vomitar, lo deseé pero no aconteció. Los nietos de Victoriana no somos dados en la práctica, ni de hipo, pero sí de muchos estornudos. Así somos todos los primos, lo llevamos en la sangre sanguínea, el aroma de unos dioses salvajes, que se alimentaron de cueros de bestias, de cáscaras y de raíces de viejos árboles centenarios y seculares donde luego se sentaron los ángeles de la conquista europea, es cierto que algunos bebieron orines de acémilas y de mula en busca de la esterilidad eterna o no parir criaturas con dificultades estomacales como aconteció en los años de doña Epifanía Arias. A muchos las sensaciones de placer y de temores las padecen al ritmo estomacal. Pienso que eso es una garantía para alejarse de los contornos de un infarto. A los términos de haber tosido llegó Camila, me pasó las frías manos por la nuca rozando sendas orejas, en ese ir y volver experimenté largo escalofrío cargado, pienso que de energías endemoniadas y como un ciclón inesperadamente el vómito llegó arrojé al piso una de las moscas que me había tragado horas antes y como las intenciones de Camila eran bastantes sanas no le dije nada. Pude asegurar que esos vómitos curaron las tormentas que residían en mis aposentos estomacales. Fui a la nevera, a menos de tres pasos de donde habitábamos, a preparar un cuba libre, el que me bebí sin corta pisas.
Lorenzo, Lorenzo… llamaron más de tres veces, no respondí por no haber conocido la voz, me enteré que era para informarme de la muerte de la prima Josefina Cruz prima de don Evaro había muerto en su hogar en los Llanos de Pérez. Sí, así ocurrió, lo había referido en presencia del teniente pensionado Dobleese, mientras en la Pérgola junto a Onésimo, platicando de los misterios nocturnales, recibimos la visita de dos jóvenes coleópteros llegaron como los esbirros de la tiranía al servicio y dirección del Coronel Abbe García, iluminaron los entornos y las interioridades de las paredes de mi vivienda. Ahí…, en aquella circunstancia, anunciaba yo, morirían varias personas y que en mi parecer serían primos nuestros. En la noche de ese día aconteció la repetición de las visitas de los cocuyos, volví a decir con lujos de destalles cosas… murió Sofonía la hija de la prima Severiona la hija del Primo Juancito hermano de Gregorio Silverio mi tío bisabuelo. En la mañana encontramos muerto a Goncito hijo de Cachón García, nuestro primo por fuera y por dentro. En la noche anterior llamaban por teléfono familiar, desde Amina batey de La Esperanza, provincia Valverde… para dar a conocer el fallecimiento de nuestro tío Juliano Medina cuñado de Hermes y hermano de don Evaronildo. Los cocuyos tuvieron algún descanso, dejaron de moverse por lo menos en esa semana. Doña Digna estaba allí y hasta estuvo dos semanas interna en una suite del hospital regional, cito en Santiago de los caballeros, llegué a creer que se mejoraría confieso que eso fue lo que me pareció. Nunca tuvo receso, ni descanso. Vio caer a sus amigas y siempre seguía para la meta, hacia delante como una Rosa Luxemburgo o Mariana Grajales, pero mejor Juana Saltitopa. Juh, no lloraba demasiado pero se afligía, lo que se llama gritar alejada de dolientes, eso no lo hacía.
En los últimos rezos del novenario suyo no hubo no espacio en el cortijo más que para observar la movilidad de los tertulios, unos hablando de las virtudes, condicionas y mérito de la difunta, otros de los intereses de la circunstancia. Saludaban a personas que mucho tiempo hacía que no se veían. Los bocaeros como sanguijuelas estaban en los platos y en los calderones, en donde cocinaron la carne del becerro y otras viandas. Confieso que la presencia de Eulaliano primo de mi padre junto a Luisito Bonilla Santileys, regurgitaban sus años juveniles, sin profanar la memoria de la fenecida. Supimos luego que el primo Otiliano Bonilla, había muerto hijo de Gregoria Bonilla Medina prima hermana del marido de doña Digna. Lo mismo que de Juliano Medina. Las horas pasaron y todo fue en marcha de energía endemoniada, el colmo llega cuando llega al mi presencia el lic. Mercedario Silverio Vásquez, quien llevaba carga de energías necrofólicas, espantosas, absurdas y amargas. Impregnaba el entorno, es divisionista actitud, hedonística, sádica, diabólica, se metía a los perímetros paroxísticos infernales. Algo extraño llevaba Marcelo como en cariño servíamos su apreciado nombre. Entraba a los escenarios para dejar en la mente de los observadores la idea de un irreal príncipe, protagonizando situaciones burdas creadas por sí mismo Los bocaeros continuaban pegados de los calderos, recogían huesos y bazofias y llenaban fundas plásticas de color negro, según las palabras suyas, eran para llevar a los animales que no pudieron acudir a comer de los pecados o de las culpas de la difunta doña Hemeregilda Torres Arias.
Para las 12 y 30 minutos, llegaba el ex diputado Cesar Emilio Peralta, amigo de nuestra familia, acompañado del equipo político, que promovía la candidatura de su esposa, la señora Daris Sánchez Villamán. Se destacaban las personas de Victoria Pichardo, prima nuestra, por línea de don Evaro, los señores Arnulfo y Marino, individuos de confianza suya. Luego fue, donde me encontraba, el señor Santos Torres, a saludarnos y entregarnos sus condolencias, ya que era uno de los 665 primos hermanos de tía Digna, que no nos habíamos visto por su carácter reservista. Como me sentí molesto por la presencia física que había abrazado don Mercedario Silverio, me extrañó la ausencia del diputado Lic. José Alejandro Aguirre, nuestro amigo, quien había enviado un quintal de comida en la alborada, mi colmo ocurre con la ausencia de la dirigencia política del municipio. Es cierto que estuvo Dámaso Silverio, Secretario general de la organización, donde militó toda su vida la fenecida, Dámaso lo hizo, como un buen vecino y, como uno de los primos, pienso que no vino como dirigente del partido, porque de ser así, hubiese estado en el trayecto de los últimos rezos del novenario como hicieron dirigentes de otros municipios. Doña Hermes era enemiga de lo injusto y del saqueo.

No me digas cosas como esas, que no la aceptaré por nada en el mundo, siempre seré como lo aprendí de mis padres. El dinero ajeno, los bienes de todos es manjar sagrado. El día no está lejos para ejecutar un plan a favor de los embolsamientos del dinero que la clase explotadora se ha llevado. Estamos amolando las hachas que emplearemos en el derrame de aquellas que empuercan el árbol de la nación. Es una arboleda narcotizante, protectora de actos salvajes, donde las orgías de serpientes y de cocodrilos terminan manchadas de sangre. No, ni siquiera me lo acerque, que no deseo verle. Eso fue lo que le dije cuando me enseñó la yeepeta que había adquirido el 18 de mayo, después de las elecciones de 2010. Ahora tengo un nuevo enemigo, gratuito quizá, pero pensándolo bien no es gratuito, sino adquirido con el uso de los propios racimos de la nación. El miraba con desconfianza ahora mira agresiva, sus hijos lo creen superior. Los del vecino honesto creen que el suyo es inferior, los míos me conocen han sido víctimas de los proyectos del imperio. No lo han logrado aún ni con mis nietos.
Ser proxeneta, es una profesión en los países pobres, que produce plusvalías a cortos plazos. Pero eso terminará, estamos amolando decía las hachas para derribar las armazones del almacén que han creado. Hermes decía “crear una política policial, que en vez de macanas lleven escobas para limpiar la sociedad de las basuras crapulosas…”sin tomar las espinas de las ramas de Estado, para como las púas protejan los bienes y propiedades populares. El capital no acepta el desarrollo mental de los hijos de los minis propietarios desean apuestan para que el significado de su pensamiento sea equivalente al vuelo de un pichonzuelo no de una ave de largo alcance. Ese huracán se mueve con tanta fuerzas que rompe las contradicciones, convirtiéndose en fuerza esclavizadota. De dónde sacaba doña Digna esos conceptos de la ortodoxia marxista envuelto en esencia leninista. Así me llegué a preguntar en frecuentes ocasiones. Hablaba de los recursos y de los medios productivos y de las frutas dominantes, de una oscuridad absoluta. De lo amargo del extremo… pero no la comprendíamos. Sólo veíamos ese pequeño bulto moviéndose de un extremo a otro en el cortijo, con la mano izquierda sosteniendo la pipa de madera, que humeaba como un barco perdido en un revoltoso océano. No veíamos a la mujer, a la persona que había dentro de ese pequeño continente, porque era iletrada, porque era pequeña y anciana ya, porque era mujer. Pero era una mujer visionaria, soñadora. Algunos pensadores no se dan cuenta que el que está en la esquina, del otro lado es como el o quizá mejor que… también es un lente una lámpara para después del mediodía, para las horas crepuscularias.
No me enseñe su riqueza que ya la conocemos, es un flagelo que tiñe las paredes de las mentes juveniles. Es un gusanito que ha llegado por el oído de la sociedad capitalista como una mosca política saturadora de los corazones del pueblo avergonzado atosigado por los azotes de ese flagelo inmoral y causante de la muerte del Estado Humilde y bueno. Digna señaló el desastre social se acerca, en caso de seguir permitiendo la compra y venta de los sentimientos y de condiciones categorías como el hambre y la salud.
Ayer la oí que hablaba con uno de sus nietos al que llamaba Primo, como Hermes era, una persona jocosa, le dijo hay que limpiar y sembrar. Hay que empreñar los prados, sembrar el minifundio de la semilla anticorrupción, pero debemos primos, fumigar primero el minifundio… para alejar esas malditas moscas creadas para putrificar las flores que sembramos. Ese es su trabajo, este es el nuestro. Si, de eso siempre, ha habido, aunque la trajeron los conquistadores, es un mosquito que a ellos no les pica, pero a los dueños del minifundio los muerde. En verdad nieto, es un mal peor que el sida, es el polen del poder, es una flor que consumen los poderosos y los que con ellos se confabulan. Si, así es, debemos combatirla. Cuando nombran a un individuo transparente en un cargo público, le envían uno, con el mismo rango, pero de su cofradía, o es consumidor o permite que trafiquen en sus narices. No, no, claro que es él quien los manda. ¡Sí señor! Se hace compadre de los portones y de las ventanas y en sus puertas colocan la bandera criminal de la impunidad. Doña Hermes, dijo sin muchos apuros a Camila, que era con quien hablaba- no hombre no, las acciones del hombre y de la mujer, están selladas con la marcas y el estilo de hogar, un hogar corrupto cosechero de frutos podridos, que van a los mercados y dejan la podredumbre en los asientos de los mercados, en las sillas de los colegios. Van a los asientos de las iglesias y coronan curas y beatifican coroneles, esa es sus costumbres y se lo creen buenas y hasta sugerida por Dios.
Camila vino al catre donde yo rumiaba las palabras de Tía y las he ido colocando en una sartén y me di cuenta que el calor no la mareaba. Nuestra tía era sabia era iletrada, pero sabia. Sabia lo que había que saber, para levantar una familia diferente, no fueron trujillistas, tampoco habían sido horacista, algo jimenista, Aristas, no fuimos cívicos, ni reformistas los primos hemos sidos casi todos, catorcistas, no fuimos reformistas. Ella nos enseñó amar a Juan Bosch. Amar los cambios en los jardines y en el minifundio, nos enseñó a beber el brebaje de las montañas y de las calles… hablaba de los bolos y de los coludos de ayer y de los comesolos de hoy. Eran como los bocaeros sanguijuelas del Estado. Era como lo conoció antes de subirse a las alas del gigante ganso de la sombra secular.


Capitulo doce. (Los Intereses)
La casa estaba cobijada de un zinc amarillo era la única casa de Villa Digna que mostraba colores en el techo. Por dentro era de tres dormitorios y una sala separada por un pasador de manos. ¡Juh!, pasador de manos mientras oían las conversaciones ajenas… para descansar o esperar. ¡Juh!, esperar que la abuela saliera de los aposentos. Años después el pasador de manos fue desmantelado y la casa se veía espaciosa. En el fondo derecho colocaron la mecedora de ébano azabache para el señor Evaro quien era sentaduras muy amplias, ocupaba el lugar de más de dos sillas normales, al lado izquierda de esta había una pequeña mesita donde colocaban pertenencias especiales, a la derecha se veía un espejo gigante que colgaba de la pared de tablas de palma. Al pies del viejo espejo había un letrero que decía Hermes seis veces grandes. En el centro de la sala había una larga mesa comedor para 12 personas, pero todos comíamos, en la cocina o en el patio. En las dos ventanas había matas de rosas y de claveles rojos. Las puertas que eran de roble blanco uno de los primos, cambiaba las bisagras y las aldabas por pestillones. En los lados izquierdo y derecho, las lámparas humeadoras, como estrellas juveniles de un viejo cielo, descansaban en las alcayatas, hechas con cajas de pino cuava.
Yo estuve muchos ratos rumiando las imágenes de mi niñez, pensaba en los días de las fiestas de san Juan, y ahora es que comprendo, lo que decía Bartola, la prima hermana, de Estebanía, la madre de Mariana Morfe, sobre los llamados servidores demoníacos. Según doña Bartola, en los 13 troncos de mangos maracatones, había un demonio viviente, residiendo entre ramas y raíces. Entendía que lo habían liberado hacía varios años, pero que pululaban en todos los entornos y contornos de la residencias de los padrinos de su liberación. Era por eso que en noches de luna llena, las ramas de las matas de mangos maracatones que hay en el patio de la casa de Andreina morales, salía un gallo tocando guitarra, y cuando los curiosos se acercaron vieron que el instrumento quedaba como un muñeco ahorcado balanceándose, en las ramas de la mata.
¿-Quién es esa Mariana Morferino? Le pregunté a Hermes yo a quien conozco es a Marianela Morferino, la mujer de Miguelito Bonilla el padre de Minervita aquella que mataron en el central Amistad, a mediado de siglo 20. ¿Qué deseaba de esa mujer saber Camila? Me dijeron que a pesar de ser una morena los hombres se ahorcaban por ella.
-¿Es eso cierto?
-Si eso es correcto. Muchos se meaban por bailar con Marianela Morferino… dijo- la que yo conocí.
Dicen que el día que se casó Mariana Morferino, todos los gatos y gatas del vecindario, en la comarca de Bajabonico de los Cañafístolas y el del Bajabonico de las Anacahuitas, luego de hacer el amor siete veces, esa misma noche, lloraron como damas de compañía y que habiendo todas quedados encintas, no dieron partos a sus respectivas criaturas, hasta que doña Marianela no recibiera en los brazos suyos el cadáver de sus trillizos. Me quedé tranquilo en una hamaca en la pérgola de la mata de guayabo y de tamarindo.
Desperté horas después cuando alguien, a quien no pude distinguir, decía frases sobre las apariciones de Dios y del espiritusanto, los diablos y un ejército de diablillos de quinta categorías. Preferí seguir durmiendo a escuchar babosidades y travesuras bajas y muy livianas, que hacían grandes diabluras, cargadas de enormes violencias, moviéndose en sí misma con energías satánicas. Las voces seguían hablando de Digna, como de una hechicera. Me acerqué para asegurar las ideas, para que no me metieran chivas por becerras. Fue ahí que oí la voz hablando de los troncos de mangos maracatones y de los espíritus liberados. Según el que voceaba, la señora Bartola Holguinaria, mujer de finas actuaciones, aseguraba y lo hacía complacido, ella conocía las tácticas para atrapar a los demonios de los trece troncos de mangos. Luego entró una tercera voz y aclaraba que eso era pajas para las garzas, porque Digna había anunciado que la Artemisa, el cundeamor, el saraguey, el anamú y las raíces palo amargo, era lo único seguro para atrapar las almas vagabundas. Según la tercera voz, Hermes, seis veces grandiosas, había dejado escrito en la libreta de la prima, Colasita, aquella que al morir, halaría las piernas de la mesa creyendo las de san José, del que murió enamorada, y culpó de sus temores… la manera de introducir en un calabazo las almas errantes, liberadas algunas veces por cazadores de diablillos. Las voces se fueron apagando convirtiéndose en guitos de gatas celosas. Volví a la sala y me senté en la antigua haragana de don Evaro, hasta me consideré que era él, oí cacareos de gallinas y me di cuenta que era en un bosque de mentiras donde estaba, donde sobresalen los cogollos del árbol del engaño, inventando maravillas y quimeras. Me decidí a leer, cosa que no quería, LOS INTERESES CREADOS, Nóbel de Jacinto Benavente, ya que quería alejarme del teatro fantasmal. No soportaba a los que emplean, la humana palabra, para engañar, como esos babosos que convencieron a Polichinela, para que terminara aceptando la boda de su hija con el estafador. Deseaba la Moral social de Hostos, Hostos, el Sembrador, pensé en la Morada de doña Teresa de Jesús, y me quedé con Jacinto Benavente. Aunque lo dejé y busqué el Gato Negro de Edgard Allan Poe porque recordé que tía antes de morir quiso conversar con sus hijos e hijas. La hermana mayor abrió de par en par el aposento donde esta se moría, alejando las posibilidades de efectuar su deseo final, que según mis creencias, era dar algunas sugerencias… pensé en los comentarios que Poe hace del cuento y me creí que vestía en traje de la locura domestica. Sentí miedo, mucho más por eso, que por la muerte de tía Digna. Cuando ella subió en la corcova del ganso blanco, fui un derretido, un pomo de leche cuajada, fui un huevo putrefacto, y de mis poros emergían vapores que mataban a los insectos y a las alimañas del entorno, a 23 metros cuadrados, pero eso, lo pudo comprobar el primo Luisito, hijo de Tío Juliano, quien al mirar los reflejos de mis ojos, vio rodar los vidrios de sus espejuelos rotos.
En las páginas del cuento, no se alejaba de mis quejas y me acercaba a los torniquetes de mis temores. Muchas veces me sosegaba, y la paz se aparecía bastante cara, como escasa pero había que pagarla. Era una circunstancia, que me introducía a los matojos de platanares llenos de pantanos que llegaban hasta las rodillas, y sin esperarlo pasan volando sobre mi cabeza grupos de sanguijuelas que habían tomado prestadas las alas a murciélagos bananeros, y me sentía prisionero, en medio de aquellas furnias. ¡Tengo miedo!, pensaba por momento, pero al pensar en doña Digna, el valor retornaba como una paloma de espiritualidad, el agua que entraba por los fadicones de mi camisa descendía. Parecían desinflar los globos asesinos que habían producido esas circunstancias. Pero a pesar de la fuerza de la paloma espiritual que los recuerdos de Digna me enviaban, las hojas de las matas de los plátanos se reían y mostraban el brillo de las puntas de cada nervadura endurecida. Me quedé dormido pero soñaba que me trasladaban a otros conucos latifunderos, entramos al portal de aquella estancia de guineos torcidos, pero las matas eran estructuras, de barro cocido, protegidas por cancerberos enanos con fuetes, llevaban mochilas en su espalda de donde salía música típica dominicana, era un manicomio de sonido un grupo se movía oyendo el merengue pájaro pelú, otros escuchaban el diente de oro y la botija de Rafael, fello, Francisco, ya al terminar el avance en las aguas, ahora hedionda del platanar, el grupo no tenía fuete como armas sino que bailaba con parejas eran mujeres con cabezas de escobas. En la madrugada desperté porque en el sueño Camila me entrega un ponche, hecho con huevos de patos y mucho café negro endulzado con azúcar de guineos.
En la mesa había gentes desconocidas, comiendo chambre de guandules, tenia batata y carne salada de chiva, de varias horas en el sol. Uno de los desconocidos hablaba de cosas extrañas, de crímenes muy parecidos a los que había en apariencia soñado o leído. La niña, que no comía, empezó a hablar del crimen del novio de su hermana Agustina, y soltó sogas que no pude escuchar, pero parecería que fue para evitar el enlace con un individuo de ideas socialistas. La niña continuó diciendo cosas que molestaba a los padres, y la hicieron marchar para el patio… salió pateando en fuertes resabios. Decía a ustedes les agrada, guardar secretos y misterios que todo el mundo conoce, hacen creer que somos de la clase alta, siendo simplemente come mierda. La niña miró para atrás por temor a que la castigaran por las feas palabras que iba diciendo. Se sentó en los aparejos de la bestia blanca donde Robertilio había llegado de un viaje de Loma Blanca, Mila la encontró dormida y la llevó, por sugerencias nuestras, a las habitaciones de la ermita, donde en apariencia las santas Carmen y Mercedes, acababan de llegar de algún viaje, porque ambas tenían cadillos en los vestidos blancos. El abuelo, le conté a Mila, dijo una vez- “las dos santas estuvieron en la india en un encuentro de deidades”, el viejo decía que era una fiesta de visnútica, para aprender el baile de la reencarnación y de la madurez espiritual. Pero nadie le creyó esas fantásticas maneras de someter a la familia a su encanto de tutor, juh, era un puro comandante, empleaba la imaginación para coadyuvar la fuerza de su autoridad. Dijo que fuerzas muy temibles salidas de lo más tenebroso del firmamento se cruzaban en esos días de engendros de bestias deformes, de partos de la naturaleza encintas, días de trampas y de pesadillas donde la traición y el engaño es la idea principal de la cotidianía y donde nos cubre el miedo espantoso como una sábana morada, como la de los pantanos en los platanares.
También recuerdo que decía que dejó Marcia María, su primera novia, porque esa muchacha hacía y decía cosas desajustadas a las costumbres y tradiciones de nuestra sociedad. Quería casarse para tener una docena de hijas con las que se haría millonarias antes que la más pequeña sea mayor de 18 años. Se decía a sí misma, que estaba en sus sanos juicios y que no violaba ningunas letras de la ley. Estoy segura, decía, que me juzgaran ustedes, como una manejadora de las bridas del sadismo y de la complacencia hedonística.
Del final de Marcia María, sólo se que fue amante de uno de sus cinco nietos y que está en un sanatorio para ancianas. Que llora cuando no le visita. Ella se viste y le espera y le trata como una abuela de 45 años. Y cuando se junta con su él, la lozanía retorna a sus mejillas. Llegó a manifestarle a un periodista, “lo que más entusiasmo despierta en mí, son los besos que sus labios depositan sobre los míos. Son siembras de calor lo que ese chicuelo me envía, lo demás es monte y culebra. Es como si arara en mis vísceras… para ustedes eso no era más que pecado, pero para mí era un mundo maravilloso.














Capitulo trece- (el Tribunal)

Esa tarde yo estaba con la respiración atrofiada, había comido moro de habichuelas rojas, con hojas de lechugas con algo de vinagre, gotas de aceite. Onza y media de carne de pechugas de aves, talvez pollo de granja. Quizá menos de onza y media. El asunto es que cuando desperté estaba bien y me había puesto a crear un nuevo blog para publicar sólo las narrativas mías y contestar algunas mentiras de las que cosechan los llamados comesolos, en el vecindario provincial, pero el sistema de Blogger pienso que se aloca o tienen las intenciones de alocar a los consumidores. Llevo varias horas eructando gases que evitan el buen funcionamiento de mi aparato digestivo. De eso padecían los parientes de mis abuelos paternos, y pienso que mi padre murió a corta edad, porque no digería los almidones. El no salía de las manos de un médico llamado Adans, hasta fueron amigos, pero yo no he sido visto por la facultad de ninguno de esos cazadores de pacientes. Aceptaría, si consiguiera estar cerca de Ramón (Mon) Sandoval, aquel de cabecera de Andreina en Dilema de un Viajero, novela del Prof. Víctor Arias; uno de nuestro primo y el tercero de los hijos de doña Digna. O en los hombros del Dr. Pedro Mendoza, facultativo como el primero. Algunas veces he pensado que son las voces de la ancianidad las que me llaman y le he llegado a responder pero he oído que me dicen Lorenzo, Lorenzo… camina que son quejas de un anciano caprichoso que no halla sosiego… misterio de la vida. Que busca iguales, se llama don Achaque, tiene 33 viudedades y no se sienta anda sin temores llevando sus contradicciones, de puertas a portales. Algunas veces cantando como gallo y como potro, otras como toro de tarros largos.

Son las 9 y 37 minutos del miércoles 7 del mes 7 del año 2017, ha llovido y se ha refrescado el ambiente, mi respiración continua mejorando, los eructos han mermado… mucho más con la presencia de Camila, que trajo las manos sedosas y suavizó mi espalda. Doña Digna decía que era crecimiento del padrejón, por eso le pedí a Mila, que planchara por el abdomen a una velocidad de clase media. Me fui mejorando con la presencia además de Camila y de otros primos, que huían de los comentarios que llegaban a los oídos, de cada descendientes-ascendientes de los padres de Digna y de Evaro, de ambos decían que empleaban la fuerza física, más que la espiritual, y que Brunio, marido la tía Bernardilia, es el número uno de los 36 esposos de las primas. Ese Brunio, así como Evaro, con sus brazos enviaban al suelo, a cualquier semental, fuera caballar o del ganado que fuera. Eran hombres de talentos transparentes, de fortaleza sin escrúpulos negativos, en el manejo de los medios, en busca del fin o de su satisfacción egocéntrica. 25 años después de haber muerto, cada uno en su espacio y en su categoría, andamos como los chivos sabaneando haciendo, y otros escuchando cosas de sus nietos, que deforman la memoria de los abuelos y de los bisabuelos. Dime si comprende. Pienso que sí. Porque yo he visto actuaciones de las que está ofreciéndonos con detalles y lujos. Muchas empuercan la razón de la familia, como por ejemplo: golpear a una potranquita que no se dejaba aparejar, golpear a la novilla, parida, que no se dejaba ordeñar, por la ausencia del becerrillo. Juh, también dar con una soga en cuatro, a un hijo que no quiso ir a la escuela, donde los profesores, permiten y hacen burlas suyas, por tener seis dedos en ambas manos y a otro por tener que dejarse desnudar, por el guardián del curso, para observar si es cierto, que sólo tiene un testículo…llegó gritando porque el maestro le dijo Chiclán. Pero peor ha sido ver como Brunio, hizo abortar a su primera mujer, cuando pegó una patada, porque le llevó café en una taza sucia de habichuela coloradas. Cuentan que daba a Bernardilia con objetos indescriptibles y llegó a pegarle con esos que agarraba con las manos que ponía cariño en las mejillas de la cara de sus yeguas. Juh, era un sádico y necrofilito, Evaronildo era distinto, amaba a los animales, separados del amor de los humanos, las dimensiones suyas eran más cercanas a los primates, que al animal particular. En algunas dimensiones se salía del teatro de las acciones, cayendo exageradamente en otros espacios con otras crudezas alejadas de la prudencia de la moralidad. Saltaba con expresiones satánicas que no dañaban a semejantes, lo hacía con la potencia de los nacidos luego de gemelos. Después reía con carcajadas blancas eróticas y humanas. Sus acciones son crudas en muchas y constantes circunstancias en cuestiones de trabaja, era fuerte como un semental vacuno. Lo que lo llevó a conseguir el prestigio de líder de los centrales Amistad, Montellano y de otros de la región.
No comprendí lo que dijera Camila del tribunal de los difuntos, lo comparó con el tribunal del santo oficio, manteniendo las reglas y costumbres de Bajabonico de las Cañafístolas, y de los contornos de las secciones y parajes Imbertolinos… carentes de instituciones, juntas de vecinos, clubes y comités de amas de casas y peñas de trabajadores sin fundos siquiera para cavar un hoyo de letrina.
Estaba constituido, ese tribunal, por Jero Bonilla Escobar, Lunildo Silverio Severino, Sebastiano Silverio Trejo, Evaristóbulo Medina Cruz, Digna Torres Arias, Josefino Medina Mercedes, Juanilda Olivo y Hingy Bonilla. Eran senescales muertos, la mayor parte, en el último tercio del siglo 21, a excepciones de Digna y de Juanilda, convertidas en difuntas, en la primera década del 21. Estos tribunos ahora, luchan desde la sabana de su residencia, por la tranquilidad espiritual, por la no violencia, especial contra los niños, niñas y animales indefensos. Hay casos de condenas, donde el tribunal de los difuntos, ha puesto sus marcas. Los últimos lo conté en el sepelio de Mariana López la hija de Luisilla López y Oné Medina Muñoz y en el en el matrimonio de los profesores Benilda Venidla Arias con Francisco Herso, en el cortijo de los Evaro, dicen que ésta murió ahogada mientras se cepillaba, y que eructaba para limpiarse el oído derecho… se sentó en una lata llena de suero de donde salió una lombriz y se le introdujo por el sexo y ano y la ahogó. La gente dijo que había sido el tribunal que la sentenció a morir así, porque dejó de celebrar la fiesta de San Pedrito. Los padres de Mariana eran ateos, ni en ellos creían, pero practicaban acciones parecidas a las misas negras y a la santería… cuentan que el tribunal conocía que los antepasados suyos, fueron condenados a morir en la hoguera de la logia católica, por la oposición al tribunal inquisidor.
Don Sebastiano Silverio Trejo, es el presidente vitalicio, por haber sido, el único de todos, que sabía la letanía en latín, y en aquellos tiempos, era tener más de 500 cabezas de ganado, o quizá varias barras de plata en el banco central de la república. Era un hombre de buen crédito, de los primos más socorridos en el entorno guanabanero, de Bajabonico de los guanábanos, que también así era conocida nuestra pequeña faja del país rural. El tribunal condenaba las malas acciones de criaturas pequeñas o grandes que emplearan la fuerza física, moral o espiritual, cívica u oficial contra cualquier animal, vegetal o humano. Contra compadre o comadre que otorgara permisos a los ahijados para compra que luego pagaran con actos mequetrefes en jugadas fulleras. Otro de los hechos que conté en el matrimonio del Prof. Francisco Herso, es el caso de los accidentes producidos, en la entrada de Los Llanos de Pérez, con el paraje, Los Trejo, camino hacia el paraje, Los Félix, hubo casos de siete miembros de una familia, caídos en accidente, primos del presidente vitalicio, y de un hermano de Jero Bonilla. Me sentía ya muy calmado, hablando del tribunal de los difuntos, a pesar de que lo que se decía de ese, era más insípido e incoloro, que el agua de coco indio. Me iba y Mila, que me tenía agarrado de la mano izquierda, me pidió que le contara, la condena que el tribunal había puesto a los Pérez y Pérez para eliminar a su primo Siberiano Pérez, por haber aplicado violencias, quitándole un pequeño racimo de guineo a una mata, ya caída. Así pasamos las horas de ese día, hablando de condenas y de purgantes… el dolor y la maledicencia entraba a los rincones de las casas de Bajabonico de los Guanábanos como gallinas ponedoras. Finalmente le dije que el tribunal había puesto al señor Viviano Santos Silverio, quien fue buscado en el Manicomio, allá en Pedro Brand, en el kilómetro 28, para que matara a la señora María de las Cenas, prima del presidente vitalicio, en un pequeño cafetal entre sombras de matas de cacao… en una pequeña parcela en barbecho salvaje, en territorio del abuelo del presidente del tribunal, de Bajabonico de las Anacahuitas. Don Jero Bonilla, sugirió al consejo de vigilancia del tribunal, que redactaran la sentencia para que las fuerzas del mal castigaran a los recogedores de huevos en los aromales, así como a los recolectores de frutas en las fincas de los Moncitos propiedades de la compañía F. H., a quienes comparó con judíos practicantes de religiones para militar con la católica. Sin embargo por sugerencia de Jero Bonilla el tribunal condenó a esos primos a vagar como brisas al galope de los tiempos pero que los nietos y bisnietos que fueran sorprendido hurtando en las propiedades de los dueños serían sin misericordia a morir quemados como aquellos dos judíos y seis conversos, acusados de blasfemia. Lunildo Silverio, era el único primo, miembro del tribunal de los difuntos, que tartamudeaba, los demás sus expresiones llegaban sin tapujos ni cortapisas. Sin embargo en los almacenes de su cerebro escondía tantas basuras que arrojaba con su estilo repetitivo de sonido no de palabras a veces en la velocidad de los bloques silábicos que alteraba el oído de los colegas del tribunal, alteraba el tono en la curva melódica, prolongando la conversación. Pero en el tribunal, Lunildo, no presentaba aceleración, en su ritmo cardíaco, tampoco en la respiración. De manera que era cierto, que hubo casos durante sus intervenciones, que les llegaban los temblores en las piernas como un huracán, parecía muchas veces ansioso sin perder su humor. Era basura y podredumbre lo que enviaba acusando a su hijo Celio León, que siendo miembro del ejército de la tiranía trujillista, entraba a la casa metiendo miedo a todo el que estuviera presente, en busca del último chele, que Dominga, su madre, tuviera guardado, en momento que ponía resistencia llegó a empujarla, y se atrevió a sacarle de las piernas las bolsitas de pequeños ahorros, dejándola con la falda en el cuello, y al ver la forma de la mujer que lo había traído, a lo que el consideraba el infierno, la deseó y la obtuvo en términos morales. La mayoría del tribunal de los difuntos, se sorprendieron cuando sometió a su hijo morir en un accidente, lo hizo sin ningún elementos propios de la tartamudez.
El señor Evaronildo, es distinto a pesar de que en realidad llevó una vida de agitación laboral, en el purgatorio cursó estudios de comportamientos y esencia vital, bajo las direcciones de Watson, de Pavlov, de Freud siendo un alumno sobresaliente de este, del que asimila actuaciones contradictoria con Pavlov y Watson. Lo enviaron al pico Duarte a sembrar Jazmines en los sepulcros de los 34 guerrilleros que fusiló el ejército tiránico pos trujillista, La primera prueba, a la que fue sometido, hermana y prima Camila, fue sembrar en cada sepulcro, 33 matas de rosas negras, que después de largos atardeceres se convertirán en nichos de piedras, por lo que el pueblo llamará la montaña de los nichos. Evaro desciende de allá purificado y dotado de la sabiduría necesaria que su presencia diluía los cuerpos de individuos de comportamientos indeseables, deleznables, corruptos, convirtiéndoles en harina, pide al tribunal condenar: primero a su hijo mayor, a ver morir, a su esposa en accidente automovilístico por los actos de violencia cometidos por los dos abuelos de sus cinco nietos, y para su hijo menor, Julián del Pilar, a ver la muerte del hijo concebido en hortaliza ajena. Cuando doña Digna es aceptada en el tribunal estuvo como su esposo, en la montaña de la sabiduría exprimiendo las dendritas cerebrales para luego recibir las lecciones que Watson, Pavlov y Freud, allí impartían, de tal manera que el equipo para el manejo de las semblanzas e individualidades de los acusados estaba listo y actuaba sin tropiezos. Fue por eso que las condenas recibidas por los habitantes de la ribera del manantial Martodiego, ha sido revocada, para luego de estudiar los desastres ocasionados por la devastaciones del 1968, que los altamiranos y los imbertolinos quedaron aislados terrestres, y vistos los participantes en esas acciones inhumana que conllevaron destrucciones físicas a las propiedades sociales, colectivas proceder a evacuar una sentencia justa diferente a la que obligaron a cerrar el central Amistad 30 años más tarde… que habremos también dejar sin efectos. Con esas y otras condenamos a morir de hambre a los hijos y a las esposas de los obreros de ese importante medio de producción. Sonó fuera de la habitación, donde me hallaba, un escándalo que yo no soporté… y me fui para enterarme de la realidad. Qué ocurre pregunté. Uno de los primos allí presente dijo que había sido un nieto de Emilio Aquiniano Henríquez Silverio que se quejaba por la crueldad de la vida que le había matado a su padre con sólo 34 años de edad. Y que mientras lloraba las lágrimas al rozar el polvo se convertían en una estructura química explosiva. El jovencito luego de tranquilizarse manifestó que eso en él, ocurre sólo cuando se enoja mucho, tanto que su madre, llegó a guardar lágrimas suyas… para usarlas como disolventes y vasodilator o un cacodilato. Para controlar el infarto coronario, o la insuficiencia respiratoria.






Capítulo catorce. Las nimitas )

Josefino Medina Mercedes, Juanilda Olivo y Hingy Bonilla. Eran senescales muertos, miembros del tribunal de los difuntos, encargado del comité de vigilancia, del tribunal.
Hablando de J. Medina Mercedes la señora Lantigua, consideraba que ese muchacho sería la salvación de la familia, de primos y de parientes. Esas apreciaciones las basaba, la señora madre suya, en unas visiones que tuvo durante el embarazo de este. Lo llegó ver volar sobre las cabelleras blancas de las nubes. Para ella era un toral que no bromeaba, pero lo soñó además como a un criminal que se apagaba, para su satisfacción personal. Josefino nació en Martodiego, afluentillo del Bajabonico, no estudió en ninguna escuela, se formó en las patas de los bueyes y caballos de Central Amistad y en la compañía de Felimonio Hensilver, un poderoso hijo de cimarrona, estando en las primeras cosechas del central amistad antes de la primera invasión norteamericana, a nuestra nación. Iba a las velaciones y veladas que en el fajón de Bajabonico de los Cañafístolas y de las anacahuitas celebraban, Chepito como les decían los primos, hacía sin bromas, historia donde había siempre un hombre negro como El, que era muy bondadoso, pero un ser sufrido. Se creyó que Josefino amaba la violencia, la gente de la ribera de Martodiego y de Capitán lo consideraban como un perro leal a los patrones donde laboraba. En el comité de vigilancia Chepito, es la pieza cuidadora de la buena imagen de que los asuntos del tribunal sean cuidados con esmero catalizador, en química, evitando que se alteren los procesos.
Juanilda, mujer como doña Hingy, ambas eran mujeres especiales, así fue Hermes señora de especiales estrategias, flor de delicadeza y humanismo social, podría decirse una rueda en el camino del desarrollo comunal. Por sus ascendencias parecidas pero nunca semejantes, sin embargo, en el cuidado y en la comisión de vigilancia pisan las tres, las mismas rayas. Estas tres difuntas se mueven sin caer en dramáticas acciones, porque las tres son cuidadoras que el tribunal no elabores acciones injustas desde el mismo seno de lo oscuro, que pueda haber en sus vísceras. Estas tres mujeres son faroles, que iluminaban los caminos de los hombres y de los hermanos que laboraban en la industria de la caña, del café y de cacao. Entregaron antes de morir el amor por sus hijos y hasta en la vida de los cuñados, cultivando un comportamiento, defendiendo el corazón de su esencia popular y campesina. Son tres mujeres de principio de siglo 20, empleaban su recta personalidad en defensa de la independencia y la justicia. Sembrando amor en el seno familiar. Se podría decir que vivieron, Juanilda como Hermes, en constante peligro, estando siempre en el filo de las navajas porque eran antiimperialistas y anti trujillistas, y las dos, en busca de mejora de la situación familiar, iban a los cafetales a recoger las semillas del cafeto, asediada por insectos y por las epidemias, de esa manera guiaban, enseñaban a sus hijos a ser individuos sanos, buenos y honrados, enfrentado las enfermedades, la desnudez y la pobreza que el tirano tenía sometido los hogares de las clases humildes y trabajadoras, veían crecer sus hijos en penuria y nunca enseñaron las rodillas a carniceros ni panaderos algunos que como aprovechado se lo propusieran. Eran ejemplo de vigor, en dondequiera que estuvieran. Poseían los faroles de las lámparas y linternas finales y principios de los siglos 20 y 21 con serenidad y acoplamiento personal que el tribunal de los difuntos, ahora se beneficia. Dejé para luego a la comisión de vigilancia de los difuntos y Martín me contó que huía de un grupo de personas que quemaron su casa luego que golpearan a su mujer y la hija de ambos al resistirse a que la violaran. Luego confirmamos que era cierto que a las dos, los maleantes, las habían tenido en acciones de necrofilia. Después Martín se subió en su yegua patoja, y nos dimos cuenta que también, la habían usado como hembra en acciones de zoofilia. No hemos sabido nada más de Martín. Desde el cuartel del tribunal, pero en la comisión de vigilancia, las velas permanecían encendidas, atentas a las acciones de los primos, en todo el territorio de influencia. Que se mantienen unidos por el ombligo de las regias raíces de los bisabuelos. Era viernes, cuando Camila y yo, dejamos la casa y nos fuimos a bañar a una cañada de nombre la Higuera, estaba muy calurosa la tarde, era 24 de junio, el día que Camila, más miedo sentía…pero fue a mí a la primera persona a quien se lo manifestaba, por vergüenza o por lo que fuera, ese era uno de sus secretos mayores. En el amor tenía joyas que nadie conocías, aunque ancianos y jóvenes de altas profundidades quisieron penetrar no pudieron extraer desde allí nada. En casos especiales y enormes meditaciones me ha dicho como si fuera la entrada a un viejo laberinto que la separa de una época o de universos cerrados por enormes puertas y ventanas refrigeradas. Ella no da muestra de ningunas debilidades sin embargo estaba llena de miedo muy clasificado. Se que algunos vecinos no les agradan que me exprese de la manera que lo hago creo que el miedo de Mila es un miedo profundo una veces lo creo un miedo lírico, menos que dramático. Quizá sea congénito, epopéyico, quise decir épico, tía Hermes lo consideró un miedo europeo, lo creyó inmortal como el de la pasión espectral. Las amistades suyas desconocen, juh, verdad que había dicho que era su secreto y su realidad. Digna lo creyó miedo concebido y programado y le llamó flor de capricho, pero no le negó nunca la simpatía de tía. Sin embargo llegamos a la cañada y ambos nos bañamos temiendo que algún insecto clavara sus huevos en nuestras pieles convirtiendo en nido nuestra sangre, y después ser alimentos de cualquier fantasma noctámbulo. Volvimos a la casa, hicimos tres veces el amor, siempre temiendo a las llegadas de las nimitas y enormes cocuyos que salían desde la casa de tía Digna como a darnos la bienvenida. Los temores que traía desde la cañada me dejaron y se metieron en el corazón de Camila, entraron sin ambages, sin circunloquios leves, rompiendo los alambres de mis caprichos que me preñez con los temores de Camila allá en la cañada de la higuera. Ella desde niña creía que las nimitas eran muertos que venían desde su sepulcro a pedir comida o agua, pero ella pensaba que debía brindarles tazas de te, de café y así cuando se las bebieran se marchaba. De los cocuyos creía por igual pero el temor era mayor, porque eran mensajeros de ahorcados o de accidentados. Los mayores suyos les habían contados, en medio de las nueve y diez de la noche para que se durmiera, eso que eran como correos que el tribunal de los difuntos mandaban para que los primos y otros familiares supieran que se avecinaba el luto a la familia… cuando dormimos le explique que lo que ella decía de ese pobrecillo bichuelo, no era otra cosa que lo que todo el vivo conoce como luciérnagas, abundantes en nuestros predios rurales y hasta en ciudades donde hay potreros y ríos cerca. Ese bichuelo emite luces mientras se desliza entre los pañuelos de la oscuridad de la noche. Puedo asegurar, que a esos les gusta el silencio. Algunas personas dicen que son almas de difuntos en penas, otros dicen que andan como mensajeros cuidadores de los familiares. Los primos creemos que son avechuchos de los elementos y que ese nombre de animitas se pusieron, por los de ánimas pequeñas. Fijate Camila que de los “Vacases” son cosas diferentes los primos ancianos dijeron que eran pactos o compadreos con demonios o aliados de estos. En beneficios de los intereses de los negocios… muchas veces había que entregar la hija o el primogénito de la familia. Los abuelos de los primos afirmaban que algunos de los pactos se hacen por medio de dibujos generalmente con picos y alas de aves como bueyes, caballos, cuervos y guaraguaos. Son dibujos, que en la idea del contratista, los convierte, en las noches oscuras, en fantasmas galipóticos. Sus abuelos se reunían en el rancho cerca de la cocina y nos contaban que una vez que estuvo en la casa de la prima Hingy, casi a las doce de la noche, estaba muy oscura, no se veían ni sus manos, de lo oscuro del camino. Al llegar a la piedra de nuestro abuelo Gregorio, les salieron tres cosas, que en su parecer, eran tres troncos de palma, que tomaban otros aspectos de animales a veces y de humanos otras, cada una se reía, dejando ver una lengua extremadamente larga y los ojos eran resplandores rojos y morados, dijo que cuando pudo escapar sintió deseo de orinar, que se estuvo al tri de morir cuando el tronco de Guásuma donde orinó le dijo ya yo me había bañado muchacho. Para poder llegar a casa recordó que la abuela Gelo le había dado para casos como tales, un sachecito conteniendo puntas de alicornio, pedacitos de ajo, cáscaras benditas de naranjos, jaiba y de cangrejos con los cuernos… lo agarró con la mano zurda, para cargar las funditas de energía espiritual, entonces la noche fue aclarándose y encontró el portal para la casa de nosotros los hijos de los Primos Juancito y papá La Paz. Otro día, pero eran las ocho de una noche oscura, muy oscura, yo venía, saltó con carcajadas pegajosas diciendo el primo Eladio García, de casa de Josefino, Chepito, Medina Mercedes, en el medio del cementerio una luz reverberaba y las cosas que reflejaba parecían fantasmas. Recordé que primo Juliano, hablaba de los llamados lechones vivientes, que según la creencia de Bajabonico de los Cañafístolas, eran cadáveres soplados con vejigas de toro cimarrón, muy parecidos a los conocidos como “zombis” sucedió que al voltearme la gorra, con el pico para atrás, tendiendo espantarme el miedo, una mano vino y me acotejó la cachucha, me oriné hasta en las narices, quise huir pero estaba maneado como un becerrito de poca fuerza. Mis fuerzas se me esfumaron, para el colmo mi cuerpo se fue empequeñeciendo y cubriendo de nimitas y el portal del cementerio, estaba custodiado por seis gigantes cocuyos que resoplaban como bueyes. De ahí en adelante no recuerdo nada. Lo que si supe… que en unas de las lápidas hallaron gotas de miel de abejas y en otras plumas de gallinas o de cuervos prietos. En mi caso, -agregó el primo Pascualo, no sucedió nunca nada, ni parecido, y eso que anduve, como una de esas nimitas, por cualquier camino y a cualquier hora de la noche oscura y clara. Pero en ciertas casas donde me quedaba y en otras que sólo visitaba, vi que ponían saquitos con hojas de limón agrios, tres granos de sal, una escoba de guano con la cabeza sobre un platillo conteniendo granos de ajonjolí, tomates verdes y granos de mostaza… de esa manera evitaban la presencia de brujas, que buscaban sangre de recién nacidos. Pues a mi no me salió nunca nada, ya se lo dije, nada con cosas misteriosas, para mi no existió guanguases ni amarradotes de sudores, de nubes, ni aguaceros tampoco con zánganos.






















Capitulo quince

No me siento bien con los olores que nos visitan como si fueran objetos o sujetos. Tal vez no lo entienda usted, pero los olores no andan solos, andan con sus dueños acompañados desde que llegaron la primera vez. No creas yo lo comprendo, el olor a creolina entró al amanecer con la furia de un Tsunami. Y el olor a sanguaza y a gusanera vino con los calores y aminoraron con la llegada de la lluvia. Es un aroma deshonesto muy alcahuete y escandaloso, arrastrando carretas de recuerdos para nosotros la mayor parte infelices, desagradables. Son racimetas de emotivas mazorcas desgranadas, en algunos casos nos gusta, porque entre esas tripas están los rostros de nuestras raíces, me abren los portones de las memorias prenatales, y postnatales y nos llegan con las fuerzas energéticas de un dorsukú. Te aseguro que ya en el cementerio, y no fue como en el caso de los cocuyos, custodios de la puerta de los sepulcros, que perdí el sentido, pienso que hasta la ubicación, averigüé por qué con la lluvia, el olor a los primos que se fueron, hieren el sosiego de los que nos quedamos. Esperamos que del tribunal de los difuntos se entere que nos hacen daños. Pero en verdad, yo y Camila encontramos a uno de los primos, muy mal golpeado, dijeron que fue corneado por la vaca Melena, cuando este intentó ordeñarla. Cuando se levantó salió huyendo lo agarré y contestó que lo hacía porque no soportaba el aliento que de su piel brotaba, entraron a mi cuerpo como tropel de yeguas diarreicas, creí que era simple suposición mía, estuve en los dormitorios de la casa fue en el espejo que me descubrí… Juh, soy yo el que hiedo, dije…! ¡Estoy enfangado, podrido! Hiedo a fango y a podredumbre… sale de cualquier parte de mi cuerpo. Por eso huyo, no permitiré que me encuentren mis hermanos ni mis hijos. Me dijo que creía, que es algo muy grande que ocurriría en los entornos de los parajes del Bajabonico… que sería bueno establecer contacto con los del tribunal.
Pero Bueno, te has vuelto loco, primo, de dónde se te metieron esas ideas descabelladas. Tú no sabes que el tribunal es una simple creencia de los primos senescales.
-Oye no nos aloquemos, que ya se te pasó.
-¿Cómo, pues será que tiene las narices cortadas? Ahora es a ratas que huele, ¿no lo siente usted? Después de ese corto diálogo, el primo José, se marchó hacia la cañada de las calabazas, buscó romero y salvia, también llevaba fósforo para encender incienso antes de aplicarse las infusiones de botánicas. Al quitarse las ropas vio que todas las plantas de categoría inferior se morían con el tufo que su piel desprendía, las gramas de hojas cintadas no sufrían el efecto que las de otras geometrías. Horas más tarde nos hallamos frente a José bañado y bien peinado hablando de la importancia de los olores para recordar, hablaba del privilegio que los humanos teníamos al desarrollar una memoria olfativa. Entró hablando de asociaciones de olores con objetos materiales y con los objetos inmateriales. Estuve sorprendido porque es no era el mismo José Altagracia Torres, sobrino de doña Digna, ahora hablaba de compromisos científicos, señalando que los malos olores servían para eliminar malestares cardiacos. Mencionó la cloaca, cadáveres de ratas, huevos hueros. Me retiré algo sumiso, estaba cansado de tantas porquerías que se trataban en aquellos días, había que ir a trabajar pero los Bajabonitanos como se me antojaba llamar a mis parajeños, parecían fieles gitanos que pasaban la mayoría de su valioso tiempo en bagatelas y en trivialidades. Llegué a Bajabonico de las Anacahuitas, no es que la juventud de allí, fuera más lista que la de los Cañafístolas, pero estas dijeron que me esperaban para que les dilucidara asuntos como los tipos de lluvias, eran la mayoría miembros de Mama Marta, de pro-conucos, del club José Sención. Alguien dijo que había lluvia amarga, y ácida otros hablaron que la selva negra, de los bosques de Canadá, de los de Estados Unidos, “ofrecían un frente económico” muy importante. No soporté tampoco tantas ofensas a la verdad y a la realidad científica, cuando llegó mi turno entre otras cosas dije Los tipos de lluvias, son las convenccionales, orográficas, frontales, frente frío, frente cálidos, ciclones, y templado, chubasco, ácida pero no tuve tiempo para explica la lluvia ácida y los lugares donde ocurren, luego manifesté: los monzones son lluvias intensas superior al aguacero… no, no, le dije la manga de agua es más que intensa, también se conoce con el nombre de tromba es mucho más fuerte que los monzones, anda acompañada de enormes y extremados vientos, y goterotes de agua provocan inundaciones, crea grandes granizos y en muchos casos furiosos tornados.
Me retiré y terminé bañándome en el charco de la Piedra en los aleros de la hacienda que fuera del general Héctor Tejada, secretario de las fuerzas armadas, de final de siglo, el agua estaba fresca como las manos de Camila cuando curó los dolores de mi espalda, y que me contó del letrero que había visto en una finca de Mata redonda… propiedad del ex jefe de las fuerzas armadas, el general Valdez Hilario. Pero en este caso del agua del río, tuve la sensación de que ella, estaba esperándome algo molesta. Efectivamente me dijo que yo estaba en el Joseph bar del señor don Juan José Collado, acompañado de la señorita Cecilia Esparavel, hermosa muchacha del batey La grúa hija de José Alcayata Molina, carretero preferido de don Camilo Hurtado. Pero todas esas aprehensiones de Camila eran su fantasía. Ya en el cortijo de tía Digna, Camila al verme tan bañadito, retiró las quejas que había ensayado para postre de cena. Nunca supe donde la puso. El hecho es que me compuse como la gata de Marianela Ramos, le sonreí, me puse a leer el libro “Levantado del suelo”, luego de darle el cariño, que ella de mí, como cualquier amante gentil esperaba. Levantado del suelo es una novela del Nóbel, José de Saramago, escritor portugués. En esta obra el plasma su honrada madurez al narrar la historia de una familia rural, por más de sesenta años, pasando por los reflectores de los fusiles de la revolución de los claveles… pero donde más me detengo es, al comparar la realidad de las cosas de los Bajabonicolitanos con las de los Almentejo del 1910 de Portugal, el dolor, el que produce el hambre, motivando a las ocupaciones de fincas y terrenos de latifundios y latifunderos. También me detengo con las revoluciones de allá, como la de abril en ambas geografía… ella me trajo café bien caliente y hasta fumé, se molestó porque no miré para donde ella lloraba viendo a sus nietos y sobrinos nietos, que se burlaban de Martín el cojo, que le habían cortado el pié derecho, con el que golpeó varias veces a su mujer, haciéndola abortar dos gemelas, de 4 meses de concebidas. Finalmente voceó- cállense por un ratito, siquiera. Unos gatos y luego perros movían la falda de cuadrito que cubría su cuerpo erecto bien cuidado. Fue y abrió las puertas de los corrales, luego entraron los becerros que Secundino, nieto suyo arriaba. Hizo una cruz con la cabeza, al darse cuenta que seguía comiéndome las páginas de Saramago.
-¡Juh, ni miró una sola vez! Cuando lee, no se da cuenta, de los temblores de la tierra. Musitó. Ella gritó nueva vez a los primitos, ahora bailaban el rap Hope, aún el luto reverberaba en la familia, con rescoldos tibios. Pasé las primeras horas de aquella noche leyendo, y fue en la madrugada que me acosté comenzaba una ligerísima llovizna muy tibia, no tuve explicación para las preguntas que me hizo Camila, ya estando encima de su cuerpo. Era cierto las paredes de la habitación eran un fogón y en el techo que recibía los goterones de la lluvia continuaba como si no fuera agua lo que cayera. Tuve miedo por no poder responder a las preguntas de esa realidad. Llovía y hacía demasiado calor. Salí a la galería y no vi nada de importancia que me mostrara algún camino a seguir. Permanecí en una butaca de las allí en abandono esperé y Camila, que no fumaba, me trajo un cigarrillo encendido y contemplando el horizonte me lo fumé… busqué una mascota y escribí la definición de equinoccio—cuando el sol está encima del ecuador. Estábamos a 23 de septiembre… pero eso no me da ni media respuesta a mis necesidades. Recordé que ese concepto se refiere a la igualdad de horas del día y de la noche, eso sólo se da dos veces al año. Me di cuenta que el calor tenia que ver con el paso del sol sobre el hemisferio norte, se veía en aparente luninidad, siendo algo de noche. Recordé que las posiciones de las orbitas terrestres tenían que ver con esa luninidad excelsa y mayor al inicio de los veranos en los hemisferios, se le conoce con el nombre de solsticios, aquí se entre juntan por los 21 de junio y 21 de diciembre, pero el agua que caía de un cielo nebuloso, era cálida y ninguna cosa a esa hora estaba alegre como en las aguas de primavera.
Horas después de haber pasado la lluvia acida, me fueron a buscar y no me hallaron en la casa, estaba en el play tirando pelotas para avivar la circulación. Llegué a ver al primo Juanito Cruz, quien se había intoxicado con zumo de rosa de Perú, y de flor o trompeta de campana, me buscaban para que le pusiera un suero, luego de que vi cierta mejoría retorné a la casa.
Me continué la lectura de Levantado del suelo, pero no avanzaba porque no se me salía de la mente el nombre más que la imagen de la persona de Jero Bonilla Escobar, de quien se comentaba que era un esbirro tiránico y carantoña del señor gobernador Trujillista, así mismo del señor Higinio Henríquez y de la señora Hingy Bonilla prima suya y esposa de Higinio. Cosechero del servilismo académico algo menos que el callejero. Presto esfuerzo a las dirigencia de la legión como entidad donde se cosechaba el asedio, el dolor, la orgía sangrienta y la muerte. Es conocido por el tribunal de los difuntos, del que es miembro algo apagado, que el esposo de Hingy no ofreció apoyo para hacer daño a nadie, como a nada. En esos días Papoyo Colombino Bonilla, su hijo mayor, entró a la propiedad del señor y de la señora Hingy, a buscar leña. Media hora después monta sobre la corcova de la burra Chanca, sendos paquetes de madera de saúco, árbol protegido y cuidado por los cocuyos y las ánimas al servicio de una dimensión espiritual del primo Higinio Henríquez. Contaron que el machete de Papoyo, no cortaron los leños, de la ramas parduscas, sin embargo a pesar de ser rugosa la cortó con sus rodillas, se dio tremenda sorpresa cuando vio que de las ramas salían por un agujero, filas de hormigones, parecidos al llamado “tango” con una dimensión superior. Llevaban según el que contó, un bastón parecido al de un paraguas, dijo que la sorpresa fue tan aparatosa que la visión se le quedó en los matorrales del entorno de donde había extraído la madera de saúco. Cuenta además que pudo amarrar a Chanca, cuando fue habitado por grandes olores muy desagradables, que lo saboreaba con acritud. Que al despertar la oscuridad estaba encima de su vientre, donde había una retahíla de flores blancas y algunas bayas muy negras. Papoyo escuchó a los hormigones que coreaban en voz muy tenue pero limpia decir- el saúco es nuestro árbol, está maldito para los humanos, es el árbol de la pena y de la muerte, en este saúco ahorcaron a Judas, y los humanos hicieron una cruz de saúco donde clavaron al Maestro. Es el árbol del mal y de la muerte. Papoyo entró a la casa sin hablar con nadie de lo acontecido, fue al cuarto donde dormía Precio Colombino, su hijo le puso la mano derecha en la cabeza y se marchó a jugar dominó donde Lirio del Corral, a quien hizo cierto comentario de lo sucedido. Días después por recomendación del Tribunal de los difuntos murieron Padre e hijo.
Dormí menos de quince minutos, desperté asustado conversando de Lunildo, primo hermano de mi abuelo Juan de La Paz, que había muerto hacía 35 años, ya de viejo, contaban de ese espécimen de la naturaleza, llamado Lunildo Silverio Severino, que no había diferencia entre el mulo azabache, que ensillaba y su persona, por su carácter violento y salvajino. Vivía orgulloso de ser el padre de Cicelio, miembro del ejército nacional y de la tiranía. Cuando lo hicieron cabo, Lunildo, decía que su Cicelio era sargento, y celebraba por ello, lo decía sin el tartamudeo de costumbre… luego de que lo hicieran oficial, durante los últimos tres lustros de la tiranía, Cicelio que era ambicioso, individuo, deshonesto, injusto, abusador e inseguro, llegaba a la vivienda buscando el último chele que habían ahorrado, Lunildo dejó de hacer referencia suya y mucho menos recomendaciones. Evitaba conversar de ningunos de los dos guardias de la tiranía. Eso por un lado, en otro lado, un día que le dolía la cabeza estuvo en la iglesia del lugar buscando aliento espiritual y al no conseguirlo maldijo al cura y a todos los ministerios de la santa madre iglesia. El dolor de cabeza se le fue calmando y se le instaló en las quijadas infectando las muelas del juicio… y como el que va a la pulpería a comprar un chele de clavo y de canela busca un clavo de acero y un martillo fue a la letrina donde se sacó las dos piezas… el tribunal de los difuntos conociendo su violencia lo condenó a morir de eso. Nada me obligaba a seguir pensando en ningunos de esos senescales difuntos del siglo pasado… pero tuve la impresión que Camila me hablaba de Sebastiano Silverio… de este individuo era mucho lo que se podía dar a conocer. Algo diferente a los que hemos descritos de otros… era algo singular, buen hermano, luego de haber sido buen hijo, era un hombre de cualidades humanistas, poseedor de reglas sociales útiles para la convivencia dentro de una comunidad rural como urbana. Tuvo varios hijos con Juanilda Olivo, prima suya, por líneas de don Fermino y su hija Ramona. A pesar de ser, el presidente interino, no comprendió las razones que lo condenaron a ver morir asesinado, a uno de sus hijos, en las calles del Brown.





CAPITULO DIECISEIS

Maria de los Charcos, fue la última de los primos en llegar a cumplir con los compromisos de duelo, era hija de Séptima Arias una prima de doña Digna y de su hermano Raymundo Arias, era agradable y muy activa, pero escaso espacio, empero de enormes energías espirituales, con sus ojos grande entregó una amistosa mirada a Juan Madera esposo de Iris Medina Ortega, e hija de tío Juliano Medina y de Tía Libertlia Torres Ortega. Se sintió agradecida con su prima Iris que le presentó a su esposo al que halló amistoso y simpático. Hicieron bromas que a todos nos sirvieron de postre habíamos finalizado de haber comido un moro de guandules con carne de res y copiosa ensalada de repollo muy bien picado y condimentado, diría yo, con esmero y buen propósito. Dijo que vivía en los Estados Unidos, repartió algunas contradicciones que en nada descompusieron las tortas anteriores.
-Juh, así son los viajantes, presumidos- comentó una pariente del Martín el de la burra Chanca. También repartió algunas contradicciones con Camila, prima suya… todo continuó como antes, al María recibir, de mano de Juan Madera, el libro “Los Hijos del Carpintero” que le enviara, Lorenzo Constor, de su autoría.
En la cocina había mucha algarabía, que a mí me molestaba, uno de los nietos de Digna alegaba que éramos una arboleda que se podía achicharrar por errores en el manejo de los rescoldos de cada jefe de familia. Aseguraba que a pesar de que era un muy tupido bosque podríamos encender las cuatro esquinas sin proponérnoslo irrespetando las tradiciones y los usos de tan vieja propiedad de la humanidad, como el entendía, que éramos. Uno de los primos Arias Pérez señaló que eso dependía desde donde se estuviera mirando, es sabido que doña Hermes y los demás miembros ya idos, que cuando nace un mentiroso se secan los cinco troncos más valiosos del bosque familiar. A la cocina entraba el olor a tierra húmeda, acompañada de gritos de los bohíos de la cercanía, supimos minutos más tarde que era, en donde el primo Simeón, sobrino del señor Lunildo Silverio, mientras velaban el cuerpo de Nélsido, con tres horas de haber muerto, una de las tres hermanas del difunto había caído con el mal. El señor Araujo Calvo que andaba enamorado de ella la curó del referido trance dándole un trago de guarapo de caña con zumo ajo de granos morados y los mentirosos señalaron que era componendas suyas. En la cocina se continuaba con las risas y las algarabías que se perdió cuando Camila tomo el tema de los misterios y me pidió que continuara con las historias calzadas de misterios… me convencieron cuando pusieron en mi alcance la taza de jengibre endulzado con miel de abeja y algunas torrijas. Dejé, “la Catedral del Mar”, que leía, con mucho entusiasmo; libro se refiere a la vida de una iglesia construía en la ciudad de Barcelona, España, se conoce como el mayor templo de cosecha mariana, construida en un barrio de pescadores, con el dinero y su propio esfuerzo. Santa María de la Mar. En la obra el principal personaje, Arnau Estanyor, trabaja en innumerables empleos, siempre al amparo de la Catedral del Mar. El autor Idelfonso narra la vida azarosa de Estanyor, esclavo de tierra y de los abusos del feudalismo para convertirse en ciudadano, en hombre libre. Lo interesante del libro es el tejemaneje de lo fiel, lo bueno, con la intriga, lo malo, el amor y la maldad, de la realidad de la sociedad y de la inquisición. Pienso que es una de las narraciones más hermosa de la época feudal. Para ponerme a las órdenes de la tertulia de los primos que se reunían entorno a una paila de sancocho o un chambre de habichuelas acabaditas de desgranar. No hombre le dije, eso es una fábula, lo que la gente siempre creyó que era el cuerpo de una mujer ahorcada en las tres palmas, allá en gajo de Caya, era nada más y nada menos que una vieja yagua que con los rayos de la luna, se movía y parecía a borrachos enamorados que bailaba, con la suavidad de la brisa nocturnal de la sierra. Eso mismo ocurría en cualquier punto del universo. En las dos Luisas entre Guanuma y Hacienda La Estrella, rumbo al río Mijo vivía don Mario Peña, padre de seis hermosas muchachas, su madre y su dos hermanos había muertos. Cuentan que don Mario Peña convirtió su cocina en cementerio, tuvo que enterrar a esos, sus seres más queridos, en su propiedad, sus seres queridos porque los tres cayeron uno, seguidos de los otros por los efectos de la Viruela loca. Los ríos estuvieron crecidos y los cuerpos podridos… hubo que hacer una fosa común donde por muchos años, preparaban los alimentos. Esa enfermedad era excesivamente grave, contagiaba al aire, a los elementos y hasta las partículas anatómicas del aire… la gente agonizaba copado por la fiebre, con todo el cuerpo ampollado, el cuerpo y la piel eran ríos de pus… en la mayoría de los casos fue algo trágico y mortal… en este país, el gobierno de Silvestre Antonio Guzmán, en 1979 declaró libre de ese mal, que dejaba hondas cicatrices. Si usted desea, ¡Camila!, grité para que escucharan los chismosos e ignorantes, llámele Varicelas locas, es una enfermedad infecto-contagiosa y epidémica, causada por un virus, se caracteriza por la presencia de póstulas mostrando cicatrices hondas sobre la piel. Pasé la tarde y la prima de la noche aclarando conceptos y diciendo reseñas de cosas algunas reales, y otras absurdas y extrañas. En la frontera de los municipios Imbert Luperón parte occidental, de la provincia, el señor Antolín Rejo, tenía acciones con el pájaro malo, como los niños no entendían en verdad del contenido de esas palabras les voceaban Antolín enemigo de la rola y del chichilín. Contaban que cazaba el carrao, para poner la hembra a poner, que no ponía demasiado, contaban que tenía un cuartito donde pasaba de dos de la tarde, hasta las siete de la noche calentando huevos de esa ave… porque los polluelos sacados de las axilas izquierdas serían galipotes cuidadores de fortunas. Y los sacados de la derecha eran vacases –duendes violadores de las leyes naturales como la gravitación universal, y de la temporalidad. Estando yo en la galería de mis pensamientos llegó a mi presencia como caballo debocado, gregonio Medina, asegurando haber dejado su hamaca donde hacía siesta, para contarme que la noche anterior donde durmió había sido en el fondo de una montaña donde solo había 23 mujeres, casi todas con las mismas vestimenta, la misma edad. Me sorprendí (me dijo) porque no vi ni un solo varón empero estaban las 23 embarazadas de un trío de los hijos de Agustino Torres González, sobrinos de tía Digna. Pero (dijo Gregonio) para entrar a la montaña (que es un arca parecida a la de Noe), hay que bajar por una escalera de botellas de polietileno pendidas de sogas de cabuya. En el fondo de la montaña. La duda de quien la había embarazado aumentaba, leí los nombres de los primos hijos del abuelo papa Agusto Torres padre de Hermelinda, la difunta. Intenté penetrar otro día y esas mujeres (en mi parecer) cambian de fisionomía, de fortaleza y de tamaño lo que sentí miedo. Mi propósito no es contarte, sino invitarte a invadir el Arca, pero es bueno que sepa que está custodiada por Bloques de hielo tan grande como la más alta de las embarazadas. No pude interpretar a Gregonio Medina, ya que aseguraba que las custodias eran seis bloques de granizos, de aquellos que según su imaginación, tenían anatomía y energía humana. Y que fueron de los caídos a partir del centenario de la independencia de la república, en los días de la viruela loca. Le dije que regresara en 15 días y engurruñó la cara, yo tengo que ir a recoger la cosecha de maní que se me están naciendo en las matas, pero Gregonio no conoce de camino fangoso, era como un burro jardero, me comprometí para asistir el jueves de corpus. Entre tanto se marchó seguí, leyendo la Catedral del Mar cuando Arnau Estanyol es prisionero, acusado de Judío usurero, por el viejo tribunal inquisidor. Lo dejo, porque llegaban a mi mente, como los caballos de Atila, las frases de la Letanía que decía Daniel Bonilla, primo del difunto padre de nosotros, cuando dormía en la ermita de las vírgenes, Flor de la Cananea, Socolucutué… para alejar de los aleros de la vivienda a los malos espíritus llegados del mundo del mal, y no me permitían captar las imágenes de la obra de Idelfonso Falcones. Otras cosas que no comprendí de Yuskino, fue cuando señaló que Iván Patrovich, muerto a los 19 días de haber nacido, en un parto mal realizado por médicos incompetentes e irresponsables, era la reencarnación de su tío Bienvenido, hermano de su padre y segundo hijo de Hermes, muerto al nacer. Esas frases sin sentido estaban relacionadas con Kyrie Eleisón, Pater de calis Deus, Missereres nobis, Spiritus Sainte Deus, Santa Triniti y Ora Pro Nobis.
El primo, Neftaligio González, andaba desde el primer día, luego de sepelio de Mama Digna, acompañado con una flotilla de seis individuos dos eran hembras, buscando la flor de la cananea, pero hasta hoy no nos pudimos sentar un momento, para comentar sobre el camino a seguir para alcanzar la flor de la cananea. ¿Qué es la flor de la cananea? le pregunté, pero no me respondió a pesar que lo hice varias veces. Se alejaba del tema y caminaba hacia el árbol más cercano, y desprendías hojas que se llevaba a la boca y saboreaba el zumo sin importarle lo que fuera. Pensé que lo hacía para despistarme…Qué es la flor de la cananea, le pregunté de nuevo y me dijo que si yo sabía dónde podía hallar la piedra de rayos. Me coloque la manos en los oído para volviera a decirme… no supe de qué me hablaba, o sea le hice creer. Minutos después le decía que la piedra de rayo era mucho lo que se decía… se fue acercando a una silla que estaba vacía y se sentó pero no habló por largo rato. Para los abuelos de los primos la piedra de rayo tuvo poderes mágicos protegía las propiedades y hasta la vida contra el relámpago y del trueno… se afanaban por tenerla en las viviendas para protección la buscaban en donde caía un rayo. Son piedras de tamaño peculiar, para algunos son resguardos o talismanes contra el mal tiempo usada desde el paleolítico y el neolítico. Estas creencias surgen con los romanos la llevaban para protegerse de la soberbia de Zeus, rey de los dioses, del cielo y de los truenos. Se contaba de Zeus que era hermano y esposo de Hera, con quien pro-creo a Ares, a Hebe y a Hefesto… hay fuentes que contradicen esa afirmación y cuentan que ella los auto engendró.
No confiábamos en Gregonio cambiaba hasta de nombre, es gemelo con Grigonio, pero ambos se llaman Janelio González se presenta como el salvador de universo, es un aventurero y su opositor número uno es su hermano Junelio. Anda en busca del huevo negro del cuervo blanco y de la aguja de almarear, pero en vecindario sabe que mi hermano no quiere participar de la recogida de semillas de aroma ni de hierba de flor de guinea. Finge ser un aventurero, todo ese alboroto es ha sido por eso, yo se lo aseguro primo hermano. Soy Grigonio, su gemelo, y bien le conozco, el a mi no, porque no se detiene a pensar en detalles en las cosas ni en los sujetos que están en su vecindad. Una de la cosa que se que lamenta es la muerte de tía Digna. Era según su parecer, la única que podía indicarle el camino para conseguir el huevo del cuervo blanco, también explicarle los misterios de la piedra del rayo. Según las palabras suya, tía Digna guardaba, en un cofre en tejido de cabuya y guano plateado, las cosas de tía abuela Nanania Arias Batista. Pero todos sabemos que es el líder de los primos violentos, a pesar que el, no lo aparenta, que busca otras pendejetas, a Camila es a quien le comunicó, delante de su fiel y leal cuadrilla, que lo que a él le interesa es sacar el cofrecito de la familia, Mister Paz, guardaba las joyas de Geliona y las de Nanania. Eso mismo había expresado a Irisnalda Medina y al ingeniero Juan de la Cruz Madera, su marido. Dijo que su búsqueda era la montaña huecas de las 23 mujeres media luna, como el se le antojó llamar a todas las féminas soltera. Yo soy diferente. Somos gemelos pero mi estrategia es de caminos paralelos… en verdad pienso que lo que lo que desea es un punto para moverse de allí. Si no entiende lo de punto te quedaste como Perico estancado. Porque me voy. Nos vemos.
Juh, estos primates andan como chivos dislocados… ¿y qué es eso que se escucha… del otro lado…? ¡Socolucutué, pasombabalú lubalunga kúum Yunga…! Era la voz de uno de los primos que en su ridícula y mediocre actuación vienen del cementerio de llevarles flores a los difuntos. A tus pies llegamos santísima cruz, al llegar a los cielo saluden a Jesús… no me gusta oír barrabasadas como esas que llevan las pandillas de Gregonio, buscando el huevo del cuervo blanco. De qué habla usted me preguntó Julián del Pilar, hablo de las locuras, del primo, hijo de Leoncio Torres, que busca el cofre de los dulces de la Mama Gelonia y Nanania. ¡Ah bueno! Camila, dice que está loco… veo que es verdad. Ayer lo atisbé conversando con el hijo de mi mujer. ¿Con cuál? le pregunté… me miró desconsolado, después respondió ese lioso que ahora es abogado. ¡Juh, también es del ejército! ¡Pero Bueno, vaya usted a ver!
¡A las arandelas, a las arandelas… de mi corazón. Allá dentro veo un cotorro envuelto, no se si será los dientes del muerto… tú ves Julián del Pilar, como se comporta la mediocridad. Teniendo luto entran a la galería de las frutas del cercado, a beber ponche con los huevos del corral. Los días pasan lentos en algunos lugares y para algunas personas, pero para mi han sido normales. Siguiendo las rutas de los acontecimientos desde la ida en el ganso a las colinas del más allá de tía Hermes, anoche la cosa se me complicaron porque la cena era cargada de almidones y aunque no soy medico cuando ingiero esos menesteres mi digestión se hace muy pesada… pero no pude controlar la situación que se me presenta en esos casos, frecuentes en mi ya que los víveres que ingerimos los pobres son casi todo almidones por fuera y por los cuatro costados. Recuerdo que mi profesora de química luego creo que de biología presentaba las imágenes de los aminoácidos como las enredaderas: los aminoácidos no esenciales no son asimilados en todas las partes del organismo produciendo la ingestación por medio de escogencia o dieta, me comprende usted, ahora. Para mejor entendimiento te lo voy a decir de otra forma, recuerdo que se dividen en Esenciales y no esenciales, los primeros el cuerpo no lo produce, entonces lo recibe por los alimentos… son las lisinas, las cisteinas y los triptófanos, en la leche y sus derivados, la verdura y algunas carnes, granos nueces. Los segundos: son generados por el cuerpo a partir de los aminoácidos esenciales o la revolución normal de las proteínas y abarcan el ácido aspártico, el ácido glutámico y la glicina. El hecho es que no podía dormir, ya te lo decía… mi cuerpo, podía decirse que en la totalidad, experimentaba alergia. En la madrugada desperté rascándome la espalda, pero sin ser exagerado tropecé con las manos de Hermes, que me daban una planchadita de este a oeste y de sur a norte. Parecía que planchaba la camisa en la espalda. Las manos misteriosas de la difunta entraban y salían por las avenidas de mi cuerpo como si fuera separando mis dolencias de las energías negativas que por más de 35 años no me dejaban vivir en sosiego. Para ella mi cuerpo era un continente invadido por las fuerzas imperialistas de un mal desconocido, manteniéndolo en un estado de viejo cansancio letal.












Capitulo diecisiete.

No me habia dado cuenta de tu existencia, te veía pero no entré a la pradera de tu cuerpo, no abrí tu portal por temor a romper unos cristales que se veían ante mí, un poco empañados. Esa, tu realidad, me lo impidió. Quiero que sepas que en mi niñez… se detuvo y como si leyera cortando lo que me decía relacionado con su niñez, expresó como si fuera una frase de dolor: todos tuvimos el mismo sueño. Pues sí primo, en nuestra niñez, (me respondió,) no existieron los juegos, de ningún tipo, aprendí a subir lomas y a bajar ladera, a subir por las patas de los caballos y de las yeguas, acompañadas de primos y de primas, que saciaban los deseos, según lo que estuviera de moda. Cuando te iba a buscar, los pequeños de los primos oyeron que anunciaban vengan niños, vengan mujeres, vengan a comprar paletas, de coco y de chocolates, de fresa y de manzana, vengan niños niñas viejos mujeres y viejas… todas a diez. Tuve que acudir con ellos y comprarle las paletas… ahí cruzaste tú para las playas o para el río. Me introduje a mi bunker, y deseé estar en los montes apeninos, sentirme al lado de Francisco de Asís, y de Santa Teresa de Jesús, cortando flores contando cuentos a niños cuidando ancianos. Me quedé dormido y sentí recibir los estigmas de santa Rita, de manos del primo Nicolás de la Cruz, El lujo de Puerto Plata, con quien compartí por largas horas conversando de las sabiduría de las raíces de sus abuelos, los Cruz y los de la Cruz. Padres y abuelos de sus abuelos y bisabuelos. Me conversó de Gelonia la madre de Evaro y de Felipa la suya y tía abuela nuestra, habló de las tías abuelas Ana de los Mangos y Celia de los Corozos Nicolás del Mar, era el primo más amistoso de los de línea de don Evaro, queridísimo por doña Hermes su cuñada. Me estuvo narrando cosas de Yusconio, que me agradaron bastante, fue me fijo, una noche dramática y poética, según su parecer, era de esa raza, ascendiente de actores y de compositores, figúrate era ahijado de Neruda y de Darío lo escuché decir soy cercano de don Pedro MIR, de esas cosas me reía como si saboreaba un bombón hecho con miel de caña, decía que Hermes, su tía, era una genuina creadora de hermosa prosa, para mi tan bellas como Aura la violeta… y como Abelardo y Eloisa, historia romántica, el protagonista se llama Abelardo escritor filósofo francés, y maestro. Se enamoró de Eloísa que tenía 15 años y el 43. Le conté lo que debía contar, pero callé que al señor Abelardo lo castraron para alejarlo de Eloisa. Hermes era prima de Abelardo Torres, Alférez de un remolcador de la marina de guerra. Gregonio salía en las madrugadas de lunas pálidas, era una manía de hablar con los marranos, y con los becerros, lo llegué verlo hablar con los potrillos y con las chivas deJulián del Pilar. ¿Necesito, qué necesito? Nunca contestaba. Hizo tres ronquidos guturales, después tosió con mucho esmero y con delicadeza. Nadie le vio meterse un dedo en las narices, tampoco en los oídos ni en la boca. Mucho menos cepillarse delante de algún pariente.
-Venga Gringonio, corra en seguida, corra dijo Camila, no hice el menor gesto hasta que escuché que dijo, mataron a su hermano, Gregonio. Levanté la cabeza, era un fantasma lo que vi correr… iba como un celaje. Me cambié la camisa y le seguí los pasos. Cuando llegó al lugar donde le indicaron no hallamos nada… me dijo parece ser falsa la alarma… volvimos al Bunker, el caminaba con la cabeza en el polvo. Confirmé que Gringonio era un hombre bueno, en poca cosa se parecía a Gregonio. Esa noche me di cuenta que la habitación donde Gringonio dormía era una simple enramada hecha para cubrir las apariencias, como dicen los portugueses era un jergón donde dormía. También fue ahí que me di cuenta de que era simulación de Camila que nunca han existido lo primos y mucho menos los 665, que luego de soñar la muerte de Mamá Digna, llegaron a la iglesia. Juh, cuantas tonterías, cuántos huevos con café. Pero lo que no era falso era la presencia del fantasma del Primo Gregonio. ¡Pero Bueno! ¿De qué Gregonio está hablando… si nos dimos cuenta que ese infeliz era nada más y nada menos que un hijo de Roger del Valle, haciéndose pasar por abogado, con rango de coronel de la escolta del palacio. ¿Infeliz de dónde y de qué, Juh uuuf.
En la autopista hallaron a tres mujeres estranguladas junto al cuerpo de Gregonio muerto con varios tiros en la espalda. Pero ellas tenían marcas de violencias en el cuello. No me lo crean pero las nimitas entraron al cuarto donde dormían los primos, ¿Serían noticias traídas del Tribunal de los difuntos? Me estaba quedando dormido cuando ¡to, to, to… tum, tun! Tocaban en la puerta del Bunker. No respondí, los toques continuaron, me di cuenta que era Grigonio, escuché que tosió que ocurre compadre le dije… me miró mientras tosía, dicen que Mi hermano halló el huevo negro de la cuervo blanco y por eso lo mataron… ¿viste su cuerpo? le pregunté moviendo la cabeza dijo que no. No lo he visto, me manifestó finalmente. Y lo de las mujeres que hallaron en la cercanía de la escuela de Los Llanos de Pérez, ¿quiénes eran? Todo era pura mentira. Lo invité a que pasara la noche en mi cuarto, hablamos bastante de cosas importantes. Ahí fue que supe que era un aficionado en verdad, de la literatura de la francesa… me habló de Flaubert, de Zola, Chauteubriand, de Honoré de Balzac señaló que lo adora por el libro Eugenia Grandet. Ahora me dijo amo a Henri Beyle, autor de Rojo y Negro. A pesar que me sentía bien con que me hablara de libros tan importantes, como los mencionados o autores referidos, no dejé de observar que estaba muy nervioso… llevaba tres días sin saber en verdad de su hermano Gregonio. Camila llegó y le preparó una cama de las conocidas con el mote de Colombina, dijo que no le pusiera sabana pero que le buscara aunque fuera de piedra una almohada. Continuamos hablando de las mujeres que acompañaban a Yusquinio, de las que dijo:- no son mejores que mi hermano, andan ahí, son astillas del mismo palo. Juh son peores eso creo. Le confesé que una se me introdujo en la habitación, que hice el amor con una de esas mujeres y estoy asustado aún, le manifesté. El me miró y lo que leí fue ¡Qué lastima! Hizo una cruz con la cabeza en actitud de desaprobación. Camila nos dejó solos expresó cosas ininteligibles como ¡Iyí allá Bombee! me reí muy agusto. ¡Mamorra, mamorra, macuina! Me di cuenta que a Yusconio no les eran desconocidas las expresiones, porque hizo gestos compensativos. Buenos muchachos, dejemos la contada por ahora hasta aquí, partiré para el Murazo, en los Higos de Jicomé, donde, se me acaba de informar, que los muchachos que acompañan al primo Gregonio, hallaron el huevo negro del cuervo blanco. Dicen que están atrapados en la cueva del buey o del toral, Gregonio, envió por su hermano gemelo, pero este no quiere participar en las empresas de su hermano. Porque en su parecer, cada uno de los hombres y las mujeres, que los acompañan, son propiedades de los cielos demoníacos. Sin embargo yo y Gringonio sabemos que en los delirios de Gregonio, el cree que al tener el huevo negro del cuervo blanco, conseguiría la llave para entrar por los portales de Charcos Largos, donde en verdad se asegura que el Petróleo descansa esperando una mano valiente que lo ayude a salir de la profundidad, de los sótanos infernales.
Gringonio se quedó dormido y en sueño veía que la estancia donde vivían sus abuelos, había largas líneas de matas de plátanos y a la derecha hileras maíz, de donde emergían chorros de gas natural. Escuchaba la voz de su difunto padre que le decía ahí era donde enterraban a los atacados por viruelas, eso fue un cementerio, pero como la naturaleza es benigna y justa lo devuelve en metano y propano. El lo iba a beber pero comenzó a toser y se detuvo. Los hidrocarburos, dice el padre de Gringonio, se hallan en forma natural en la zona de Charcos Largos… para alcanzarlo no hace falta ningún huevo negro, ni de ningún color. Luego que nos contó el sueño de aquella realidad le dije que el gas natural está cargado de agua, de acido sulfúrico, de nitrógeno y de dióxido de carbono… le dije además que era muy peligroso moverlo a distancias exageradas. Empero los peritos consideran esa fuente la más limpia, útil y segura, es inodoro. Eso no es verdad, para que el gas exista en el interior de la tierra se necesita de millones de años, en cementerio de cuerpos y plantas. Muchos casos están vinculados en sociedad o colonia de petróleo, no se ría, que es una manera de hablar, claro que no son animales ni plantas para pretender señalarlos como colonia, pero si recuerdo la química de tercer teórico, de esos troncos de Maíz de su sueño, brotaban en sensaciones etano, nafta, butano y propano, el no asociado es el gas procesado en tanques.
Cuando me acerqué a Loma El Murazo, sentí enormes escalofríos, porque en mi niñez, estuve en esos predios cuando mi tío Felipiano Torres, hermano de Digna allí vivía con su señora y con sus hijos.
Como el huevo, era exageradamente pesado llevan trece días atrapados, en la cueva de toral, de quien se comenta ser el dueño de la montaña hueca, donde están preñadas las 23 mujeres de estaturas amazónicas. Ese toral, es un individuo de cuerpo muy pequeño pero de extraordinaria fortaleza y astucia, está incitado a seguir los pasos de Gregonio, porque se sospecha que es el padre de los 23 embarazos de las mujeres de la montaña hueca.
La lucha que se ha producido en medio de la cueva, es desconocida, pero fuera de la cueva se oyen los golpes y los gritos y los ruidos de aceros de los filos de las azadas y de los machetes. La gente de Gregonio ha sido derrotada y a las doce de la noche salen con los brazos desganados. Regresamos al cortijo de doña Digna, convocan al tribunal de los difuntos para acusar a Gregonio de extorsión… supimos por las señas acostumbradas que se le dará una nueva oportunidad ya que se espera que las acciones del gemelo, beneficien a los suyos.
Gringonio despertó del largo sueño en el platanar y el maizal, y me contó que su hermano en sus nuevos planes iría a Charco Largo a la ciudad de Azua, y que desde allí, acompañado del Toral, con quien se ha asociado, convocaría a las fuerzas que tiene en todo el país el 22 de mayo día de Santa Rita de Casia, (1381- 1457) la gente la consideran la más popular, de las santas de la iglesia católica. Ese día de santa Rita, los miembros de su cofradía irían a la puerta del ayuntamiento de cada ciudad, llevando un pan debajo del brazo derecho y en la mano izquierda levantada, una rosa roja, recordando los símbolos sagrados de la santa.
Sucedió que estando comiendo junto a Camila y Gringonio, llegó un abejón de cocos y como si hubiese sido un comensal compartió con nosotros. Mientras tanto estuve bajo el influjo de su presencia, y sin cepillarme me fui a dormir la siesta. Fue como si me hubiese venido a buscar para mostrarme en sueño a Gregonio con la boca como una tinaja bien abierta, y por ella entraban bandadas de cuervas pintas, que luego de minutos se devolvían cargadas de tripas tejidas, como las que venden en las fondas. El último en regresar a la boca fue la cuerva blanca trayendo en ambas axilas dos huevos negros. Pero Gregonio se mueve sin miramiento… y se lo traga. Fue por eso que Gregonio propuso a su hermano que se hiciera devoto de Santa Rita, por la estrecha relación entre uno y la virgen santa. Pero lo que sucedió fue que unas 123 abejas rodearon las camas de Rita cuando esta fue bautizada, cuentan que en la ciudad de Casia viven las abejas de Santa Rita en los muros del monasterio. Dicen que esa Rita siendo bebé, las abejas blancas llevaban miel a la boca de la criatura, para que la pequeña comiera. Un vecino que iba a curarse el brazo izquierdo que herido tenía, quiso espantar las abejas de la boca de la niña para que no le hicieran daño, el brazo curó de inmediato.
Un día que Camila me preguntó, lo que me parecía de Gregonio, le dije que de ese hombre no deseaba hacer aseveraciones, porque en mi parecer era un individuo ligado al vicio, de la manera que sea, a la corrupción y a la maldad. Como un día señalé, es simple conjetura, sospecha, simple intuición y algunas conjeturas emocionales. Algunas cosas son reales. Me ocurre pensar que las fuerzas de los demonios han entrado a las zonas cerebrales de ese individuo arropando sus dendritas, su sistema de razón, me parece… que tiene una mente esclavizada, que Satanás se hizo dueño de sus facultades, incluyendo la volitiva. Pero siempre a Gregonio lo acompaña la tempestad y cosas terroríficas, con él andan los truenos y los aullidos de perros y de gatos… Un día señaló Gringonio, que su hermano había perdido su nagual o animal de los dioses como creyeron los aztecas, los mayas y los toltecas. Hay día, dijo Gringonio, que mi hermano intenta comer pluma de cuervo y se cree ser un toro. Cuando reacciona es para hablar de Charco Largo, y en retahílas y rosarios de pensamiento comienza a decir que fue en 1939, que se perforó el primer pozo en el país, dice tanto que hasta nombre le ha puesto… fue en “Maleno numero uno, de la compañía Seaboard dominicana” claro mi hermano es un soñador, es un duende que anda el país en micras de tiempo, y es por eso que dice, cuando bebe, busco el huevo negro, del cuervo blanco… porque de esa manera consigo el poder para explotar el petróleo de Barahona y de Azua, en sociedad a Maracaibo.
El tribunal de los difuntos observaba con cautela el comportamiento de los primos y de los gemelos buscadores del fantasma del Dios Zeus, en la cueva del Toral y de Nagual, que en unánime decisión los integrantes, votaron a favor de la muerte de Gregonio, en un pozo de petróleo de más de 16345 pies de profundidad en charco largo, par a evitar que nueva vez, se cayera el otro nuevo huevo negro del cuervo blanco, conseguido bajo los pesados pies del imperio. En el fondo de aquella grieta en las puertas para entrar a la montaña hueca, había unos primos hermanos de Gringonio y Gregonio, piensan que está prisionero desde antes de la desaparición física de doña Digna. Gringonio no acepta la muerte de sus hermanos, inicia visitas a las diferentes cárceles y hospitales del país, primero estuvo en San Felipe y en San Luis, por igual en San Víctor, estuve en San Francisco de Macorís, en Santa María Trinidad, allí me encontré con el primo Naype Bonilla, guardando prisión por haber dado muerte al primo suyo Alfredo del Corral. Camila y Julián del Pilar estuvieron en la frontera. Tuvieron muestras de su presencia hasta la semana pasada, siendo trasladado a la cárcel Antonio Duverge en Independencia. Luego que Gregonio tuvo el huevo negro, del cuervo blanco, fue encarcelado para evitar que muriera en uno de los laberintos y vericuetos de cueva del Toral. En la Penitenciaría, Gregonio, se vuelve o se hace pasar por loco, paga el entierro de las mujeres que siempre con él anduvieron, asegura haberlas matado en una discusión al intentar esconderle la aguja de “almariar”, que estaba junta con el cuervo blanco y una de las cinco piedras de rayo, del Dios Zeus, en el cofre que tía Digna le había, ella misma, entregado en la puerta del edificio de comité de Vigilancia, en el Tribunal de los difuntos. Dijeron que se recuperó que incubaba en los sobacos y en las verijas al huevo negro del cuervo blanco. Recibía colaboración del alcaide de aquella ocasión, por ser generoso, humanista y más era humanizante. En su estadía realizó varias actividades protagónicas a favor de los reos y prisioneros juzgados, varios matrimonios, se afirma que son escasos los casos realizados en alguna cárcel de América. Se citaba como el primer caso ocurrido en La Penitenciaría Nacional de la Victoria en el 1982, siendo Mario Calvo Román, el alcaide para la ocasión, que casó a un reo de nombre Jaime con su mujer de nombre Mayra. Grego, que era como le gustaba que le dijeran, en las madrugadas de lunas llenas, deambulaba, en la sombra pálida de cocoteros, y voceaba –en estas matas de cocos, en los años 1951 y 1952, el general Alcántara, asesinó 123 hombres enfermos, porque no podían ir a laborar a las hortalizas del penal. También se la pasaba cantando las canciones: Lamento Esclavos y Aquellos Ojos Verdes, por las que según él, habían matado a su paisano, Eleuterio Eduardo Brito, cuando lo estuvo internado en el Hospital Siquiátrica “El 28” durante la tiranía.
A Gringonio, ahora le llamaban Gringo, raras veces Gringolo… lo internaron en una celda del hospital Ricardo Limardo aceptó ser llevado, dijo- que el mundo sepa que lo hago… por el Hombre que fue él y también su padre, en Puerto Plata. Camila y yo le visitábamos y, tan pronto nos veía preguntaba si el huevo negro del cuervo blanco había sacado, y si habían muerto las mujeres de la cuadrilla de Grego, le contestábamos que sí…el mismo día que sacaron a Grego de la grieta del nuevo Anual, deambulaba buscando el huevo negro del cuervo blanco, la piedra de almariar. El rostro de ambos hermanos ya no eran parecidos los golpes recibidos los descompusieron, fueron dolores muy profundos y muy altos, pero en la práctica fueron vidas paralelas, eran hijos sin embargo de los mismos padres.
Grego dejaba locos a los observadores, ahora alega ser millonario, el botón negro de su camisa blanca… como el huevo negro del cuervo blanco…le había proporcionado mucho dinero, entre ese razonamiento y su locura, dice que tenia una compraventa de Trabalenguas las más socorridas suyas son: casi miro a “Casimiro, sin poder casi mirarlo…” taravinculando una de las taraditas que según los caprichos suyos eran taravinculada por unas manos de un buen taravinculador...que despapacoteaba a su puerca papacota, mientras decía-Oiga prima Mila, todos los días veo las mismas moscas y los mismos mosquitos en mi compraventa de trabalenguas Juh, me río je, je, je… nadie lo hace mejor que yo y por la cantidad de estúpidos que nos siguen.
Doña Digna tenía varios años siendo miembro del comité de vigilancia y del gran Tribunal de los difuntos, de los primos no se sabía, pero sí de Gregonio y de la pandilla, de los demás no se sabía nada. Al comité de los difuntos las noticias nobles sólo llegaban a las periferias llegan a otras oficinas entre galerías y portones. Que generalmente permanecen cerrados. El mundo entero conoce las maniobras de los farsantes que cuentan buscar para los humildes, pintándose de libertadores siendo eslabones de la cadena depravada vestida con tintes esclavistas. En cualquier mundo hay gente muy buena, sobretodo, los seguidores de San Roque y de Santa Rita.
Eran las dos de la tarde del 22 de mayo, día de Santa Rita de Casia, habían pasado los siete años, de la muerte de doña Digna; los primos se habían marchados dejando desolado el antiguo y próspero cortijo propiedad de los Evaros. La muerte de Gringonio dejó desvinculado a Gregonio de los primos y de los intereses que los unía a las pandillas que particularmente buscaba las piedras del rayo de Zeus, se muestra sorprendido, atrapado en su estúpida estrategia, atado en la complejidad de comportamiento. Pero nadie, afirma nada de su vida en prisión, a pesar que cuando entramos a la penitenciaría, donde cumple condenas por haber matado a sus tres amantes, nos muestran la salida, hacia el hospital para locos, así nos iba… en acciones recurrentes. Volvíamos desalentados, desanimados. En la cárcel nos enseñaron papeles suyos conteniendo el rostro de 23 imágenes de las mujeres encintas de la montaña horadada, y en el centro del lienzo, había vestigios de gotas de sangre, de vinagre o de lágrimas. ¿En Verdad, nos habremos equivocado con Gregonio? ¿Sería cierto lo que un día nos dijo Tío Humbertilio? “si ese es Grego… no es verdad que sea, un individuo depravado, todo lo contrario… es un revolucionario” Gringonio Torres González murió en el hospital Ricardo Limardo donde llevaba cinco meses, creyó haber visto entrar por debajo de la puerta a su hermano en la corcova de una esperanza verde. Cuenta la enfermera que se quedó en un sueño sin reparos luego de contarle lo ocurrido. Pero dijo además que la esperanza, que en su visión era gigantesca, tenía ocho manos sedosas que los plancharon y pareció morir de placer. -De Gringo- como yo le decía, me contó aquella ingenua enfermera; tengo que decir que era un botón de hermosura, poseía un cubo repleto de cualidades que endulzaban el mar de la maldad. También de situaciones sorprendentes, ¡figúrenos comiendo juntos! me dijo que ya no se excitaba, eso no…así no…déjeme expresar con precisión… ah si, eso es…no se erectaba, desde que el policía, mató a su primo Juan Evangelista Torres, en 1966 en la ciudad de Santo Domingo, a él lo golpeó en los testículos. Pero ahora le ocurren prolongadas eyaculaciones cuando evacuaba o conversaba de cosas muy apropiadas a sus gustos e intereses…las más profundas y extensas las tenías cuando orinaba sentado. Yo me reí, dijo la enfermera que no era prima de doña Digna, sentí penas y vergüenzas ya que fue ahí cuando se quedó dormido. El me dijo que despertó cuando la esperanza gigantesca nueva vez se convirtió en mariposa. Me puse a llorar por él, y cuando regresé del baño en la cama no había nada. Tampoco había rastros o indicios de su permanencia física. Cuentan, les explicaba a los nietos y bisnietos y tataranietos de Digna, que se confirmó lo mismo de Gregonio en la Cárcel de Concepción de la Vega, sin ningún tipo de diferencia, que no fuera la parte erótica…Gregorio estaba sano en término orgánico. Me arriesgué a señalar que era una misma alma en dos cuerpos, en momentos no se distinguían aunque no en las mismas circunstancia ni motivaciones idénticas.












Capitulo dieciocho

El engaño tenía su propio cuerpo, se convirtió en un objeto, en una táctica, como también la mentira para alcanzar algunos seguidores para una estrategia aun sin definir. Camila y Nuris, habían ido al trote a los mercados buscando los ingredientes, para los preparativos de la comida del el 7mo. Año de la muerte de Tía Digna. Ese objeto traspasaba paredes no importaba el grueso, ocupaba lugar como cualquiera otro, muchas veces estuvo colgado de las paredes junto a los retratos de Tía Digna, cuando estuvo por su cuenta se encaramaba en las alcayatas y se creía ser un gato cuidador de la familia, se metía en un rincón de la casa. Camila me ha dicho haberlo visto envuelto entre las sábanas, como si se rascara los sobacos, Julián lo empuja cuando se le acerca a la mecedora. Lo vi una madrugada que quiso ordeñar las vacas, después entró por la ventana, nunca lo he visto dormir, pero se acostó en la cama de una muchacha, que ahora, cosa rara, no recuerdo hija de que tía era y como yo había bebido no se lo que sucedió en aquella cama… lo que si se que me dormí muy excitado, y me lo creí borracho y mujeriego. Luego se movía poniendo cara vestida tristeza. Tía Digna decía que ahí era donde clavaba sus uñas envenenabas decía -es fruto de dolo y vicio público. Le llegó a llamar vicio cívico, porque había otro engaño para ella artificioso y penal como un racimo de manipulación ocultando la sonrisa real y verdadera. Modificando los elementos esenciales de las energías estructurales de la naturaleza verdadera. En algún caso sellado de ceremonias y vínculos religiosos amarrado con nudos entintados de soberbias y vehemente humanismo prejuicioso inverosímil. Las piernas del engaño eran como las del Carrao, como las del flamenco, largas y rápidas; oye la cintura del engaño es platónica mimética a veces aristotélica, simple sueño y fantasía. Si me estás comprendiendo entonces comprendiste los Primos, porque entendiste a Gregonio y a Gringonio. Los primos son falsos hasta donde a ti te convenga. Falsos de pies a la cabeza. No hombre Prima, eso no es cierto, no hay que ser primo para no serlos. Si hombre si, todo desde el ángulo que lo desee ver, somos primos. Se lo estoy señalando desde los nueve días del mortuorio de tía Digna. Con la presencia de los bocaeros que rezan para ver morir a los primos conforme a ir a comerse el moro que en la vela harán. Peo Camila déjese de hablar lo mismo que de esas tripas estoy lleno. Yo también los estoy, tengo comezón el colon meñique, con los sudores de esas escorias del siglo… no veo diferencia cívica entre el engaño y el sida. Juh, a usted es con lo que le coge. ¡Pero hombre Encho…! y de qué otra manera es que podemos enfrentar estos mañosos. ¡Juh, ahora no comen sancocho en las velaciones de vecinos! Y los califican de come solos, cuando no ven en abundancia carnes ni ensaladas, ni refrescos, ni agua de botellones y, que sea fría. Yo he pensado que para que los Bocaeros se sientan bien, el gobierno deberá, por vías de las gobernaciones, encargarse de las ceremonias y de los enterramientos, de los hijos del pueblo para que haya comida y esos lúmenes, que no son pordioseros, pero que nunca han comido en mesa en su casa… y ahora emplean la ley de Lemas en los servicios de la comida, en los velorios y en los cabos de años.
¡Pero bueno! ¿Qué es que dice usted mujer? ¿De qué Lemas habla usted Camila? Pues es que los genuinos comesolos, que son Bocaeros hay que sacarle lo suyo a parte, aplicándoles la ley de la múltiple votación y simultánea. Esos no son como decía tía, hablando del engaño, son saurios y cocodrilos. ¡Ju, ju, ju!
-Luego de la ida de Tía, no había sentido mayores ganas de saborear la sazón de la risa, como ahora. Hablar contigo de unos días para acá prima Mila es bueno, es saludable. Pienso que terapéutico.
¡Claro como anda huyendo de mis besos, dijo entre diente Camila!
-¿Qué fue lo que dijo?
-No, estaba recordando al pobre de Gringonio que quería conocer los hijos de las mujeres de las montañas ahuecadas, y supe que las 21 dieron a luz anoche. Las 21 de hembras gemelas.
- Me hice que no oía y me fui acercando al fregadero donde ella limpiaba las lozas usadas en la visita que se había marchado a mi llegada, desde mi bunker. Ahora me doy cuenta porque de la presencia de la loza, sino fina, la mejor de la familia, sacada de los baúles, hubo personas muy distinguidas en casa de Tía ayer, en todo el día.
-¡Así es! me dijo.
-¡Así es, qué? Me refiero al nacimiento de las 21 gemelas de Santa Digna.
-¿Y eso, es cierto? Pregunté algo incrédulo, pero en aparente deseo de conocer la seriedad del enredo.
-¡Qué, si es cierto qué?... y no ve que acabo de entrar, los paires de lujos de Tía y de Mama Nanán…aquí hubo de todo ayer, pero usted se lo perdió, por estar en su literatura fría y, conversando con don Internet…con don Héctor Pastorino, consejero y príncipe de la embajada de Haití, no se dio cuenta de la presencia de varios funcionarios de la Cancillería.
-No hables mentiras, déjeselas a otros, que ese no es su perfil. Le di la espalda y sin quererlo me fui alejando de ella y tras de mi sentía su fluido energético quemándome el cuello. Momentos seguidos sus manos plácidas asaltaban mi nuca, no me volví de una vez, sin embargo no soy fuerte en esos ajetreos, me voltee y fui recibido en los brazos suyos como en una cama higiénicamente blanda y noble. No me interesé por conocer la verdad de los platos y de la llegada de las 21 mellizas en la montaña de Gregonio. ¡Je, je, je, je! Me reí. Recibí de Camila, las descargas sublimes, que de cariño requería mi continente humano, y dormí 24 horas sin despertar. Habiendo despertado comprendo que de los sueños y de la fantasía no se alejan los románticos educados con abuelos. Camila y yo somos primos de primera línea, pero ella es una jarra fresca de agua cristalina que mitiga la sed que traigo de naturaleza, si no lo comprende es porque no tiene primas ni primos. O nunca ha estado, usted, en un jardín de dalias y de margaritas con intercalación de lirios y de claveles. ¡Qué le parece! Ella es un manjar, un sujeto amoroso, es adorable, posee todas las condiciones para tales fines. Ahora duerme luego de amar y de ser amada, recibiendo la cosecha de la faena amorosa, no lo cree así. Amar es una empresa como cualquier otra, ¡Ah bueno! una empresa seria, con proyectos y con fines… los peritos tienen formas especiales para evadir la metodología y la rigurosidad ortodoxa. Pero los otros no y nos sometemos a los objetivos luego de conocer los encantos del o de los caminos. También coloque mi pecho en su limpia espalda y me dispuse a recibir las hermosas descargas del descanso soñando con los recuerdos y consejos de tía Digna y los abuelos. Me levanté y aún si cepillarme acudí a la galería de mi bunker, para saber cual era el asunto de tanta algazara que traía el grupo de primos alborozando el vecindario. De los que venían, el más delgado me preguntó, lo que pensaba yo del bostezo y de del estornudo. No tenía respuesta, al instante llevaba la de volver a cepillarme o por lo menos bañarme, evitando así que se llevaran de mi cuerpo el perfume de la prima Camila que en el pellejo traía. Me quedé por la insistencia de otros y ahí le dije:
-hay personas hombres o mujeres que mastican el aire, para obtener sensaciones positivas, de placer estomacal y de correcta digestión obteniendo acceso a las glándulas salivares para que entren al escenario, llevan tiempo sin orinar o evacuar, bostezan y además estornudan, envian secreciones mucosas eyaculadas por las narices. Mientras explicaba mi tesis observaba la inteligencia del estudiante, que me miraba gozoso.
-Estornudar es, le manifesté sin muchos ambages, una acción convulsiva que envía aire desde los órganos respirativos como los pulmones por los conductos nasales y la boca. Algunos de esos actos reflejos son ocasionados por invasores que irritan las mucosas nasales. De tal manera que se puede colegir y verlo como una actividad defensiva de los guardianes del aparato respiratorio. No quiere decir que todo es color de margaritas, mucho menos sabor de jalea, no, ahí aparece las alergias, al polen de esas mismas margaritas, juh, ya puede imaginar… la presencia de polvos, perfumes y hasta reminiscencias por actividades en la cocina, y en el tocador… las infecciones virales, y resfriados.
-Del bostezo te diré algo más, aunque tengo otros compromisos, y, Camila me espera en la mesa para comer. Es una acción involuntaria, así la define todo el que juicio ha hecho sobre el asunto, es un acto de abrir la boca con toda la extensión y amplitud que alcancen las mandíbulas, dando de esa manera una inspiración bastante honda, a su hermana cuasi gemela, la espiración, para cerrar al instante… algunas mujeres y adonis bostezaban para el relajamiento de los músculos de la cara y para estimular regiones neuromusculares, cardiovasculares y respiratorias los animales de cuellos y de columnas vertebrales, bostezan: culebras, cocodrilos, perros caballos y peces. Del hipo y de la tos charlaremos luego… cuídense de los engaños que bostezan haciendo creer que duermen, juh!. El engaño era un camino, una táctica lo había razonado ya era como la mentira, eran quizá, los tres, seguidores del engaño, se movían como gallos de trabas, llevando las alas alejadas de los linderos del cuerpo, el delgado como el lápiz que llevaba en el cuello, miraba con ciertas frecuencias, hacia los lados temía ser asaltado por el guanguá de la montaña ahuecada, ¿Qué ocurre preguntó el mayor de los muchachos. Sentí que una gran mariposa voló como un ferrocarril, halando vagones cargados de calor salido de la piel de diablos acostados. Qué está diciendo usted. Si no lo entiende, o no lo comprende allá usted. Pero aún la veo caminar de la cocina al fregadero, cargando sus dolencias en los fardos de una vida de tormento y de pobreza, llevando su alegría en estuches de silencio. Dibujando con el humo de su pipa, un continente de querellas sacadas de un archipiélago de reminiscencias. Me contó que el mundo estaba saturado de cosas parecidas, y citaba la concebida sentencia filosófica –“hay cosas que parecen ser y no son y otras que son y no parecen ser”. Je, je, je, se reía y me habló de los ejércitos de mal ocultos entre cada individuo social, si no me entiende déjeme decirle que se refiere al jardín que opera en el sótano de su existencia o al retrete de su espiritualidad. Juh de eso se muy poco… entonces escúchame. Son alteraciones de movilizan la naturaleza individual de las energías demoníacas, lista para prostituir el entorno familiar. Son energías que duermen en los pisos de nuestra existencia que se despiertan para encaletarse en los hombros de cualquier individuo tal vez inferior, tal vez superior. Pero es bueno que sepan que en cualquier momento el individuo visto como una sociedad, como un pueblo es invadido por ese ejército que hemos llamado de mal tomando perfiles de caras atractivas con el indiscutible afán convencer al hombre. Ya te lo dije: de 21 ciudades de la república se robaron 21 niñas acabaditas de nacer, 21 años hace poco más, poco menos. Y se cree que las llevaron a las montañas de Santa Digna, aquí en Bajabonico de los Guanábanos, donde se dice que en esas montaña están paridas de gemelas y duraron 26 meses embarazadas cuentan que 5 de esas pobres muchachas dieron a luz por el ano, y que 13 vieron nacer sus hermosas y grandes niñas por ambas orejas, las otras ocho parieron en partos normales. Cuentan que esa realidad, absurda para muchos fue un sueño que tuvo hace muchos años san Agustín confesados a San Abelardo y a santo Tomás de los Brinco en lomas Manantiales, en su nueva obra titulada “Confesiones” de esas 21 mujeres se sabe poco, pero los que de fuera la vieron murieron ya, cuentan que Gregonio y su hermano gemelo pasaron noche entera en los brazos de una tal Filotania, y que ambos eran mellizos ella lo usó a los dos como amantes. Cuentan que Gregonio fue asesinado en los brazos de Fiuralinda cuando quiso arrebatárselo a Filotania. Ambas reñían con facilidad en la ciudad de la montaña hueca. Los familiares de los primos de Grego y de gringo, estuvimos turbados y confundidos por no haber dado con los cuerpos de ninguno, luego que se dijera de su defunción en el hospital Ricardo Limardo y el Penal de la Vega. Contaron que Filotania era una hermosa mujer que en noche muy oscura se vestía de negro, sin embargo las gentes aseguran, que no era un vestido que se ponía sino que Filotania se emplumaba en ese estadio lunar comenzaba a bailar alrededor de la casa suya hasta que la destruía entonces dejaba el suelo y se iba al cogollito de la mata de anacahuita más cercana a su vivienda donde hacía el amor con el macho o con los que había seleccionados, donde tenía una cubeta de nimitas y cocuyos prisioneros que libertaba, para que fueran a iluminar, los senderos de la campiña, a los duendes ciegos y a las hadas minusvalidas, dijeron que los gemelos se les cayeron de las ramas, donde dormían porque Gringonio lloraba por los actos eróticos que estaba siendo sometido. Esa noche a Filotania le salieron cuernos y los brazos eran escamosos como las culebras igual que la lengua y sus ojos. Pero ella no atacaba a sus victimas cuando dormían, le gustaban despiertos. Filotania y Fiuralinda, no han estado embarazada nunca y en las montañas de santa Digna se creen ser princesas y emperatrices. Pero se ha contado que han sido halladas llorando juntas a pesar de odiarse a muerte. Una como la otra a quien prefiere es a las monjas y es por eso que no se ha visto en los meses de septiembre y de octubre por andar sobre las ciudades san Felipe, y san Valverde de los arrozales. Es sabido en toda la región norte y noroestana del comportamiento de las novicias con malestares estomacales, vómitos provocados según mentes calientes, por intervenciones nocturnales, a los dormitorios por demonios libidinosos salidos del pensamiento de monjas sádicas y perversas. Aunque las autoridades eclesiásticas dudan esas cosas…. Quería continuar haciendo esos apuntes en mi libreta de imprevistos… las manos de Camila siempre seductoras abrieron mi apetito general y la acompañé al comedor especial que teníamos ambos. La mesa estaba repleta de ensaladas verdes, hojas de lechuga y muchas frutas secas, pero lo que mayor atención le coloqué, a mi selección, fue a los mangos lechosos y a los leguitas de chivos… la carne era de chivo ahogado en jugo de tamarindo, y conejo acaballo. Habia ensalada de cebolla con batata frita y aguacate morado. Jugosa de limón con fresca avena. Dormí muy poco porque fui llamado para resolver asuntos familiares de nietos y de compadres. También con la presencia de un borracho que huía de la difunta Eugenia Chávez, que era su comadre, a la que le quedó debiendo 16 mil centavos y el mondongo de una cerda que se llevó y no le dio su parte. Aunque las autoridades eclesiásticas dudan de esas cosas, no aceptaban tantos caprichos de demonios fantasiosos. Me contaron que hubo varios papas brujos abusadores sexuales, con negocios de zoofilias y de bouyerismos, lesbianismos y hasta necrofilias cimarronas. A pesar de lo lejos de siglo 14, se continuaba practicando las acciones depravadas en los altos altares eclesiásticos no importaba que fueran humanos o animales eran victimas de cópulas aberrantes

Fin de los Primos.

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